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Domingo, 24 de agosto de 2003

Sobre el lomo y al volante

Por P.V.

Terry Lovell creía que Fórmula 1 era el nombre de un analgésico cuando la editorial Little, Brown lo comisionó en 1997 para escribir una biografía sobre el hombre que había donado un millón de libras al Partido Laborista en plena campaña por la elección de Tony Blair como Primer Ministro, aparentemente para librar a la F-1 de la legislación que prohíbe la publicidad de tabaco. Lovell era un periodista de investigación que había renunciado a trabajar en diarios sensacionalistas cuando sufrió una crisis moral a causa de su profunda fe cristiana, y que convulsionó al medio eclesiástico británico revelando en un libro posterior cómo la Iglesia había perdido casi mil millones de dólares en malas inversiones.
Lovell, también desconocido para la F-1, estaba a salvo de presiones o de posibles disturbios provocados por el amiguismo. Se tomó el trabajo con pasión, y entrevistó a 65 personas para escribir Bernie’s Game. Pero cuando intentó charlar con la primera mujer de Ecclestone, recibió un frenético llamado: “¿Mister Lovell? Le habla Mister Ecclestone. Me cuentan que está molestando a mis parientes. Si usted continúa molestándolos o publica algo acerca de mí, voy a ir a buscarlo con una pistola”.
Paralelamente, Little, Brown era visitada por los abogados de Ecclestone. El libro, listo para ser publicado en el 2000, no vio la luz. Otra editorial a la que acudió Lovell tampoco se interesó. Tampoco la segunda. Ni la tercera. Mientras tanto, Ecclestone le ofrecía comprarle el libro. O transformarlo en una autobiografía.
La obra fue publicada, finalmente, en febrero de este año, en Londres, por la Metro Publishing, que suele lanzar las ediciones que se pagan sus propios autores. El detalle le dio un giro inesperado a la historia. Bernie, que había concedido una hora para una entrevista con Lovell, finalmente le concedió cuatro. Y Slavica Ecclestone atendió al periodista en la cocina de su mansión en Chelsea. Las fotos del libro, que muestran a un jovencísimo Ecclestone, parecen sacadas de un álbum familiar, pero el autor no revela quién se las cedió.
Cunde la sospecha de que, convencido de que la determinación religiosa de Lovell tendría éxito y el libro sería publicado de cualquier manera, Ecclestone colaboró finalmente, con las fotos y pagando la edición, tratando -.una vez más– de sacar un provecho hasta de aquello que podíaperjudicarlo. La polémica creada alrededor del libro era una publicidad extraordinaria para estimular las ventas.
La biografía oficial de Ecclestone está siendo escrita por Susan Watkins, la mujer de Sid Watkins, el médico de la Fórmula 1. Negocio a dos puntas.

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