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Jueves, 21 de febrero de 2008

EL ROCK INDIE SE DEFINE POLITICAMENTE Y ARRASTRA VOTOS PARA OBAMA

Cómo me gustaría ser negro

El indie está teniendo un rol decisivo a la hora de influir en los “nuevos votantes” en el país más poderoso del mundo. El respaldo de los mp3 bloggers, los usuarios de MacBook vestidos con jeans y remeras de feria. “Y detrás de ellos va la nación”, escriben las plumas especializadas de la prensa on y off line. ¿Se viene el indie comprometido?

 Por Juan Manuel Strassburger

Primero fueron los Wilco, invitando al escenario al primer afroamericano con chances ciertas de convertirse en presidente del país más poderoso del planeta. ¿Resultado? Una ovación cerrada y “enloquecida” de su público indie y universitario. Después, un foribundo posteo del cantante de los Arcade Fire despotricando en su blog contra Hillary Clinton y –más allá de su nacionalidad canadiense (o justamente por eso)– expresando su ilusión por Barack Obama. Y, en el medio, una verdadera avalancha de apoyos indies que incluyó desde estrellas ya casi mainstream (pero aún sensibles) como Bright Eyes, Joanna Newsom o M Ward hasta promisorias bandas recién salidas del cascarón como Via Audio o The Fleet Foxes. Y que se materializó en un festival autotitulado –ejem– Ba-Rock (!). Esto, si n pasar por alto tampoco las simpáticas remeras con la cara de Obama que anduvo luciendo Morrissey durante su última gira en el Reino Unido. ¡Hasta ahí llegó la marea!

¿Qué está pasando? ¿Obamanía en el rock? ¿Hartazgo de Bush? ¿Creciente ilusión por “un verdadero cambio”? Sí, todo eso. Pero también muchísimo más: “El 7 de diciembre último, durante el show de Wilco, asistimos a la conquista del electorado indie por parte de Obama”, sentenció sin vueltas Andrew Romano, columnista estrella de la versión digital de Newsweek, semanario de influencia global que no suele tener al rock –y menos que menos a su veta indie– entre sus noticias de cabecera. “Olvídense de Oprah (famosa conductora de TV, especie de Susana Giménez negra). El arma secreta de Obama es el indie rock”, insistió bastante antes de que Barack arrasara por las urnas las últimas semanas (aunque no al punto de vencer definitivamente: eso se verá en la fecha decisiva del 5 de marzo). Y remató: “John Edwards podrá tener a Bonnie Raitt (prestigiosa cantante de blues). Y Hillary Clinton contará con Celine Dion. Pero Obama consiguió el respaldo de los mp3 bloggers, usuarios de MacBook vestidos con jeans y remeras de feria. Y detrás de ellos va la nación”.

¿Exagerado? ¿Irónico? ¿Provocador? Sin duda. Pero también, como todo buen sarcástico, certero. Lo que estaría dando cuenta la columna de Romano es de la aparición de un doble fenómeno, inédito hasta ahora: por un lado, el involucramiento cada vez mayor de las bandas indies en el proceso político estadounidense (cuando, en general, siempre habían tenido como tradición la indiferencia o la prescindencia con respecto a un sistema político al consideran corrupto en sí mismo y poco representativo); y por el otro, el rol cada vez más preponderante de su público –¡quién lo hubiera dicho!– en la constitución de la opinión pública joven general. Sí, el rock indie tiene poder. Y más del que se pensaba.


Indies al poder

La clave pasaría, cuándo no, por Internet. Y, más específicamente, por el pequeño sismo antropológico que las redes sociales (myspace, fotolog, facebook, twitter, lastfm y largo etcétera) estarían operando sobre los hábitos y maneras de relacionarse de los jóvenes. En esa enredadera fluctuante, bastante vanidosa, pero tremendamente fértil, el indie rock tendría todas las de ganar. Sencillamente porque desde el principio –y más por propia debilidad que por sagacidad comercial– apostó a ellas y se retroalimentó. “El punto no es tanto el poder del indie en sí mismo sino su capacidad de llegar, a través de Internet, de una manera consistente a la franja de jóvenes que va de 18 a los 25 años de edad”, reflexionó Jocelyn Hoppe, editora de la fundacional Crawdaddy (la primera revista de rock que hubo alguna vez en los Estados Unidos, aun antes de la Rolling Stone y la Creem del legendario Lester Bangs) en un artículo que buscó sumar ideas a la columna de Newsweek. “En 1968 hubieras tenido que esperar la Rolling Stone un mes. Hoy podés saber al instante cuándo, dónde y por qué Pete Wentz de los Fall Out Boy decidió apoyar a Obama”, señaló.

–Ahora que la clave del voto joven parece pasar por el indie rock y las redes sociales, ¿cabe imaginar un futuro donde los republicanos saquen su propio myspace o fotolog y traten de entender las canciones de, por ejemplo, Pavement? –le pregunta ahora el NO.

