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Jueves, 9 de enero de 2003

PURA, DE DOMINGO A LA MAÑANA

After quilombo

POR P.P.

Además de ser el atributo más preciado para todo publicista de agua mineral, Pura es el trío que integran Gustavo Russo, Charly Rodríguez y Pedro Moscuzza. En septiembre de 1999, huyendo de la falacia meteorológica que indica el comienzo de la primavera sudatlántica, los tres marplatenses coincidieron en Ibiza y supieron de sus intereses en común. Al cabo de un año volvieron a encontrarse en Mar del Plata, intercambiaron pedacitos de música y, durante los recreos que dejaba Altocamet (grupo en que Pedro toca la batería), Pura comenzó a ser una banda. Una verdadera banda de house, con piano, batería electrónica y guitarra eléctrica. “En vivo es un formato de rock electrónico. En Creamfields, por ejemplo, tocamos con un piano Rhodes: parecíamos Hendrix”, exagera Pedro en su departamento de la avenida Coronel Díaz, mientras revisa su discoteca en busca de los últimos álbumes de Donna Regina y Akufen.
Pura, en este caso, no responde al dominio de materia orgánica. El primer disco de la banda –casi todo instrumental– se construye sobre patrones de ingeniería discotequera. Para amaneceres de noches agitadas, las explosiones rítmicas y los arrullos melódicos avanzan sin sobresaltos ni contraindicaciones químicas. “Es un disco pensado en el after hours, en una situación de discoteca. Podés ponerlo desde el principio al fin, tiene esa idea. Es para después de todo el quilombo”, reseña Pedro, que reconoce que si Pura no toca todos los fines de semana, es por la hiperactividad que le impone su trabajo como baterista de Cerati, la carrera de Altocamet y la dirección del pequeño sello Triac Medium, que en las próximas semanas lanzará un disco de remezclas de Manzana de Metal (el segundo disco de Altocamet) a cargo de Boeing, Lamas, Fresco, Etcheto, Shaw, Orange, Trincado y, por supuesto, Pura.
Radicado en Buenos Aires, Moscuzza extraña el sabor de la pastelería marplatense (“debe ser por el agua”, aventura) y la ligereza del tránsito, pero entiende el exilio de la mitad de los Ciudad Feliz y DJ Rorro, por ejemplo, artistas electrónicos de Mardel que viven y editan discos en Londres. “Si algunos se aburren de estar en Buenos Aires y se van, imaginate lo que puede pasar en Mar del Plata... Noviembre es el mejor mes, cuando todavía no hay nadie y hace calor. Podés ir a la playa y estar tranquilo. Enero y febrero es el momento de esplendor. Pero el invierno es bastante duro. Si no tenés un proyecto firme, se hace bastante aburrido.”

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