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Lunes, 16 de noviembre de 2009

SANTA FE › LA PROVINCIA REPLANTEA LA ASISTENCIA ALIMENTARIA PARA PREVENIR IRREGULARIDADES.

Cada comedor comprará con su tarjeta

Tras la clausura de 55 comedores en Rosario, otros 40 pidieron la suspensión de la asignación de manera espontánea. Además, el ministerio de Desarrollo Social recibió 74 denuncias y comenzará un operativo de fiscalización general.

 Por Evelyn Arach

"Estamos replanteando todo el sistema de contención alimentaria", reconoció a Rosario/12 Julián Galdeano, secretario de Municipios y Comunas. La declaración surge en el marco de la multiplicación de denuncias sobre la existencia de comedores truchos que en tan sólo un mes llegaron a 74 en Rosario. Por esta razón, a partir de hoy un equipo interdisciplinario de jóvenes voluntarios recorrerá esas y otras instituciones evaluando la prestación. Además, a las 55 bajas por irregularidades se sumaron otras cuarenta, siendo 95 las clausuras. En ese contexto, el Ministerio de Desarrollo ya puso en marcha un nuevo sistema para entregar mercadería a todos los comedores que dependen de la provincia. Consiste en una tarjeta institucional con la cual los responsables de los centros comunitarios realizan la compra de los productos asignados directamente en los supermercados. "Con el sistema anterior teníamos muchos robos de mercadería. Estamos ajustando el mecanismo, pero si funciona bien en Rosario la idea es extenderlo al resto de la provincia", adelantó el funcionario.

Con la nueva tarjeta institucional, en el futuro ya no habrá más un depósito de alimentos dependiente del Ministerio de Desarrollo como existe actualmente en el Batallón de Comunicaciones 121 sino que el titular de cada comedor o copa de leche podrá concurrir al supermercado y elegir lo que realmente necesita. "Estamos trabajando con los proveedores mayoristas que ya tenemos, pero vamos a ir aceptando a todo el que se adecué a los precios que paga el estado", dijo Galdeano. Y respecto a las bondades del nuevo sistema añadió: "Hay comedores que reciben donaciones de determinados alimentos por parte del sector privado y ahora podrán usar la tarjeta que le proveemos para priorizar lo que realmente necesitan".

El sistema comenzó hace un mes y se están puliendo los mecanismos. Anteriormente, fletes contratados por el estado retiraban la mercadería del depósito y la llevaban hacia los distintos comedores. Pero había dos problemas recurrentes: el robo de los víveres como consecuencia de la tercerización del servicio y la imposibilidad que vivían los beneficiarios de modificar el contenido de lo que recibían de acuerdo a la necesidad de cada lugar.

Consultados por este diario algunos titulares de comedores y centros comunitarios afirmaron estar conformes con el nuevo sistema. "Vino el camión, pasó la tarjeta por el posnet y me dejó la mercadería que pedimos", describió una mujer de Barrio Acindar. Y Soledad Aminchiardi del comedor Jesús Pan de Vida ubicado en Las Flores -donde comen unas mil personas por día- también aseguró que si bien este primer mes recibieron los mismos productos de siempre, están esperando poder elegir. "Hay mercadería como la harina que casi no usamos y otra que estamos necesitando pero no está incluida. Por eso creo que va a ser un buen sistema", afirmó.

Por otro lado, mientras estas modificaciones apuntan a mejorar la asistencia a los centros comunitarios que funcionan correctamente, a partir de hoy comenzará un operativo que busca intensificar los controles de aquellos lugares señalados por los vecinos como deficientes. "A partir de las 74 denuncias anónimas que recibimos en el último mes al 4725514 un equipo interdisciplinario de 36 voluntarios recorrerá esas instituciones desde el lunes con el objetivo de saber qué ocurre. Pero además investigará qué sucede con el resto de los comedores del barrio evaluando las condiciones edilicias, la cantidad de raciones y los días de funcionamiento. Para eso no sólo dialogarán con los responsables del lugar sino con los beneficiarios que figuran en el padrón", anunció Galdeano. Las inspecciones se extenderán a las 350 copas de leche dependientes de la provincia.

El grupo estará a cargo de la responsable de Monitoreo y Evaluación de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social, Mónica Liborio. Desde esa área aclararon que el objetivo no es sólo controlar sino también conocer las necesidades de las 350 instituciones que reciben víveres secos en la ciudad: si tienen o no personería jurídica, si necesitan mejoras edilicias, mobiliario o equipamiento y si están conformes con el nuevo sistema de tarjeta institucional. Los encuestadores serán 36 jóvenes estudiantes de medicina, que poseen conocimiento sobre nutrición y pueden evaluar si son suficientes las raciones que recibe cada comedor o necesita más ayuda. "Queremos mejorar el servicio y para eso es necesario hacer un relevamiento completo de todos los casos", explicaron. El procedimiento llevará aproximadamente diez días, y luego se repetirá en la ciudad de Santa Fe.

Está claro que el sistema de contención alimentaria que surgió después de la crisis del 2001 sufrió un desgaste a lo largo de todos estos años. Por ese entonces familias enteras que habitan barriadas de la periferia, decidieron abrir las puertas de su casa para dar comida a otros vecinos de escasos recursos. Pero, como reconocen los propios funcionarios, sostener todos los días durante varios años este tipo de asistencia se volvió desgastante y algunos poco a poco dejaron de funcionar, aunque siguieron recibiendo los recursos del estado.

Tras la repercusión mediática que tuvo la existencia de 55 comedores truchos que fueron dados de baja por irregularidades, en el último mes unas 40 instituciones pidieron ser borradas de las listas oficiales. Es decir, los responsables de esos comedores fueron al ministerio y pidieron dejar de recibir el subsidio por temor a ser escrachados por mal funcionamiento. Así el total de bajas llegó a 95. Y hay 10 suspensiones de instituciones que están siendo investigadas por la justicia.

En ese marco, y con el objetivo de mejorar la asistencia alimentaria de las 55 mil personas cuyo sustento depende de la ayuda estatal, el ministerio de Desarrollo Social estudia cambiar la estrategia. "Asistir a un barrio a través de un servicio unifamiliar se vuelve inviable. Por eso queremos apuntar a las organizaciones sociales, clubes, vecinales, ONG, centros comunitarios, iglesias y centros de jubilados, lugares donde el trabajo no recaiga en una o dos personas sino que se comparta y pueda sostenerse en el tiempo", sostuvo Galdeano, que durante estos días participa de numerosas reuniones con referentes de distintos barrios.

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En el comedor del barrio Las Flores confían en el funcionamiento del nuevo sistema de compra.
Imagen: Sebastián Granata
 
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