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Jueves, 15 de julio de 2004

LAS BANDAS QUE DECIDEN “EL REGRESO”

Nunca digan nunca

Los casos se acumulan a lo largo de la historia, pero fueron varios y notorios en el último tiempo. Pixies, Duran Duran, Stooges, Happy Mondays: todos vuelven, más o menos maltrechos, pero vuelven.

 Por Roque Casciero

En una reciente entrevista, David Byrne aclaró que, más allá de que tocaron juntos cuando su banda ingresó en el Hall de la Fama del Rock and Roll, no habría reunión de Talking Heads: “No vamos a formar parte de ese sentimiento post-11/9 tipo ‘abracémonos, arreglemos nuestros problemas, la vida es demasiado corta’”. Hay casos para comprobar la tendencia de revisar el pasado y volver. La gira de los Pixies es un éxito de convocatoria, Morrissey convenció a los New York Dolls (a los que quedan vivos) de reagruparse, los Stooges de Iggy Pop parecen haber rejuvenecido con su regreso, Duran Duran se apresta a un operativo retorno de su formación original que incluye un disco y una gira, y los Happy Mondays tienen programado un único show en un festival (aunque con ellos nunca se sabe). Lo que lleva, una vez más, a plantearse la validez de las reuniones de bandas que se separaron entre recriminaciones públicas y, en ciertos casos, hasta llegaron a las piñas. Por eso se dan casos parecidos a los de los Eagles: tras la disolución, el cantante Don Henley dijo que sólo volvería a tocar con sus compañeros cuando el infierno se congelase. Años más tarde, salieron de gira bajo el título “El infierno se congeló”. Una ironía parecida usaron en los ‘90 los Sex Pistols (que hace poco volvieron a juntarse), quienes bautizaron a su gira “Sucio lucro”. Y John Lydon no ocultó nunca que el motivo de la reunión fue facturar con la leyenda. El caso de los sobrevivientes de los MC5 fue muy particular, como ya lo informó el No: los antiguos revolucionarios de Detroit autorizaron una serie limitada de remeras Levi’s a 80 dólares cada una, al tiempo que esa marca patrocinaba la reunión. Entonces, ¿todo se resume a aprovechar económicamente el efecto nostalgia? ¿No se puede creer –ni siquiera un poco– en que haya razones artísticas de peso para estos retornos?
El regreso de los Pixies es un buen ejemplo para intentar algunas respuestas. El cuarteto favorito de Kurt Cobain, y verdadero fundamento del rock alternativo, se encuentra de gira desde el 13 de abril. Sin contrato discográfico, la banda sólo publicó una nueva canción (Bam Thwok) a través del sitio de descargas iTunes, vendió las grabaciones de 19 de sus conciertos en ediciones limitadas y al parecer rehúsa que sus shows sean televisados porque planea publicar un DVD. Por otra parte, Frank Black, Kim Deal, Joey Santiago y David Lovering no dieron una sola entrevista para promocionar la gira. Ni siquiera se sacaron una foto. El único y brevísimo encuentro con periodistas fue una conferencia de prensa el 1º de mayo en el Coachella Festival. De acuerdo con lo que se puede escuchar en las grabaciones, y por lo que dice la mayoría de las críticas, los conciertos de retorno son superiores, incluso, a muchos de los que daba la banda a fines de los ‘80 y principios de los ‘90.
Algo parecido sucede con los New York Dolls: los glamorosos precursores del punk –de quienes David Bowie tomó el look de su Ziggy Stardust– se juntaron para el Meltdown Festival londinense curado por Morrissey, uno de sus mayores fans. Hubo reemplazos de ocasión para el guitarrista Johnny Thunders y el baterista Jerry Nolan, fallecidos en 1991, y los sobrevivientes David Johansen (voz), Sylvain Sylvain (guitarra) y Arthur Killer Kane (bajo) recibieron una ovación antes de tocar una sola nota en el London Royal Festival Hall. No hubo un solo crítico que los castigara, por más que alguno ironizó con que el Killer (asesino) es ahora mormón y parece el abuelo de sus compañeros. Los Dolls hicieron varios recitales tras su regreso el 16 de junio y tienen planeado seguir adelante.
Otros héroes de la generación punk están de regreso desde el 27 de abril de 2003: ese día, en el Coachella Festival californiano, Iggy Pop finalmente volvió a tocar con los hermanos Ron (guitarra) y Scott Asheton (batería). Para ocupar el lugar del bajista David Alexander, ya fallecido, los Stooges reclutaron a Mike Watt, ex Minutemen y figurita repetida del under norteamericano de los ‘80 y ‘90. Si el show de regreso fue tan bestial como se esperaba, el que la banda dio en su Detroit natal superó cualquier expectativa. Cuando promediaba el set, Iggy invitó al público asubir al escenario y cantó dos canciones rodeado por cientos de personas. Desde ese momento, la adrenalina no hizo más que subir. Ese concierto quedó registrado en el DVD Live in Detroit. Los Stooges también tienen cuatro temas nuevos, que forman parte del último disco de Iggy, Skull Ring.
¿Sucederá lo mismo con los Happy Mondays? Al parecer, la reunión sólo incluye al cantante Shaun Ryder, al bailarín Bez y al baterista Gaz Whelam, más músicos invitados. El grupo hará un único concierto en el festival Get Loaded (traducible más o menos como “Ponerse de la cabeza”), un título más que apropiado para la fama de descontrolados de Ryder y compañía. Quien presentará a los Happy Mondays es Tony Wilson, ex dueño de The Hacienda, el lugar donde nació el acid house. El hombre es también autor del libro de memorias 24 Hour Party People, que dio origen a la película del mismo nombre. Los Happy Mondays son la única banda famosa del Get Loaded, que se realizará en Claham Common, Londres, el domingo 22 de agosto. Y cabe preguntarse qué estado mostrarán Ryder y Bez, de quienes no hay noticias hace rato.
Pese a que estas bandas tienen bien ganado su lugar en la historia del rock, el regreso más “ortodoxo” de todos en términos de promoción y lanzamiento será el de Duran Duran. Desde la diáspora en 1985 (cuando sus miembros formaron Arcadia y Power Station), debieron pasar diecisiete años para que sus miembros originales organizaran el reencuentro. Simon LeBon (voz), Nick Rhodes (teclados), John Taylor (bajo), Roger Taylor (batería) y Andy Taylor (guitarra) se juntaron en el sur de Francia en el 2002 para empezar a trabajar en el material nuevo. En julio del año siguiente, la banda comenzó en Japón una gira exitosa tanto en críticas como en la venta de entradas. Los ocho mil tickets para el primer show, en el Budokan Arena, se agotaron en 30 minutos. El quinteto también sacó ediciones limitadas de CDs (y hasta un par de box sets) con las grabaciones de sus shows. Pero eso parece ser sólo el comienzo de un revival en toda la forma: el 5 de octubre saldrá su nuevo álbum, del que todavía no se conoce el título. Y ahí comenzará una campaña destinada a convencer a todo el mundo, una vez más, que los ‘80 están de vuelta.

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