Jocelyn Hoppa: –No estoy segura de que los republicanos que están hoy en Washington vayan a escuchar alguna vez un disco como Wowee Zowee y lo entiendan. Los republicanos más jóvenes que se acercaran a Pavement tendrían que invariablemente reconocer el mérito de mutar del country al punk en una misma canción. Pero, bueno, para eso también tendrían que admitir que fuman porro de vez en cuando (risas).

Uno de los activos más importantes de las bandas indies y alternativas de los ‘80 (década fundante del rock alternativo en los Estados Unidos) para acá, es haberse mantenido casi siempre a una cierta distancia de las diversas coyunturas políticas de su país. Una prescindencia que no implicaba complicidad al régimen imperante, pero tampoco abierta rebeldía. Algo así como: “Yo no tengo nada que ver con toda esta mierda. Pero no pienso mover un solo dedo para cambiarla”. Una apatía muy slacker y Generación X que estaría empezando a morir con esta vorágine de apoyo hacia Obama. ¿Se viene el indie comprometido?

“Pienso que efectivamente ha habido un cambio generacional”, le dice al NO Torr Leonard, responsable del sitio torr.typepad.com donde hace poco se debatieron “las elecciones primarias indies”, un informe especial de la revista Under the Radar en el que bandas y artistas de diversa sofisticación contaron a quién daban su voto y por qué (ver aparte). “En los ‘80 y en los ‘90, las bandas eran menos afectas a verse envueltas en políticas partidarias –continúa Torr–. Primaba mucho esa idea de que los políticos eran ‘todos malos’. Pero esta nueva generación ya ha dado muestras de ser mucho más expresiva en términos políticos. Por ejemplo, con respecto al recalentamiento global. Se dieron cuenta de que para hacer la diferencia ya no alcanza con protestar, es necesario involucrarse.”

Es cierto: ya en 2004 había existido el fortísimo “Vote for a Change”, la gira en la que Bruce Springsteen, R.E.M., Pearl Jam y el héroe alt-country Steve Earle, a pesar de no ser demócratas, llamaban a votar por John Kerry en contra de Bush. Pero se trató, casi siempre, de bandas y artistas que hacía rato habían dejado transitar la senda alternativa. En todo caso, la pregunta se mantiene: ¿cómo hizo Obama para reunir el consenso indie que nadie antes (ni Clinton, ni Al Gore, ni Kerry) había podido?


¿Qué tendrá el negro?

Una reciente crónica del New York Times –titulada no casualmente “¿Podrá Obama rockear el voto joven?”– lo dijo bien clarito: “Barack supo tocar una cuerda sensible entre los votantes más jóvenes”. Y más allá de su obvia identificación con el electorado afroamericano (que le otorga una indudable sensación de ruptura o cambio a su candidatura), habría en el senador de Illinois (Chicago) definiciones políticas y modos discursivos puntuales que explicarían mejor ese vínculo. “Obama se ha declarado firmemente como anti-guerra, lo que históricamente ha sido una constante entre los candidatos con llegada a los jóvenes”, señala el cronista del New York Times, Adam Nagourney. “Sobre las tablas, además, Obama despliega un estilo y un habla sencillos, que abarcan transversalmente a distintas generaciones.”

Cualidades que, de todas maneras, no alcanzaron antes para reunir el consenso indie, un grupo social de comportamientos siempre distintos a los de sus pares generacionales. ¿Por qué con Obama sí hubo acompañamiento y con los anteriores no tanto? Para Jocelyn Hoppa, en épocas de Kerry y el “Vote for a Change”, “el país estaba partido al medio: con el centro republicano y las costas demócratas. Esta vez, la comunidad indie y alternativa parece estar más predispuesta a un cambio en Washington. Es el momento justo”. Y enumera algunas de las causas: “El cansancio con la guerra, el alcance de Internet y Obama mismo”.

Caleb Palma, responsable del blog hardtofindafriend.blogspot.com, donde hace poco se hizo otra compulsa entre músicos indies, pero esta vez de raigambre aún más under (ver recuadro), aporta otra arista: “Pienso que Obama toca el mismo nervio en la gente joven que John F. Kennedy en los ‘60”, le dice al NO vía mail. “Es un agente de cambio y es extremadamente carismático. Hace sentir a la gente importante. Yo creo que ha pasado mucho tiempo desde que los jóvenes americanos no sentían que volvían a tener una voz. Y así es cómo se sienten ahora cuando visualizan que Obama puede ser presidente. Una voz actual. Con cierta influencia hacia su primer mandatario.”

