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Domingo, 27 de noviembre de 2005

La avalancha Dylan

No sólo en documental: además, Dylan desembarca en Buenos Aires en forma de libro, disco, película y hasta souvenir. Ideal para Navidad.

 Por Martín Pérez

El libro

Cuenta la leyenda que Bob Dylan se sentó un día a escribir una serie de comentarios destinados a acompañar las reediciones de sus discos, pero una vez que comenzó no pudo parar. Cuando se detuvo, tenía escrito algo que se parecía mucho más a un libro que a las liner notes de un CD. Consiguió un contrato literario y volvió a escribir, decidido a terminar lo que sería el primer tomo de sus memorias. Sus fanáticos lo esperaron con ganas: ¡Dylan había decidido contarlo todo! ¿Todo? Nada de eso, Dylan cuenta en sus Crónicas sólo lo que quiere. Pero lo hace con gracia, contundencia y un particular poder evocativo, lo que le valió los elogios unánimes cuando se editó en habla inglesa, incluso de los dylanólogos más contrariados porque el libro no dilucidaba ningún misterio. Prólogo literario de un fin de año multimediático a todo Dylan, la edición española y en tapa dura de Crónicas (Global Rhythm Press, Barcelona), que debería estar llegando a las librerías porteñas, ostenta además la increíble virtud de ser una edición casi facsimilar de su original en inglés.

El disco

Una de las cosas más fascinantes de No Direction Home, el documental de Scorsese, es cómo el mito Dylan se hace imagen, y es posible entender –y ver– que no, no fue un traidor, sino que siguió su musa hasta que se consumió junto a su llama. El álbum doble que acompaña la edición del dvd no es, específicamente, la banda de sonido. Más bien se trata de otro posible recorrido en la historia del Dylan básico, aquel que se inventó a sí mismo, reformuló las reglas de la canción testimonial y luego se electrificó durante cuatro discos (uno de ellos doble) en dos años. Este volumen 7 de las Bootleg Series arranca con una grabación casera del '59 y tiene una muestra gratis de cada álbum pirata posible –las Minnesota Hotel Tapes, los Whitmark Demos–, pero lo mejor llega con las variaciones y out-takes de aquellos discos en los que Dylan se fue electrificando lentamente, hasta llegar al "sonido mercurial" de Blonde on Blonde. Para quienes sepan inglés, Al Kooper –el responsable del órgano en "Like a Rolling Stone"– relata muy bien esas grabaciones en las liner notes.

El otro libro

Acompañando la edición del documental de Scorsese y la banda de sonido que forma parte de la Bootleg Series oficial de Dylan, aparece este libro ilustrado que transforma el fanatismo por un artista en algo casi infantil. Lleno de memorabilia facsimilar de todo tipo cuidadosamente dispuesta en sobres –los contactos de una sesión de fotos, el programa de un show en el Carnegie Hall, letras manuscritas e incluso... ¡un Dylan troquelado!– Bob Dylan, El Album es, sí, el álbum de recortes de toda una vida, pero producido en masa. Editado en castellano por la misma editorial catalana que hizo lo propio con las Crónicas, su importación a las librerías locales se anuncia recién para el año que viene.

La yapa

“La única forma de poner a una estrella de rock en la tele es darle un premio o armar un concierto a beneficio”, se escucha apenas comienza Anónimos, una película que es algo así como un delirante Bobfest, en el que Dylan encarna a un misterioso cantante, venerado y olvidado a la vez, llamado Jack Fate. A punto de participar el año pasado en el Bafici (lo que hizo que algún organizador fantasease con darle a Dylan el premio al mejor actor) y recién editada en video, Masked & Anonymous –tal su título original– cuenta cómo unos promotores algo desalmados sacan a Fate de la cárcel para ponerlo al frente de un concierto a beneficio de una nación en llamas. Cuando se pone seria, Anónimos es una película tan mala como es posible imaginar, pero cuando Fate es decididamente Dylan, la película de Larry Charles es una fiesta. Increíblemente llena de estrellas (John Goodman, Jeff Bridges, Penélope Cruz, Jessica Lange, Val Kilmer y siguen las firmas), con una banda de sonido fascinante (con versiones de los clásicos de Dylan... ¡en italiano y en japonés!), y con el propio Bob cantando al frente de su banda temazos como “I Remember You” o “Cold Irons Bound”, entre otros.

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