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Miércoles, 24 de diciembre de 2008

SANTA FE › UNA MULTITUD ACOMPAñó LOS RESTOS DEL INTENDENTE ASESINADO SECO ENCINA

Vera fue una ciudad paralizada

"Queremos justicia, no venganza", dijo el presidente del Concejo Municipal, Reynaldo Fabroni, que asumió la intendencia hasta que Binner convoque a nuevas elecciones en 2009.

Vera fue ayer una ciudad paralizada. Aún no sale de la conmoción que provocó el asesinato de su intendente, Raúl Seco Encina, a quien su rival político, el empresario Héctor Tregnaghi, ejecutó a quemarropa en plena calle y después se entregó a la policía. Una muchedumbre -que muchos estimaron entre cuatro mil y cinco mil personas﷓ se movilizó en la despedida de los restos, en medio de sentimientos encontrados de dolor, desconsuelo y bronca y un infierno de versiones sobre represalias y más violencia, que el sucesor de Seco Encina se encargó de descalificar. "Queremos justicia, no venganza", dijo el presidente del Concejo Municipal, Reynaldo Fabroni, que asumió la intendencia hasta que Hermes Binner convoque a nuevas elecciones en 2009 porque Seco Encina aún no había completado los dos años de su cuarto mandato. El gobernador pasó ayer por el sepelio, como el día anterior lo había hecho la vicegobernadora Griselda Tessio, saludó a la familia del intendente asesinado y se fue: "De la muerte no hay retorno", dijo Binner.

Seco Encina fue el primer intendente de la historia de Vera que es velado en la sede municipal. La iglesia San Juan Baustista que está a dos cuadras también quedó chica para contener al gentío que acompañó el féretro hasta el cementerio municipal, donde el desconsuelo de la esposa del Seco Encina quebró a muchos.

Fabroni se encargó de la despedida. "Siempre cuesta aceptar la pérdida de un hombre joven porque queda una familia destruida y desconsolada, una vida trunca y miles de proyectos se esfuman en un instante.

Pero más cuesta aceptar esta pérdida cuando se da en circunstancia trágicas y mucho más todavía cuando la persona representa lo que era Raúl. Todos sabemos quien era y lo que hizo, un hombre democrático que supo ganarse la confianza de su pueblo a lo largo de tres períodos y un cuarto que quedó trunco ahora", dijo.

El nuevo intendente asoció la decisión de Binner, Tessio y de legisladores del Frente Progresista de "acompañarnos en este dolor, justamente en la ascendencia política" de Seco Encina en la provincia. "Por eso, cuando festejamos los 25 años de democracia un hecho de estos nos cae como un mazazo y puede llevarnos a pensar que hemos vuelto al pasado. Pero yo creo que no, quiero creer que no. Las adhesiones de los opositores así me lo confirman", dijo.

Fabroni trató de restarle cualquier motivación política al crimen. Seco Encina había derrotado a Tregnaghi en las últimas dos elecciones y en la última por sólo 200 votos. "Creo que se trata de un hecho de intolerancia sí, pero no política. Creo que se trata de un hecho de intolerancia de alguien que creyó que de esa manera podía solucionar un problema y sólo lo agravó y perdió mucho más de lo que suponía ganar con su acto. Y le hizo perder al pueblo de Vera mucho más de lo que él se imagina".

"Esto, amigos, requiere justicia. Y vamos a hacer todo lo que podamos para el esclarecimiento de los hechos y que no resulte en una burla más al estado de derecho. Por eso, a pesar de la bronca y la desesperanza que sentimos hoy, sigamos los pasos de Raúl, el era un hombre democrático. Queremos justicia, no venganza. Y vos Raúl, te digo que vamos a dejar el pellejo para continuar tu obra", concluyó Fabroni.

Gladys, la esposa de Seco Encina, rompió en llanto: "No quiero, no quiero", balbuceó mientras se abrazaba al cajón. El silencio se hizo pesado. Uno de los primeros en resaltar la connotación política del crimen fue el secretario general de la Municipalidad de Vera, Leandro Venegas. "Esto viene de las últimas elecciones, (Tregnaghi) no aceptaba el resultado electoral. Nunca pensamos que se llegaría a este desenlace. Este tema no sólo tiene un tinte particular, sino político", dijo Venegas. En la misma línea se pronunció, el secretario de prensa, Ricardo Musso, fue testigo directo del asesinato y salvó su vida cuando Tregnaghi lo apuntó y él se escondió detrás de un auto.

Sin embargo, Fabroni negó la disputa política. "Esta situación que hoy nos toca vivir es algo absolutamente inesperado para nosotros, es una locura", dijo por LT10. "Vera no es una ciudad violenta. La gente no es violenta, todo lo contrario. Este hecho nos ha consternado a todos, más si pensamos que hace unos días festejamos el aniversario número 25 de la democracia".

"No es una cuestión política -insistió Fabroni﷓, se intentó dirimir una cuestión comercial o empresarial. Yo he recibido llamados de dirigentes justicialistas. No hay en Vera un ambiente de enfrentamiento político por esta situación. Entonces, nuestra responsabilidad es llevar esto al plano que corresponde porque si no sería una locura. Si estaríamos hablando de un crimen político y de un enfrentamiento político que derivó en esto, entonces usted se imagina en donde estaríamos parados. Yo entiendo que no es así. Espero que la gente que está del otro lado también lo entienda así, este es el mensaje que vamos a transmitir a los verenses. Nosotros queremos justicia, no venganza", sentenció.

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Seco Encina y el autor del crimen, Héctor Tregnaghi.
 
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