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Jueves, 18 de agosto de 2011

OOOOTRA VEZ THE SKATALITES

“Nos pagan por decir la verdad”

“Ser rasta no es tener dreadlocks o tener una barba larga, sino ser pacífico, afectuoso, respetuoso: el rasta dice la verdad”, dice al NO desde Jamaica Rico Rodríguez, que toca uuuuna vez más en Buenos Aires.

 Por Santiago Rial Ungaro

Dancehall, dub, reggae, ska. Todos sabemos que la música jamaiquina ha arraigado muy profundamente en el país, al punto de que hasta existe una publicación exclusiva para los amantes del género (la revista Rotos, ya en su cuarto número). Y, con la música, el interés por el rastafarismo y por el consumo “ritual” o recreativo de la ganja (también expresado en otra revista: la ya instalada T.H.C) el contexto no puede ser mejor. Esta nueva visita de The Skatalites, acompañados por el legendario trombonista Rico Rodríguez resulta una excusa perfecta para volver al origen de esta revolución sonora y cultural que arrancó en la isla a inicios de los ‘60 y que aún hechiza e invita a seguir bailando, tocando y experimentado con un ritmo fascinante sin fecha de vencimiento: el ska.

Desde Jamaica, Rico Rodríguez le cuenta telefónicamente al NO que cuando se fue de la isla con destino a Londres en 1961 su idea era “escapar del gueto: no era fácil ser un rasta en ese entonces. Tampoco era fácil comprarse un trombón y mucho menos hacer la música que yo quería hacer”. Hay muchas formas de acercarse a la música de Rico: algunos lo conocerán quizás por su experiencia actual tocando con la orquesta de Jools Holland (el año pasado tocó en el país junto con la Holland’s Rhythm and Blues Orchestra). Otros, de la generación punk, quizá lo conozcan por su paso a fines de los ‘70 por The Specials. Seguramente una buena parte de sus seguidores actuales lo hayan conocido tocando en el país junto a Dancing Mood. Como sea, el trombón de Rico (que también colaboró con Bob Marley & The Wailers en la gira y el disco Babilón By Bus en 1976) es sinónimo del mejor reggae y del mejor ska. De hecho, su conexión con los Skatalites viene de antes de que éstos existieran: “Mi maestro de música fue Don Drummond (trombonista de Skatalites ya fallecido), y yo a su vez le enseñé a Lester Sterling (saxo y trompeta de Skatalites y único miembro original junto a Doreen Shaffer (la cantante)”.

Rico recuerda de esos tiempos que “nadie quería aprender a tocar el trombón porque todos preferían tocar el saxofón, que es más fácil. Creo que por eso tuve un poco de suerte”. Suerte acompañada de un gran talento y también de paciencia. Rico tuvo que esperar hasta mediados de los ‘70 para que su música se respetara: recién en 1976, después de haber tocado con Marley pudo alcanzar cierto reconocimiento como para hacerse un nombre y poder grabar lo que él quería. “En esa época, cuando empecé a grabar mis propios discos aparecieron The Specials, que eran un grupo de amigos que me vinieron a buscar para tocar y que, la verdad, me tuvieron que insistir bastante para tocar porque yo no quería ser parte de una banda, porque las bandas siempre se separan. Pero acá la verdad es que el tiempo que estuvimos juntos nos alcanzó para volvernos muy muy populares.”

Teniendo en cuenta que eso fue a finales de la década del ‘70 es interesante analizar con esa perspectiva sus colaboraciones en el país con un grupo como Dancing Mood, con quienes también compartieron escena. Este hombre afable, que tocó con todo el mundo (a los ya mencionados hay que sumarles a Prince Búster, Laurel Aitken, Theophilus Beckford, Lee Perry, Mad Profesor, Toots & the Maytals, Burning Spear, Linton Kwesi Jonson o el mismo Fidel Nadal) se entusiasma sinceramente cuando llega el momento de hablar de esta banda y de su líder, el trompetista Hugo Lobo: “Hugo Lobo es uno de los mejores del mundo. Siempre me acuerdo de Dancing Mood cuando me hablan de Argentina, quizá porque la primera vez que toqué acá fue con ellos. Hay muy buenos músicos en Sudamérica, muy buenos percusionistas y bateristas, porque hay que tener en cuenta que a un inglés o a un americano les cuesta mucho saber tocar bien reggae: es una música especial. Es como los pájaros que cantan en el jardín: es algo natural y tiene que sonar así”.