¿Es correcta asociación Obama-Kennedy? “Bueno, ambos son/eran vistos como los candidatos de los jóvenes por sus propias edades y la edad de sus seguidores”, responde Torr Leonard. “Los dos también simbolizan ruptura de algunas barreras. En el caso de JFK, ser el primer presidente católico. Y en el de Obama, el primero afroamericano.” Para Jocelyn, las diferencias entre ambos pasan, en todo caso, por sus orígenes: “Kennedy nació en la clase alta de Massachusetts y fue criado en una familia ya conocida por sus participación política. Obama, en cambio, creció en la clase media de Hawai como un chico de origen birracial que casi no conocía a su padre. Mientras que JFK fue educado para ser político, Obama tuvo que hacer su propio camino a la cima”. ¿Será finalmente 2008 el año en que el voto joven e indie le dé el triunfo al primer candidato afroamericano de la historia? El 4 de noviembre, de no mediar ningún fraude como el que posibilitó el triunfo de Bush en 2000, se sabrá.

Quién vota a quién

A simple vista, las aguas parecen bien divididas entre los músicos de la alta industria. Hillary Clinton tiene de su lado a una porción importante del mainstream –Madonna, Carly Simon, Jon Bon Jovi, Carole King y Elvis Costello se han dejado ver en sus mitines–, mientras que Obama cuenta con la primera plana del R&B y el rap: Will Smith, Babyface, Macy Gray, Ne-Yo, Stewie Wonder y el pollerudo Will.i.am (chequear Balance 2007 del NO), entre otros. Aunque con algunos matices: 50 Cent, el rapero discípulo de Eminem, hizo público su apoyo a Hillary porque “votándola a ella es una manera de tener otra vez a Bill Clinton como presidente. El hizo un gran trabajo para nosotros”. En el mismo sentido se expresaron Janet Jackson y Quincy Jones. No así los Pearl Jam (sin Eddie Vedder), que colgaron en su página el tema Rock around Barack (reversión del clásico de los ‘50), y los Grateful Dead (sin Jerry Garcia, muerto en 1995), que anunciaron su regreso (otro más) en apoyo al candidato afroamericano. Pero no todo es Obama o Hillary en la constitución del voto musical estadounidense. De hecho, el rocker ochentoso John Mellencamp lamentó no poder seguir brindando su apoyo a John Edwards, un demócrata visualizado más a la izquierda que Obama por las apelaciones a la pobreza en sus discursos. Y otros artistas como el prócer country Willie Nelson y la cantautora folk Ani DiFranco aún proclaman que el verdadero cambio lo traería Dennis Kucinich, el pacifista más radicalizado de los demócratas. El Partido Republicano no ha tenido prácticamente apoyo de los rockeros. Pero quien de verdad salió de la norma y sorprendió a todos es el recientemente calvo Krist Novoselic. El ex bajista de Nirvana eligió darle su apoyo a Ron Paul, un republicano que votó contra la guerra de Irak y se proclama libertario. Pero que también –y coherentemente a su liberalismo– brega por la eliminación de los planes sociales y la no intervención del Estado en materia económica (y ya sabemos a quiénes se beneficia cuando se le otorga total libertad al mercado). ¿Qué hubiera dicho Kurt Cobain?

El indie revela su voto

La revista Under the Radar realizó un informe en el que le preguntó a distintas figuras indies (yanquis, británicos y de más allá) a quién apoyaban en las actuales primarias estadounidenses. Un blog, hardtofindafriend.blogspot.com, tomó la posta e hizo lo propio, pero con figuras mucho más under. Acá, una selección:

  • “Si fuera americano, Obama claramente sería mi primera opción. Estoy muy desilusionado de que muchos demócratas estén apoyando a Hillary” (Matt Tong de Bloc Party).

  • “Barack Obama. ¡Necesitamos audacia!” (Chris Walla, ex Death Cab for Cutie).

  • “Todavía no lo sé. Obama parece decente y directo, pero todavía no me metí lo suficiente en tema. Me parece que aún estamos eligiendo con menú que sólo ofrece sopa de mierda, sandwiches de mierda y ensaladas de mierda. Personalmente pienso que todavía estamos escogiendo una especie de master y no un líder que represente todos nuestros puntos de vista generales” (Isaac Brock de Modest Mouse).

  • “Son todos lo mismo. Dedicate a los religiosos y a la derecha, y vas a sacar votos. Estoy más preocupado por la Unión del Norte” (Ed Harcourt).

  • “Apoyamos a Obama. Como banda creemos que va a empujar un cambio positivo en la economía, el medio ambiente y la política exterior, para sacar a Estados Unidos de este declive” (Via Audio).

  • “Si pudiera votar, votaría a Obama. Parece proyectar un valiente y testarudo realismo. Y las ganas de cambiar el sistema, tanto como el futuro” (Sondre Lerche).

  • “El hecho de que estemos alentando a una mujer o a un afroamericano para la presidencia ya es excitante. Hillary es sabia y pensar a Bill Clinton como primer marido me emociona. Por otro lado, Obama es muy inspirador. Los dos representan un gran paso adelante para la conciencia colectiva americana” (Robin Pecknold de The Fleet Foxes).

Fuentes: Revista Under The Radar y hardtofindafriend.blogspot.com

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