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Jueves, 30 de marzo de 2006

EL ROCK ARGENTINO PISA CUBA

Carajo en su salsa

 Por ROQUE CASCIERO

La gestión llevó más de tres años, pero dio sus frutos: Carajo se autoproclama como la primera banda del rock argentino en tocar en Cuba. De hecho, esta noche el trío hará su cuarto show en La Habana, junto a los locales Zeus. “El primer concierto fue en la tele, en el programa de rock Cuerda viva del canal Tele-rebelde”, cuenta Corvata por teléfono al NO. “Allí hicimos sólo una canción, Ironía, porque al ser televisado no pudimos cantar Sacate la mierda, y estuvimos con las mejores bandas de Cuba de todos los estilos, desde nü metal hasta reggae. El sábado pasado tocamos en el Salón Bip de Miramar, junto al cantautor Osamu Menéndez, un cubano radicado en México, y el lunes nos presentamos con Zeus en el Salón Rosado de la Tropical, la salsoteca más grande de Cuba. Eso fue increíble: había 1500 personas que se iban un poco más en cada tema. Al final hicieron un pogo tremendo. Nosotros no lo podíamos creer y la gente tampoco... ¡Les veíamos brillar los ojos!”, se asombra.

La posibilidad de que Carajo llegara a Cuba se dio por la insistencia del músico y sociólogo Sebastián Heredia, un amigo de Corvata desde los tiempos en que éste estaba en A.N.I.M.A.L. “El viaja muy seguido a Cuba, tiene una novia cubana e hizo el contacto en persona”, explica el bajista y cantante. “Como es muy fan de nuestra música y muy soñador, a él se le ocurrió que fuéramos a tocar allá. Llevó nuestro material y trató de establecer la relación con la gente de Cultura de Cuba, nos hizo de promotor o algo así.” En la isla, los Carajo tuvieron contacto con colegas cubanos: Zeus, Médula, Escape, Tendencia e Hipnosis. “El rock de acá todavía es muy under y se hace difícil la parte técnica, porque las bandas no pueden comprar instrumentos ni tener buen sonido”, explica Corvata.

Carajo aprovechó el viaje para filmar el video de De frente al mar, próximo corte de Atrapasueños, en varias playas cubanas (Santa Marta y Varadero, entre otros sitios). “Nos prestaron un auto Chevrolet con el que estamos filmando algunas tomas”, narra Corvata. “Conocimos La Habana Vieja, donde hay construcciones de hace doscientos años. Allí se ve realmente la diferencia entre el ciudadano cubano y el turista. Los ciudadanos cubanos no pueden tener Internet en su casa, no pueden salir de su país las veces que quieran... Pero eso hace que aprendan a vivir con lo básico. Y nos dimos cuenta de que nosotros estamos acostumbrados a vivir con placeres que no necesitamos. Acá la gente es muy agradable y bondadosa. Viajamos en la guagua en la hora pico (es un colectivo como el 60) y como todos se daban cuenta al toque de que éramos turistas, se ponían a charlar con nosotros.”

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