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Buenos Aires no fue la única ciudad en que hubo asesinatos policiales durante los sucesos del 20 de diciembre. En Rosario murieron cinco personas y 46 resultaron heridas. Claudio Leprati, de 35 años, recibió un balazo mientras estaba en la terraza de la Escuela 756 del barrio Las Flores, para cuyo comedor comunitario trabajaba. Alejandro Pereyra, 20 años, padre de un chico de uno, ciruja, también fue asesinado. “Estábamos en nuestra casilla y él quiso ir a la autopista Uriburu y le pegaron un tiro en la espalda que le perforó el corazón”, contó su mujer, María Martínez. También murieron Graciela Acosta (35), Juan Alberto Delgado (28) y Yanina García, una chica de 18 años. En Paraná, Entre Ríos, la policía mató a Romina Iturain, de 15 años, mientras perseguía a un grupo de saqueadores por el barrio en que vivía la chica, cerca de un Wall Mart. Algo parecido le ocurrió, en la misma ciudad, a Rosa Paniagua, de 13 años. En Córdoba, otro adolescente fue asesinado mientras pretendía entrar a un supermercado del barrio Villa Allende. En San Miguel de Tucumán hubo una represión feroz que increíblemente no derivó en homicidios, aunque se registraron más de 100 heridos, incluyendo algunos con balas de plomo. En Cipolletti murió una mujer de 46 años en medio de la represión de un saqueo. En Corrientes hubo un muerto y quince heridos de bala. En la provincia de Buenos Aires asesinaron a nueve personas y detuvieron a 2500. Víctor Enrique, 21 años, murió de un balazo en el cuello mientras participaba del saqueo de un supermercado en Don Orione. A pocas cuadras mataron a Roberto Gramajo, de 19, de un balazo en la frente. En Merlo, en tanto, Julio Flores (15) fue asesinado en el asalto de un supermercado. Damián Ramírez (14) y Ariel Maximiliano Salas (30) cayeron a tiros durante un saqueo en Laferrère. La misma suerte corrió Pablo Marcelo Guías, de 23, muerto en San Francisco Solano, Quilmes.