Y es justamente ese sonido natural, suave, cálido, grave y melodioso de su trombón el que hizo que todos los discos en los que participó Rico Rodríguez tengan algo especial. Ken Stewart, tecladista de los Skatalites modelo 2011 no lo duda: “Rico es uno de los fundadores de la música ska y ha estado tocando con Lester Sterling y otros miembros de Skatalites desde antes de que el grupo existiera. El ha estado muy involucrado con esta música, incluso desde finales de los ‘50 y hemos recorrido muchos caminos juntos: es un placer y un honor tocar con él”, comenta, a la vez que define la clave de la vigencia de los Skatalites: como su nombre lo indica, la vigencia de la banda es también la vigencia del género que a principios de los ‘60 puso a Jamaica en el mapa: “El ska tiene un ritmo infeccioso que hace que todos quieran bailar. Y creo que las melodías y las armonías de la música de los Skatalites le recuerda a la gente que éstas son las bases de la música ‘reggae roots’ y la mayoría de la gente puede conectarlo con eso y de paso refrescarse con mucha música actual que quizá no es tan interesante”, arriesga quien también es manager de la banda.

Stewart también es consciente de la importancia que tiene la música jamaiquina en nuestro país: “Sabemos que muchos grupo están tocando muy buen material, como Dancing Mood, Satellite Kingston (sic) o Los Cafres (sic), todos grandes músicos expresando su interpretación de esta música. Hace poco escuchamos los 2 DVD que Dancing Mood editaron acompañados por una orquesta de ska completa. Y cuando vimos este video y las reacciones de la gente nos alegramos muchísimo, porque quiere decir que el ska evoluciona y hasta mejora. Los Dancing Mood son grandes amigos y es un placer para nosotros tocar con ellos”.

Aunque sea música principalmente instrumental el ska también es sinónimo de rastafarismo: “Así como rastafari es un parte de la herencia jamaiquina también es parte del legado de Skatalites. Cada uno lo vive a su manera, pero no hay que olvidarse de que miembros originales de la banda como Dizzy Moore y Don Drummond eran rastas desde antes de empezar a tocar con la banda. En esa época, cuando se hicieron esas sesiones con Count Ossie (legendario baterista rasta también amigo de Rico) en las colinas de Warieka fue que las influencias africanas se mezclaron con las músicas que cada uno de ellos traía y que se creó el ska”.

Lo que nos lleva a este dandy de apellido latino y nombre sabroso: Rico Rodríguez, un músico que siempre reconoció las influencias del jazz y de la música el caribe en su música y que nos muestra de algún modo la cara internacional, instruida y longeva (Rico nació el 17 de octubre 1934) del rastafarismo. Y no es casual que un disco como Man from Wareika (grabado en 1976 en U.K como un homenaje a aquellos tiempos de aprendizaje y de invención juntos con sus maestros rastas) sea considerado como uno de los mejores exponentes del estilo de Don Rico: “Yo creo que rasta es vida. A mí me tocó en mi vida ser un embajador del rastafarismo, de rasta, el Rey de Reyes, y sé que eso me dio una identidad”.

Y ahí vuelve Rico a sus orígenes: a esa época en que él, su maestro y compadre Don Drummond y varios músicos más, se convertían en los catalizadores de los nuevos sonidos de una isla que, musicalmente, iba a llamar la atención del mundo entero: “Además de haber sido mi maestro de música Don Drummond fue el que me introdujo en el rastafarismo. Con él fue que aprendí mucho sobre el mundo, sobre el rastafarismo y la historia. En esa época me acuerdo que leíamos la Biblia del Rey James o la de los Macabeos, que era revolucionaria. Esos libros estaban prohibidos, pero la música nos dio a todos nosotros confianza. Ser rasta no es tener dreadlocks o tener una barba larga, sino ser pacífico, afectuoso, respetuoso: el rasta dice la verdad. Y si a los políticos les pagan por mentir, a nosotros, de algún modo nos pagan por decir la verdad”. Una verdad que musicalmente, puede ser dulce, divertida, bailable. Y riquísima.

* Hoy jueves 18 de agosto a las 19 en Palermo Groove, Santa Fe 4389.

El viernes 19 a las 23 en Fiesta Clandestina, Sapo (ex 565), calle 49 entre 6 y 7, La Plata, B.A. Sábado 20 a las 21.30 en Club Tucumán, Baranda 941, Quilmes.

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