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Domingo, 8 de junio de 2003

MúSICA

Clásico y moderno

Con un año de retraso, y mientras la novedad discográfica en Brasil es la versión en vivo de este mismo trabajo, se acaba de editar en la Argentina Ney Matogrosso interpreta Cartola, el disco en el que el gran divo del rock brasileño de los 70 homenajea con mucho respeto al mítico
sambista olvidado durante años por la cultura oficial.

Por Martín Pérez
Apenas un disco para acompañar un libro. Eso fue en un principio el proyecto Ney Matogrosso interpreta Cartola. Un álbum que acompañaría un proyecto llamado Ousar Ser, un espléndido libro de fotografías sobre su carrera en el que se compilaba la obra de Luiz Fernando Borges da Fonseca, amigo personal del cantante y su fotógrafo oficial desde comienzos de los 70 hasta su muerte en 1990. Preparado durante años y acompañado por un texto biográfico de Bele Fonteles –autor de la biografía Gil luminoso, sobre Gilberto Gil–, a la hora de preparar su lujosa edición surgió la posibilidad de que el libro viniese acompañado por un disco. Sin ningún repertorio especial para incluir en el proyecto, Ney –que venía de recorrer la obra de los intérpretes más respetados del cancionero brasileño de los años 20 al 40 en el disco Batuque (2001)– decidió dedicar ese álbum de regalo al homenaje del mítico Angenor de Oliveira, más conocido como Cartola.
“Nadie, ni siquiera yo mismo, podía imaginarse que un disco dedicado a un autor que consideraba prácticamente olvidado podía llegar a despertar el interés que despertó. Pensé que ya nadie se acordaba de él. Pero me di cuenta que, por suerte, no era así”, cuenta el cantante, que desde hace un año gira por Brasil e incluso llegó a Portugal presentando su espectáculo basado en la obra de Cartola. “Yo había preparado un show muy pequeño y respetuoso basado en el disco, un show para ser representado apenas cuatro veces, coincidiendo con la edición del libro. Y creía que allí iba a terminar mi relación con Cartola”, explica Ney. Pero el libro no se terminó a tiempo, llegó el momento de hacer los shows pactados y la buena recepción hizo que el disco terminase saliendo de manera independiente al libro, y que el show fuese subiendo una y otra vez a escena hasta terminar siendo registrado a su vez en un álbum y un DVD que acaba de editarse en Brasil, llamado sin mucha originalidad Ney Matogrosso interpreta Cartola Ao Vivo.

VERDE Y ROSA
“Debo confesar que me da mucho pudor sumarme a la moda de los álbumes que repiten su propuesta en vivo”, explicó Matogrosso en una entrevista colectiva realizada en ocasión de la edición de su nuevo álbum y DVD, que es a la sazón el cuarto álbum en vivo de una carrera que suma ya 28 discos. “Pero cuando grabé el disco original le tenía demasiado respeto a Cartola. En los shows, en cambio, había más lugar para mi presencia. Me solté un poco más.” Producido en apenas una semana, ensayado en otra y grabado en las dos semanas siguientes, el original Ney Matogrosso interpreta Cartola es ciertamente un disco respetuoso. Pero ese respeto es el que permite un tono casi neutro, y un carácter de viaje en el tiempo para un álbum atemporal, que funciona como eficaz presentación del dueño de aquella –recurriendo a un término tan utilizado por Manu Chao– “malegría” original, capaz de reunir muy bien la alegría y la tristeza en cada una de sus pequeñas e inmensas canciones. “Siempre escuché decir que lo más difícil era estar desnudo sobre un escenario”, cuenta Matogrosso, reconocido por la puesta en escena de los shows propios e incluso de los ajenos. “Pero para mí no hay nada más difícil que subirse a un escenario a interpretar a Cartola. Porque es imposible esconderse detrás de sus canciones. Es como estar realmente desnudo.”
Según nombres históricos de la música popular brasileña como Nelson Cavaquinho o Paulinho Da Viola, Cartola fue el mayor sambista brasileño de todos los tiempos. Aunque las (injustas) vueltas del destino recién le permitieron concretar el sueño de grabar un álbum propio a los 65 años, durante sus poco más de siete décadas de vida Angenor de Oliveira alcanzó a componer más de quinientas canciones, muchas de ellas con un lugar ganado por derecho propio en el más exquisito repertorio histórico de la música popular. Nacido en 1908 y fallecido víctima del cáncer en 1980 –apenas seis años después de haber grabado su primer disco–, Angenor fueel cuarto de siete hermanos, y debe su nombre legal a un error ortográfico del escribano que anotó su nombre en el registro civil, tal vez la primera de las injusticias oficiales que soportó en vida. Instalado en el morro da Mangueira carioca cuando allí había apenas unas cincuenta casas, Cartola supo ser allá por los años 20 uno de los fundadores de la escola do samba Estaçao Primeira de Mangueira, una de las más tradicionales del carnaval carioca, la de la caprichosa combinación de verde y rosa, colores que también engalanan la portada del álbum de Ney Matogrosso. Cuenta la leyenda que, cuando le señalaron a Cartola que verde y rosa no combinaban, el compositor preguntó: “¿Cómo no van a combinar, si el rosa representa el amor y el verde la esperanza?”

