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Lunes, 25 de julio de 2016

SANTA FE › LA ALIANZA DEL PRO Y LA UCR PROVOCA JUGADAS INESPERADAS EN EL FRENTE PROGRESISTA

Si algo los unirá será el espanto

Con el visto bueno de Lifschitz, el socialismo sale a seducir en el territorio a organizaciones sociales y sectores del Partido Justicialista que antes se han reconocido en el kirchnerismo. "El enemigo es Cambiemos", coinciden todos.

 Por Pablo Fornero

"A veces me siento más cerca del oficialismo provincial que de mis propios compañeros". La frase, reveladora y lapidaria, que el diputado Luis Rubeo le propinó a Rosario/12 no es azarosa. Es parte de una coincidencia entre el socialismo y un sector del peronismo acerca de las claves de la construcción política a futuro: "El límite es Cambiemos", repiten de un lado y del otro. "El enemigo es la derecha", replican organizaciones ligadas al progresismo y a lo "nacional y popular". Dentro del PS es el propio gobernador Miguel Lifschitz quien le pide a las bases que "hay que hablar con todo el mundo". No se gesta un acuerdo dirigencial, para nada, "es imposible", se reconoce. Pero sí analizan ampliar los horizontes del partido ante la amenaza de la alianza entre radicales y macristas.

"Frente Social". De eso habla el gobernador ante sus cercanos cuando proyecta su crecimiento político y el del partido que tiene a Antonio Bonfatti como presidente. "Algo que cobije un poco más", cuenta a este medio uno de sus laderos, un aglutinamiento que contenga un poco más a sectores que comparten adversarios. Un funcionario de alto rango que se sienta a la mesa chica del gobernador, lo cuenta así: "En el territorio, particularmente con los senadores, se está trabajando bien, son bien atendidos, existe un buen vínculo en función de las necesidades que no son resueltas por Nación, por eso ellos han mirado hacia la Provincia". La semana pasada, en este medio, el cacique del cordón industrial, Armando Traferri, no descartó un acuerdo entre ambos partidos. Uno de los límites, está claro, es el mismo para los dos.

El amor entre gran parte del radicalismo y el PRO crece semana a semana. Desde ambos sectores se aprieta cada vez con más ahínco al socialismo para que ponga su pata en Cambiemos. Y tras las duras acusaciones del presidente Mauricio Macri a Lifschitz, el intendente José Corral y el diputado Mario Barletta eligieron ponerse del lado del mandatario nacional. Esa postura los distancia aún más de sus socios en la provincia. Por ese motivo, el gobernador se mueve sagaz como ambulancista a la búsqueda de heridos.

Diez días atrás, el socialismo convocó a más de 200 organizaciones sociales en ciudad de Santa Fe. Lifschitz llamó a "reconciliar al Estado con la sociedad civil", en línea con aquello de "Frente social". A su lado estuvo el legislador Julio Garibaldi, referente de la juventud del PS, quien amplió su lectura para Rosario/12. "Tenemos que ir hacia un Frente más abierto, más amplio", reclamó y apuntó que "no sería descabellado pensar que (sectores del PJ) manteniendo sus ideales se sientan atraídos o participar de esta propuesta política". Como los une un "límite común", Garibaldi propició que "sectores filo peronistas que quedaron desconcertados" tras la derrota en la elección presidencial se acerquen al Frente santafesino. En sintonía con el gobernador, llamó a mantener "diálogo con todo el mundo y coordinar en lo cotidiano desde las bases".

Ahí, en las bases (en algunas), la lectura, aunque con reparos, es similar. Juan Carlos Rodríguez, líder de la Federación de Tierra y Vivienda y el partido Miles, recordó que trabajó "fuerte" para defender la transversalidad que propuso en su momento el ex presidente Néstor Kirchner. Ahora, en esta coyuntura, considera que la oportunidad se renueva. "El socialismo no es el enemigo, aunque no coincidamos en algunas declaraciones. El enemigo es la derecha, la UCR y el PRO, estamos en un momento de pleno diálogo y construcción", confirmó. "Está más que claro", para el dirigente que camina los barrios rosarinos que "el límite es Cambiemos". Rodríguez pide que las declaraciones "hacia las bases sean claras, porque el tejido social se está rompiendo en mil pedazos". Mientras tanto, espera participar el 19 de agosto de una "gran marcha" en Rosario convocada por la CTA y de la que también movilizará la CGT. El destinatario de la protesta será el gobierno nacional.

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Un síntoma: Lifschitz reunió la semana pasada en Santa Fe a 200 organizaciones sociales.
Imagen: Gentileza www.oidmortales2011.blogspot.com.ar.
 
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