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Domingo, 16 de marzo de 2008

EL PROGRAMA DE TELEVISIóN DE CORMILLOT

Peso en el aire

 Por Violeta Gorodischer

También está el tema de la salud, y tal vez el único lugar en el que este punto se toca es en el programa Cuestión de peso (pionero en esta tendencia, todas las tardes por Canal 13) que por otra parte no permanece ajeno al proceso: el doctor Cormillot y todo el plantel de participantes fueron a ver la obra de Veronese al momento del estreno aunque aún no circularon sus opiniones (al menos las públicas). En cada emisión del programa, se muestra lo que ocurre puertas adentro de “La Comunidad”, dando pie a un reality muy similar (aunque sin tanto sadismo) al centro de internación Las Espigas donde están recluidos los personajes de la novela de Shua. Todos conviven en una casa durante el tratamiento médico y así es como se filman peleas feroces porque alguien contrabandeó cuernitos de grasa, o se ve a una participante que llora ante cámara cuando asegura “El gordo sufre mucho” y exhibe frente al espejo los colgajos de carne después de haber bajado 47 kilos. Hay otro que también llora al ver sus colgajos y se pregunta por qué el esfuerzo, para qué si ahora nadie va a querer estar con él y no va a poder cumplir su sueño de formar una familia. Tómalo o déjalo, el programa es así. Radicalmente explícito: la gordura es enfermedad, con todo lo que eso conlleva. Desde el que no puede bañarse solo hasta el que no puede salir de su casa o el hiperobeso que suplica desnudo (asexuado) desde la cama del hospital que lo ayuden a tener un trasplante de corazón y llevar la vida de cualquier chico de 26 años. Lo cierto es que por más buena voluntad que haya (y sin dejar de reconocer el mérito de haber conseguido que el Congreso le dé media sanción a la Ley de Obesidad, impulsada por el mismo programa), la conmiseración y el morbo empiezan a confundirse. De ahí que los productores hayan creado una sección nueva titulada “Los 5 kilos rebeldes” para darle un poco de aire al programa. Entonces llegan las “gorditas” que se pasean en bikini frente a los “gordos”. Y bailan y se ríen y se pesan como ellos para saber si quedan o no eliminadas. Chicas que ingresan de pronto el factor estético y permiten que ocurra todo lo que en la sección de los otros queda vedado: los chistes, el erotismo, la risa, los comentarios con doble sentido, la libertad de la propia Andrea Politti, que les toca la cola, las piropea, las mira de arriba a abajo y llama a sonidistas al aire para preguntar opiniones al respecto. Y atrás, la tribuna de “gordos” mira y aplaude.

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