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Jueves, 14 de septiembre de 2006

EL FENOMENO “SNAKES ON A PLANE”

La dictadura del espectorado

 Por Federico Lisica

Alguien dijo que Kill Bill de Quentin Tarantino revolucionaría la industria cinematográfica por su modelo repleto de referencias cinéfilas deudoras del cine clase B. Agreguen a esa fórmula internautas ávidos por hacer de la gansada una filosofía. El resultado es Snakes on a Plane (¿A quién se le habrá ocurrido llamarlo en la Argentina Terror a bordo?). La historia es ésta: New Line Cinema tenía un proyecto del que Samuel L. Jackson quiso ser parte sólo por el título: ¡Serpientes en un avión!El nombre más pochoclero de la historia. “Tenía que participar de eso”, afirmó el actor en una reciente entrevista. Pero los ejecutivos de la compañía querían un film familiar en serio, y debido a la paranoia post 11 de septiembre, hasta pensaron en cambiar el título por el anodino Pacific Air Flight 121. El proyecto iba al tacho de basura hasta que cayó en manos del guionista Josh Friedman, quien desde su blog alentó a los internautas a participar del mismo tirándole ideas. Se sabe, Internet y los rumores funcionan más que bien. ¿Qué pidieron? Más sexo, más sangre, más estereotipos. Y el estudio cumplió. En la peli hay pezones y penes mordidos por serpientes; clones de Puff Daddy y de Reese Witherspoon en Legalmente rubia; y aclaran que las mortíferas serpientes antinorteamericanas provienen de todo el mundo, ¡en especial de Medio Oriente! Pero hay más demagogia y sorpresas. Ya con el éxito en el bolsillo, antes del estreno se realizó un concurso para grabar el soundtrack oficial del film: ganó un uruguayo. El video de Gabe Saporta y su grupo Cobra Starship puede verse terminada la cinta. Acaso haya algo positivo en este modelo para films típicamente fast-food. “Lo de las sugerencias por Internet me parece un paso adelante para que Hollywood deje de ser la tiranía del boludo de marketing y vuelva a ser la tiranía del espectador, cosa que nunca tendría que haber dejado de ser. No nos olvidemos de que, sin los consejos, Samuel L. Jackson nunca hubiera dicho: ‘Estoy harto de estas motherfuckin’ serpientes en este motherfuckin’ avión’”, señaló Santiago Calori, reconocido guionista argentino. Que el resultado sea grasa, cheesy, kitsch, camp, es justamente lo buscado. Por momentos, uno cree estar viendo Los pilotos más locos del mundo con Emilio Disi, pero con un presupuesto más alto, y muchas serpientes. Hoy, más de 40 millones de sites analizan Snakes...; en E-bay venden tostadas con el logo del film; y la segunda parte va en camino. ¿Si vale la pena ir al cine para escuchar a Jackson gritar “motherfuckin’ serpientes”? Y... Sólo puede decirse que el actor, uno de los favoritos de Tarantino, profiere de yapa una frase mejor: “Genial, serpientes que fuman crack”.

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