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Jueves, 10 de octubre de 2013

MEGAN BOYLE Y TAO LIN EN ESTADO MUMBLECORE

El amor después del Fotolog

Los prolíficos autores y realizadores filmaron con una MacBook casi toda su relación bajo grandes dosis de MDMA.

 Por Julia González

“¿Qué podrías enterarte de mí que haría que ya no te guste?”, pregunta Tao Lin a Megan Boyle, que con una MacBook capta imágenes en contrapicado con los típicos movimientos de cámara en mano. “Nada”, responde la protagonista y directora (junto con Lin) de Mumblecore, que exalta el género que la nombra. Además de película que documenta la relación de dos escritores destacados de la escena de Alt-Lit (por lo alternativa y por la tecla Alt que signa su creación en digital) estadounidense, el mumblecore es un género cinematográfico que desde comienzos de 2000 originó films con marcas estilísticas particulares: se filma casi sin presupuesto y los argumentos narran la vida cotidiana de sus jóvenes intérpretes. Tanto el mumblecore como la Alt-Lit son géneros que sintetizan nuevas formas de expresión cuyos relatos son subjetivos, efímeros e íntimos.

Con aliados como las nuevas tecnologías y la autogestión, el mumblecore abandera películas como Funny Ha Ha (2002) y Baghead (2008). Internet cumple un papel fundamental en cuanto a la inmediatez en la búsqueda de respuestas, ya sea en las entradas a los blogs que los autores administran o en el deseo de la rapidez por alcanzar cinco minutos de fama a cambio de un lenguaje o una obra sin demasiada elaboración. “No conozco mucho el género, pero las películas que vi son retratos muy realistas de personas y sus relaciones; me gusta la significancia de lo insignificante, sin necesidad de crear momentos dramáticos; retrata muy bien la cotidianidad y la humanidad”, subraya Boyle frente al paisaje porteño por excelencia: el Riachuelo que decora la terraza de Proa, donde proyectan Mumblecore.

Megan y Tao, quienes por entonces eran pareja, siguen en la película la misma conversación que parece suceder en espiral. Las líneas no pertenecen a un guión: son una de las tantas charlas surgidas en alguna de las quince tomas de 200 horas de duración que hicieron entre octubre y noviembre de 2010 mientras los protagonistas consumían MDMA y se filmaban. “Quizás en un momento sí consumíamos éxtasis con cierta regularidad con Tao porque él es bastante reservado y callado, y yo más extrovertida y conversadora, y al tomarla nos equiparábamos. Nunca estuve dentro de la escena rave, ni me interesó ir a buscar estímulos poderosos de esa naturaleza, sino que simplemente me gusta el efecto de la droga, me parece copado de por sí como para tener que salir a una disco a ver las luces. Pero no lo tomo con la regularidad con la que se toma una cerveza”, cuenta Boyle.

¿Por qué creyeron interesante registrar su relación en una película?

–Estábamos muy entusiasmados con lo que hacíamos, como en cualquier relación al principio. Siempre quiero el mejor momento de la relación y registrarla, y como estábamos funcionando muy bien, nos encantó registrar ese arranque tan auspicioso.

La película muestra lecturas de poesía, el momento previo al sexo, una charla sobre Lorrie Moore –una de sus escritoras favoritas–, desayunos, paseos en auto, diálogos con desconocidos en el mercado, demostraciones genuinas de afecto y conversaciones sobre ex. Pero todo subidón tiene su caída. Así es que Tao y Megan, después de filmar su casamiento en Las Vegas e incluirlo en Mumblecore como cierre del film, se separaron. Aunque antes fundaron MDMA Films, la productora con la cual filmaron MDMA (de una sola toma de cinco horas reducida a dos), Bebe Zeva y Mumblecore.

¿Cómo te sentís al filmar tu vida? ¿No te exponés demasiado a que te pregunten, por ejemplo, por qué se separaron?

–No tengo problemas con que me pregunten, y no siento que me sobreexponga, siempre estoy dispuesta a que me hagan cualquier tipo de pregunta. En todas mis relaciones serias siempre hay un punto en el cual las discusiones empiezan a imponerse sobre los buenos momentos y las diferencias sobre los encuentros. Con Tao habíamos planteado tener una relación abierta y llegó un punto en el cual yo no quería eso. Y bueno...

* Sábado 12 en Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929). A las 15.30 y a las 18.

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