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Jueves, 20 de octubre de 2011

THE KILLS EN EL PERSONAL FEST

“Con tanta velocidad, se perdió la paciencia”

La banda tiene ese mismo valor que la definición de Alison Mosshart agita: un modo de decir irreverente, quejoso y hasta histérico.

 Por Luis Paz

Alison Mosshart asegura que canta y toca punk rock porque siente que hacer música de ese tipo es como inventarse una puta puerta en la puta pared de esta puta vida. Hace música por el escapismo, entonces, aunque no sepa si hay algún lugar hacia el que correr una vez que se cruza la pared. Como buena parte de lo que ocurre en The Kills –el dúo que la estadounidense de 33 años, ex estudiante de Bellas Artes, comparte con el guitarrista británico Jamie Hince–, la declaración de Mosshart no comporta ninguna novedad. De hecho, no deja de parecerse a una lectura bocasucia del The Wall de Roger Waters. Puede que The Kills sea, simplemente, otra banda (otro dúo) de garage con la idea de la “vuelta a los orígenes”, que se sirve del post punk, el garage punk, The Velvet Underground, la ropa de diseño, la distorsión y el blues explosivo à la Jon Spencer. Pero The Kills tiene ese mismo valor que la definición de Mosshart agita: un modo de decir irreverente, quejoso y hasta histérico. A Mosshart no la conforma el puto modo en que se vive esta puta vida; y a la manera de los Bersuit Vergarabat, como nada puede hacer, putea, aunque se la esté pasando de maravillas y recorriendo países como una de las cantantes más (re)queridas de la nueva era del rock, al punto de ponerle voz a The Dead Weather (el grupo que lidera Jack White y que comparte con Dean Fertita de Queens of The Stone Age y Jack Lawrence de The Racounters), haber zapado con el guitarrista californiano de blues Seasick Steve y con John Paul Jones (Led Zeppelin), y grabado con Primal Scream y Placebo.

“Imagino que de algún modo se suponía que hiciera música. Es mi manera de sobrellevar la vida y, no lo sé, nunca hice nada que no quisiera tampoco, pero desde que tengo 14 años esto es lo único que puedo hacer y que me hace sentir bien, plena”, le explica al NO, semanas antes de presentarse por primera vez en la Argentina en el marco del Personal Fest: The Kills tocará en la jornada de cierre, junto a Sonic Youth, INXS, Damian Marley, Calle 13 y La Mala Rodríguez, con Alison confundida con el cartel del festival como cualquier otro. Aunque no se le pida que lo haga, Mosshart describe a The Kills “como la simple reunión de dos personas que cantan y tocan guitarras en vivo, aunque las baterías son electrónicas, sobre un escenario”. Dice que la fórmula es de las más simples: “El nuestro no es un típico show de rock and roll donde todo está apoyado en muchos músicos y las cosas que van haciendo todo el rato. En The Kills, el show se trata de interactuar, tiene que ver con la energía que podamos extraer esa noche de lo que pasa con Jamie y conmigo, y con qué manera de compartirla con la gente que encontremos. Hasta acá, la gira está saliendo súper bien, estamos tocando en un buen nivel y ya venimos haciendo música juntos hace diez años. Estoy súper excitada por ir”.

Aquella idea del back to basics está presente desde que Hince y Mosshart forjaron este grupo, en 2000. Se conocieron compartiendo hostel. Alison escuchaba una guitarra en una habitación del piso inferior al que tenía el cuarto donde ella se hospedaba, en Londres, como pasajera en tránsito de su grupo Discount, en su Florida natal, y Hince ensayaba porciones de música que habían quedado fuera de sus grupos anteriores, Scarfo y Blyth Power. Una noche la tentación fue más: se presentó en la pieza de Hince y se quedaron charlando de música. Zaparon. No sé sabe qué más hicieron.

