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Domingo, 5 de enero de 2014

LA VENGANZA DE LOS BARBEROS

DE NACHO CIATTI

(Noche. Uno a uno los guijarros golpean los vidrios de las ventanas, se confunden con la tormenta. Uno a uno, luego de echar abajo la puerta trasera, entran al hogar Los barberos.)

Barbero triste

El último que cierre la puerta.

Barbero último

Estamos.

Hija menor

¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen acá?

(Los barberos alzan sus navajas en el rumor de la noche, un repentino rayo las hace brillar.)

Barbero atrevido

Los barberos. Vamos a hacerte llorar, niña, así que mejor te recoges el pelo, lo echas a un lado, y rezas lo que te enseñaron a rezar.

(La Hija menor sube las escaleras aterrada.)

Barbero maleducado

¡Maldición!

Barbero cobarde

¡Todos! ¡Tras ella!

Barbero culpógeno

Esto nos va a costar caro...

(Los barberos suben hasta la habitación del Padre, menos Barbero cobarde, que descubre un piano en la planta baja, se sienta y lo ejecuta virtuosamente.)

Padre

Mi Dios. Sabía que este día llegaría. Llevo años sin cortarme el cabello.

(Barbero atrevido enciende la luz.)

Barbero maleducado

¿Quién duerme al lado?

Padre

Mi esposa.

Barbero atrevido

¿Por qué duermen en habitaciones separadas?

Padre

No nos amamos.

Barbero triste

¿Y los niños?

Padre

Ella quiso tenerlos.

Barbero culpógeno

Esto no está bien...

(El piano. La lluvia. Los truenos.)

Barbero triste

¿Por qué nos dejaste? ¿Por qué no te uniste a nosotros?

Padre

Era muy chico

Barbero maleducado

¡¿Qué tiene que ver eso?!

Padre

¡Tuve miedo de ser juzgado!

Barbero

¿Por quién?

Padre

Mi padre, duerme en la segunda habitación.

Barbero culpógeno

Hubieses sido un gran barbero.

Padre

Sólo eran sueños de niño. Como ser astronauta, o bombero.

Barbero atrevido

Maleducado, vigila a este Padre, busquemos al otro.

Barbero maleducado

¡Demonios!

(Los barberos, a excepción de Maleducado, velozmente se mudan a la habitación contigua.)

Barbero atrevido

¡Usted! ¡Abuelo! ¡Levántese! ¿Por qué no le dejó a su hijo seguir su vocación?

(La madre se destapa y se incorpora en la cama.)

Madre

¿Quiénes son ustedes?

Los barberos

¡Usted no es un abuelo!

Madre

No lo soy. Soy una madre y una esposa.

Barberos

¿Ah sí? ¿Y por qué no ama a su esposo como corresponde?

Madre

Ojalá lo supiera. Dejó de suceder. Lo amé, pero ya no.

Barbero

¿Dónde está el abuelo?

Madre

En la habitación de al lado. ¡Esperen! ¿No quisieran echarle mano a mi cabello? Llevo el mal de las puntas florecidas.

Atrevido

Culpógeno, atiende a esta señora.

Culpógeno

Esto no está nada bien...

(Barbero culpógeno recorta el pelo a Madre. Los Barberos restantes corren a la otra habitación. El Abuelo sentado al pie de la cama con su mirada perdida.)

Barbero atrevido

¡Usted! ¡¿Por qué no le dejó a su hijo seguir su vocación?!

El abuelo

Yo no tengo por qué darles explicaciones. Soy un hombre mayor. Mi vida entera fue una ruina, empezando por mi hijo. Sólo quiero estar así, sentado, cerca de la pálida luz de este velador. Vayan a buscar respuestas a otro sitio. Hay niños al lado...

Barbero triste

Usted necesita un corte, una rasurada. Todos aquí necesitamos...

(Barbero triste se queda sin aire, quiere llorar. La lluvia mengua. Alguien reza en la habitación de al lado. Los barberos prestan atención.)

Barbero atrevido

Triste, quedate junto al señor, te necesita. Dos milímetros, no más.

(Barbero triste comienza a rasurar al Abuelo. Los restantes salen.)

Barbero atrevido

Ustedes, ¿qué hacen rezando? ¿No quieren crecer?

Hija menor

Usted me lo pidió. Usted me pidió que rece. Yo ni siquiera creo en Dios.

Hijo con problemas

Yo le hago caso a mi hermana, estoy perdido en este mundo.

Barbero último

Pero ¡¿qué clase de lugar es éste?! ¡¿Y qué corte de pelo es el tuyo, niño?!

Hijo con problemas

¡Tacita! Ya le dije, estoy perdido en este mundo.

Hija menor

¡Déjenlo tranquilo!

Barbero último

¡Ustedes, afuera, a jugar, a crecer!

Hija menor

Pero, señor barbero, está lloviendo.

Barbero atrevido

Es cierto, pero ya está menguando. Los acompaño. Síganme.

(Barbero último queda a solas en el cuarto de los niños. Paz. Mira a su alrededor: No hay ningún juguete, sólo una cama marinera. Se acerca a la ventana entreabierta que golpea por el viento. La ventana está empañada. La cierra, y con la navaja como limpiador la desempaña, pega su rostro para mirar hacia fuera. En el jardín, Barbero atrevido les recorta el cabello a los niños, que están tendidos en el pasto mojado. El piano se detiene.)

Barbero último

Odio este trabajo.

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