MORRO Y PALACETE
“Amo la música de Cartola desde que la escuché por primera vez”, asegura Ney Matogrosso. “Lo que me impresionó es cómo una persona tan simple puede tener una obra tan refinada. Porque eso significa que semejante sofisticación no depende de la educación formal. Que ese refinamiento puede existir en una favela y estar ausente en un palacete”, explica el cantante, que grabó por primera vez un tema de Cartola en su álbum Pescador de Pérolas, de 1987. Un disco en el que Ney por primera vez se atrevió a elegir su repertorio entre lo más clásico de la música popular brasileña, como Noel Rosa. Por entonces Cartola ya había fallecido, así que apenas llegó a conocer a su mítica segunda mujer, Doña Zica. Admirado desde los tiempos del morro por compositores respetados como Villa Lobos y Stokowski, Cartola desapareció durante varios años luego de su primer éxito durante los ‘30 y ‘40, hasta que un periodista lo descubrió a mediados de los ‘60 lavando autos. A partir de allí su figura disfrutó de un lento renacer, y fue entonces cuando, junto a su segunda mujer, abrió un local muy frecuentado por las figuras de la MPB de la época llamado Zicartola. Por aquella época el joven Ney tal vez podría haberlo conocido si se hubiese andado por esos ambientes. “Pero era una época muy hippie en mi vida”, se lamenta hoy Matogrosso, que a los 61 años aún se enorgullece de dominar ese material básico de su arte, que es su cuerpo.
Al mando de su carrera, Matogrosso ha anunciado que su próximo trabajo conceptual será sobre la música de Cazuza, con quien tuvo un romance cuando aún era un simple fotógrafo y no había formado el grupo Barao Vermelho, y cuya obra supo versionar desde el primer momento. El trabajo incluirá letras inéditas de Cazuza, musicalizadas por Adriana Calcanhoto y Nando Reis, entre otros. También tiene en carpeta homenajear en vivo a los Secos & Molhados, su primer grupo, con los que se inició en la música hace exactamente treinta años. “No está en mis planes hacer un álbum homenaje, como sé que están haciendo. Pero el segundo disco del grupo nunca fue interpretado en vivo”, señala Ney, que también ha anunciado la grabación de un álbum junto a Pedro Luis e a Parede, cuyo repertorio ya revisó para Olhos de Farol (1999), un disco en el que el cantante buceó en la obra de otros artistas y grupos de los ‘90, como Lenine, Paulinho Moska y Samuel Rosa, de Skank. “Por eso es que me gusta dejar en claro que si realicé todo un disco sobre Cartola no es por falta de otro repertorio, sino porque me da mucho placer. Y porque creo que es muy importante que la gente saboree lo que ya sucedió y ha sido olvidado.”

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