Domingo, 17 de mayo de 2009 | Hoy
FOTOGRAFíA > ESTEBAN PASTORINO HACE FOCO EN LOS áRBOLES
Durante años, el fotógrafo Esteban Pastorino coleccionó imágenes de bosques y árboles, y esa colección incluye ejemplares de Uruguay, Finlandia, Tailandia, Estados Unidos, Argentina y hasta un bosque de bambú en Japón. La mayoría de estas imágenes fueron tomadas con diferentes cámaras panorámicas que el propio fotógrafo construyó, y tienen formato horizontal, el tradicional del paisaje. Pueden verse en su nueva muestra, Arboretum, un intento de abordar el paisajismo desde la fotografía actual.
Por Santiago Rial Ungaro
¿Puede un bosque ser reaccionario? Para Esteban Pastorino, de algún modo, eso puede ser factible. Para él, Arboretum, su nueva exposición de fotografías que se podrá visitar hasta el 27 de junio en Dabbah Torrejón, “es una muestra reaccionaria, en el sentido de que pretende reestablecer lo abolido”.
Claro que aquí, a nivel (geo) político, no hay ni izquierda ni derecha. A lo sumo hay un abajo: la tierra de la que salen los árboles; y un arriba: el cielo que buscan las ramas de estos árboles, protagonistas de esta muestra, que es prácticamente un “grandes éxitos” de árboles que Esteban fue acumulando durante años. “Es un tema que trabajé desde que me empecé a dedicar a la fotografía, así que lo fui abordando desde distintas técnicas.”
Probablemente sea por esta condición apolítica, o mejor aún suprapolítica (en el sentido de que está más allá de ella) de la naturaleza que las imágenes de Pastorino se despliegan, ajenas a las polaridades, con una ecuánime horizontalidad, sobria pero expansiva. Una horizontalidad que, paradójicamente, exalta su profundidad, su verticalidad: “En realidad, el formato horizontal del paisaje no se me ocurrió en especial para esta muestra, sino que es algo que está presente en casi toda mi obra. La mayoría de estas imágenes fueron tomadas con diferentes cámaras panorámicas que construí, de ahí lo de formato panorámico en muchas de ellas. En la muestra se ve parte de los ejemplares de bosques que capturé con mis cámaras, mi pequeña colección privada”.
Pequeña colección que incluye árboles de Uruguay, Finlandia, Estados Unidos, Argentina y hasta un bosque de bambú en Japón. En algunos casos, como Jaureguiberry (1997, en blanco y negro) y S/T (2009, tomada en Ko Tao, en Tailandia, que se ve desde la entrada) y en el visor 3D El Destino (2009), donde las imágenes fueron tomadas con otras cámaras y la proporción no es tan alargada, se mantiene igualmente el formato horizontal.
“La gran diferencia con muestras anteriores es que siempre trabajé con series bastante definidas y acotadas, tanto técnica como conceptualmente. A mí siempre me interesaron los procesos científicos, en especial los que se acercan a la acumulación de ejemplares para su estudio, que es algo que encuentro muy relacionado con la práctica del coleccionismo. Creo que hay algo intuitivo que me lleva a utilizar este formato en la mayoría de los casos. Por otra parte, el formato horizontal está tradicionalmente ligado al paisaje.”
Quizá lo reaccionario no sea en realidad esta muestra, sino el desprecio que existe hacia el género paisajístico en estos tiempos. “Creo que en cierta forma hay algo de prejuicio, o mejor dicho cierto rechazo o desinterés por el mismo. Me refiero a que no son muchos los fotógrafos e incluso artistas de otros medios —en comparación con décadas anteriores— que abordan este género. No creo que se tome al paisaje como un género en el que se puedan plantear las mismas problemáticas que se están planteando en otros géneros del arte contemporáneo, quizá porque su tradición histórica no lo permite. Creo que esto en sí es una problemática al punto de preguntarme: ¿cómo abordar este género desde la fotografía actual? De hecho, creo que es una pregunta difícil de responder, ya que no se puede evadir la carga histórica del género. Particularmente lo tomé como un desafío o ejercicio cuyo resultado todavía estoy evaluando.”
Si en obras anteriores las fotografías de Pastorino trabajaban con el espacio público (que en muchos casos terminaba pareciendo una maqueta, logrando el efecto opuesto de Dino Bruzzone, que hace que sus maquetas parezcan “reales”), estas incursiones en el espacio público natural nos descubren su propia mirada de fotógrafo. Hay algo caótico y a la vez divino en estas naturalezas vivas que, en algunas de las imágenes panorámicas cubren un ángulo de 360 grados, logrando un efecto óptico “que no es tan evidente, ya que los bosques no presentan puntos de fuga que lo revelen”.
Sea cual fuere el efecto deseado, lo cierto es que de tantos árboles y bosques uno se termina perdiendo en el vértigo espacial de estas imágenes, un efecto que en el visor estereoscópico El Destino (última obra, compuesta por dos imágenes aéreas que fueron tomadas desde puntos de vista distintos, lo que da la ilusión de profundidad) alcanza su punto culminante.
Pastorino señala que, siendo un fotógrafo de formación profesional, sus mayores influencias provienen de la fotografía, en ese difuso límite que existe entre el arte y la ciencia. Así es como señala a Fox Talbot, Arthur Batut, George Lawrence, Eadweard Muybridge o Harold Edgerton como influencias.
“La muestra está pensada, quizá caprichosamente, como un recorrido sobre las distintas técnicas que utilicé en estos años tomando a los bosques como hilo conductor o elemento recurrente, y no como una técnica única aplicada a un tema particular. En cierta forma creo que visualmente en esta muestra el artificio técnico pasa a un segundo plano.” Anteriormente utilizaba la cámara para mostrar lo que el ojo desnudo no podía ver, en este caso la “mirada del fotógrafo” está más presente.
Si Arboretum o Arboreto es, según el diccionario, una plantación de árboles destinada a fines científicos, como el estudio de su desarrollo, de su acomodación al clima y al suelo y demás variables, esta selección de imágenes se basa en un criterio similar, es decir: seleccionar cierto tipo de árboles y aislarlos o quitarlos de su hábitat natural para su estudio. Claro que el término Arboreto también se refiere a un género del arte, especialmente pinturas de árboles, fotografías o collages. Y es que, como pasa ante cualquier paisaje, los bosques están llenos de árboles, seres vivos, misteriosos, de los que aún tenemos muchísimo que aprender: a estarnos quietos, a buscar la luz, a echar raíces y a dar sombra y a vivir cientos de años. Y es que, en definitiva, perderse en la inmensidad de estos paisajes artificiales quizá sea una forma, bastante natural, de encontrarse a uno mismo.
Esteban Pastorino
Arboretum
Galería Dabbah Torrejón, El Salvador 5176.
De martes a viernes de 15 a 20
Sábados de 11 a 18
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