De añares a la fecha, las dietas se han permeado de cuentas matemáticas, incitando a sumar y restar calorías para mantener las figurillas bajo control. A tal punto se ha vuelto obsesión el susodicho cálculo calórico que, en abundantes ocasiones, ha acabado cual trastorno con nombre propio (permarexia), afectando saludes muchas. Encontrando, además, contrincantes varios que dicen que atender tanto a las calorías no es sano, que mejor ejercicio, baile y amigos, decir adiós a la obcecación. Que si es por salud, bien vale; pero si es por cosmética, habrá que recalcular imperativos del tipo: 1940 calorías diarias para las damas; 2550 para el varón. Empero, la tiranía calórica continúa, y hoy se hace carne en nueva empresita: Calorie Brands, una cuenta de Instagram que es sensación. Con menos de dos semanas online, ya suma alrededor de 55 mil seguidores, evidentemente gustosos de que alguien los provea de los deseados números. Después de todo, a aquello se dedica la web: a develar cuántas calorías se consumen al embuchar tal o cual plato o bebida, reemplazando la etiqueta del producto en cuestión con la mentada cifra, enarbolando un lema ligeramente tontolón… “Este es el aspecto que deberían tener las marcas para ayudarte a alcanzar tu cuerpo deseado para el verano”, apunta el sitio, de creador/es anónimo/s, que busca ¿desenmascarar? a pobres alcoholes y populares comidas chatarras, acaso encarnado la frase de Cervantes que reza: “La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira, como el aceite sobre el agua”. Ergo, honestidad brutal para una porción de fritas de cierta megacorporación fastfood, la hamburguesita de otra, un pote de kétchup, golosinas varias, pasteles, refrescos, cerveza, vodka, una pizza entera de Domino’s o un bote de helado de Ben and Jerry’s, entre otros targets con “etiquetas sinceradas”. Una amargura que suma adeptos. En fin, todo sea por el saber…