Y Alison se volvió a Estados Unidos. Comenzaron a enviarse grabaciones, discos, libros, postales y recortes de noticias por correo. No, electrónico no; por correo postal, de un lado al otro del océano Atlántico. “Nos mandábamos de todo y con eso que nos compartíamos, nos fuimos conociendo. En cada paquete mandábamos grabaciones, además. Cosas que a alguno de los dos se nos ocurrían y que el otro completaba. Fue muy divertido y cariñoso, compartimos mucha cultura, mucho amor y muchas experiencias: los dos veníamos de circuitos punks, él en Europa y yo en Estados Unidos, pero el blues podrido que compartíamos no tenía mucho que ver con la música que sucedía a nuestro alrededor y en nuestras bandas, así que supongo que hacer algo nuevo fue lo que nos unió.”

–Sacaron un demo y ubicaron su tema Restaurant Blouse, firmado con sus seudónimos VV y Hotel, en el compilado Si el siglo XXI no existiese, sería necesario inventarlo. Recién decías que tocan desde que comenzó este siglo nuevo, ¿te llama la atención algo de lo que ocurrió en él?

–Indudablemente fue una de las décadas más dramáticas en cuanto a los cambios en tecnologías y comunicación. Cuando empecé a hacer música, a comienzos de los ‘90, no había MySpace, ni había mails, ni había ProTools. La gente no grababa discos en computadoras. Desde entonces se ha dado una serie increíble de eventos en los medios y en la información. A veces siento que los pibes de 20 años de hoy no tienen ni idea de las cosas que hacíamos cuando yo tenía 20, y me asusta un poco, aunque es excitante. Quizás en los próximos diez años se den transformaciones el doble de rápidas.

–¿Y criticás alguna transformación de éstas que enumeraste?

–Sí; creo que, con tanta velocidad, se perdió la paciencia. Y la paciencia, en la música, es un valor fundamental: es lo que hace que la música sea buena. Hacer un disco bueno lleva mucho tiempo y mucho trabajo; no hacés un gran disco ni te convertís en una gran banda de la noche a la mañana. Ir por la calle ahora es toparte con un montón de personas apuradas, y es un poco triste. Yo extraño los tiempos cuando la gente tenía ratos para pintar o para pasar una tarde con amigos en algún parque.

Mosshart trae a colación que, en febrero del año próximo, The Kills cumplirá una década tocando en vivo. “Seguramente estemos de vuelta en casa para esa fecha, pero algo haremos. Al margen de lo que pasó en el mundo durante esta década, para nosotros fueron diez años maravillosos en los que fuimos creciendo como banda y conocimos el mundo gracias a la música”, festeja la cantante. Pero que el grupo esté por aquilatar ya diez calendarios da cuenta de que, como ella dice, incluso el fenómeno Alison Mosshart y la cuestión The Kills fueron vividos mucho más velozmente para los públicos y las publicaciones de lo que fue para ellos.

Sus cuatro discos (entre ellos, claro, el reciente Blood Pressures) y la galería de lados B y colaboraciones que dejaron desperdigadas este milenio llegaron acá en la mitad del tiempo; y la participación de Mosshart en The Dead Weather, junto a una luminaria fundamental para la salud del rock como Jack White, apuntó los reflectores sobre esta chica que se banca el doble problema de tener pómulos gigantes y de tener cachetes gigantes con una personalidad avasallante (y una labia que no para, en un tono tirando a agudo que te puede enamorar o desquiciar) que la convirtió en icono estético y la llevó a la tapa de la revista Vogue.

“En lo creativo y en lo musical, The Dead Weather es una experiencia increíble. Para mí es genial estar con varios músicos más y no sólo con Jamie, tocar con un baterista y un bajista reales, y poder adaptar mi estilo a un cuarteto, una cosa que no hacía desde que tenía 15 o 16 años. Lo que más me quedó del trabajo con un artista y un genio como Jack White es que me enseñó a ser espontánea en las composiciones, a capturar el momento. Con The Kills jamás hubiésemos grabado un disco en dos semanas. Pero aunque ambas son bandas que amo y respeto, The Kills me permitió hacer esto.”

* The Kills toca el sábado 5 de noviembre en el Personal Fest, junto a INXS, Calle 13, Sonic Youth, Damian Marley y La Mala Rodríguez, entre otros. Club GEBA, sede San Martín, Figueroa Alcorta 5575. Desde las 14.

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