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Miércoles, 18 de septiembre de 2002

CINCO DISCOS DE ABANDONADOS

Corazones rotos

BOB DYLAN. Blood on the Tracks. “Me estoy volviendo loco/ con un dolor que para y comienza/ como un sacacorchos en mi corazón/ desde que no estamos juntos”, canta Dylan en “You’re a Big Girl now”. En 1975, con un matrimonio deshecho, el maestro llora en público y entrega las letras más directas de su historia.

SPINETTA Y LOS SOCIOS DEL DESIERTO. Los ojos. Toda la potencia de la que hacía gala el trío quedó atrás cuando Carolina Peleritti dejó al maestro. En este álbum que nunca presentó en vivo, Spinetta siente la ausencia en su carne y en su espíritu. “Yo sólo fui cuando no eras mía/ a beber del néctar de tu amor”, le dice en “No me alcanza”.
SPIRITUALIZED. Ladies and Gentlemen, we are Floating in Space. La tecladista Kate Radley dejó a Jason Pierce y se casó con Richard Ashcroft, ex líder de The Verve. Sin embargo, la chica se quedó en la banda para grabar este gran disco. El dolor se palpa en títulos tan explícitos como “Stay with me” (“Quedate conmigo”) y “Broken Heart” (“Corazón roto”).

ANDRES CALAMARO. Honestidad brutal. “¿Quién escribirá la historia de lo que pudo haber sido? ¿Con quién estarás ahora?”, se pregunta Calamaro apenas comienza este álbum doble que da cuenta de la ruptura entre su autor y Mónica, su pareja española. El Salmón muestra las heridas, contraataca, hiere, pero reconoce: “Primero, te quiero igual”.

RYAN ADAMS. Heartbreaker. La nueva estrella del alt-country debutó en solitario con un disco de ruptura amorosa, en el que hasta le pone el nombre de la dama en cuestión a una hermosa balada: “Amy”. Es ella la rompecorazones del título. Para su segundo disco, Gold, Adams ya tenía nuevas canciones tristes, pero para dedicarle a Wynona Ryder.

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