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Viernes, 5 de febrero de 2010

DEPORTES › COLECTIVO CON HINCHAS DE ÑULS FUE BALEADO POR DESCONOCIDOS

Disparos en la madrugada

Un chico de 14 años fue operado anoche y se debatia entre la vida y la muerte como consencuencia de tres impactos en la cabeza. Fue en el acceso sur, bajo la lluvia torrencial. El colectivo que los transportaba se había detenido allí tras reventar dos cubiertas.

 Por Alejo Diz

Habían pasado pocos minutos de la tres de la madrugada cuando dos cubiertas reventaron y obligaron al micro a detener su marcha a metros del Casino. Era el noveno colectivo, de los diez que viajaron, que regresaba con hinchas de Ñuls de Buenos Aires. Media hora más tarde de la avería llegó un colectivo vacío para completar el traslado a la ciudad de los simpatizantes leprosos. Sobre una copiosa lluvia comenzaron los pasajeros a descender para abordar el transporte en condiciones, cuando una sostenida ráfaga de disparos iluminó la noche, dejando como saldo tres heridos. Uno de los heridos fue un chico de 14 años, quien recibió tres impactos en la cabeza. El de ayer es el primer episodio de violencia en la hinchada rojinegra desde el 26 de enero de 2009, cuando los hermanos Camino tomaron por asalto las instalaciones del parque Independencia.

El ataque. Diez micros con hinchas de Ñuls viajaron el miércoles a la mañana a Buenos Aires para alentar al equipo de Roberto Sensini en Parque Patricios. Algunos de esos colectivos transportaron a socios de Ñuls, que se llegaron al estadio quemero en excursión organizada por la Subcomisión del Hincha del club. A las dos de la madrugada de ayer, aquellos socios estaban de regreso en la ciudad, sin sufrir mayor contratiempo que las inclemencias del tiempo.

Otros dos micros, contratados por "la hinchada", demoraron una hora más en retornar. Fue recién pasada las tres de la madrugada, y bajo una lluvia sostenida, cuando el primer colectivo con hinchas, de doble piso y color azul y blanco, reventó dos cubiertas, quedando definitivamente detenido tras superar el puente del arroyo Saladillo, a la altura del barrio Las Flores, a 600 metros del Casino.

La pertinaz cortina de agua que caía hizo que ningún hincha descendiera del micro. "Bajó uno sólo a orinar y subió. Nos quedamos todos arriba esperando que nos vengan a buscar", recordó a Rosario/12 Juan B., de 19 años, quien se encontraba en el colectivo. Pasaron diez minutos, cuando llegó al lugar el décimo y último micro proveniente de Buenos Aires con hinchas del parque, el cual se detuvo por pocos minutos, puesto que ya estaba pedido el transporte de auxilio para los 52 hinchas varados. "Se comunicaron con el micro que llevaba la gente de Villa Gobernador Galvez y arreglaron para que nos venga a buscar dado que ya había terminado su recorrido", apuntó Juan.

"Habrá pasado media hora, cuando veo que llega un colectivo de color amarillo, que terminó siendo el que nos venía a buscar", aporta Matías G., de 27 años, a este diario. Y precisó: "El micro se acomoda adelante y nosotros comenzamos a descender del colectivo roto para subirnos al otro. No paraba de llover y no se veía nada. Estaba esperando que bajen algunos para ponerme en la fila, cuando de repente escuché un estruendo impresionante. Eran tiros, tiros y más tiros, parecían que salían todas las balas juntas".

La huida. Del lado derecho de la banquina, a 20 metros, el terreno tiene una pronunciada pendiente en descenso, de donde yerguen altos helechos. De atrás de los yuyos venían los fogonazos, los cuales impactaron en el colectivo de auxilio, y en Walter C., de 14 años, que recibió "tres balazos en la cabeza en momentos que se disponía a ascender al colectivo nuevo. Terminó de subir y cayó en el interior", precisó Juan. La ola de disparos también hirieron, sin mayor gravedad, a Diego M., de 28, en el torso, y Carlos M., de 42, en el rostro.

Ante el pánico los hinchas que permanecían guarecidos dentro del micro averiado comenzaron a intentar el descenso por las ventanillas que miraban hacia al trazado de la autopista que va destino a Buenos Aires. Fue en ese instante que los choferes de ambos colectivos decidieron escapar de la mira de los agresores poniendo en marcha ambos vehículos. "El chofer del colectivo amarillo, que nos vino a buscar, pone primera y nos vamos tocando bocina y haciendo señas de luces. Tomamos Oroño y fuimos hasta el Heca porque vimos que uno sangraba mucho de la cabeza. Los médicos del hospital también tenían miedo. No quisieron a atender a Walter en el colectivo. Lo que hicimos fue ir a buscar una camilla, lo bajamos del micro y lo metimos en el hospital. Cruzamos la ciudad haciendo todo el ruido posible y no nos cruzamos con ningún patrullero", relató Juan.

El colectivo que se encontraba en llanta, a pesar de la rotura de dos cubiertas, también se puso en marcha para salir de la zona de tiro de los agresores. "Llegamos hasta calle Lamadrid, nos bajamos todos y cada uno se fue por su lado, como pudo. Estábamos shockeados", reconoció Matías. "En el Casino no había ningún patrullero", subraya el joven hincha.

La policía, en cambio, se expresó por medio del inspector de la Zona 3 de la URII, Alberto Villa: "El patrullero que se encontraba en la Circunvalación custodiando las adyacencias del Casino acudió del inmediato al lugar tras escuchar los disparos. Pero cuando los efectivos arribaron al lugar ya no estaban los micros. Sólo se hallaron dos vainas servidas de calibre 9 mm".

Las Flores. "No sabíamos qué hacer, por suerte los choferes tomaron el volante y logramos salir", remarcó Matías, quien luego explicó los motivos de la partida del micro en llanta: "En la confusión uno gritó que había que salir del lugar porque era jurisdicción de la comisaría donde vive Pimpi (Alberto Camino). Si nos quedábamos teníamos que ir a declarar a la comisaría de Las Flores, y los hinchas de Ñuls sabemos bien qué significa eso. Nos vamos a presentar en Tribunales. Es obvio que atrás de esto está Pimpi", afirmó Juan, compañero de Walter.

La increíble agresión con armas de fuego a la hincha leprosa se produjo horas después de que el primer equipo rojinegro jugara su primer partido de visitante con Pimpi en libertad, condición que recuperó el pasado 24 de diciembre. Quien fuera líder de la barrabrava rojinegra bajo la presidencia de Eduardo López no se habría presentado el sábado en la comisaría, mientras Ñuls jugaba contra Independiente, como está obligado, en el marco de las restricciones impuestas por la Justicia a su libertad condicional. Al respecto, la dirigencia que preside Guillermo Lorente elevará su inquietud ante las autoridades policiales, que ayer por la tarde dieron con el micro azul y blanco que pinchó en la autopista, quedando por hallar el colectivo amarillo que recibió la mayoría de los impactos.

"La policía va a hacer lo posible para decir que hubo un enfrentamiento. Y lo que pasó es que nos atacaron con armas de mucha potencia", denunció Juan. "No sabemos si esto está relacionado con la interna de la barra de Ñuls. No descartamos ninguna hipótesis en la investigación", razonó el jefe policial.

El club difundió un comunicado en el que se solidariza con las víctimas del "lamentable" hecho y asegura desconocer el ómnibus que sufrió el ataque a balazos. "Resulta evidente que la institución no tiene relación con los acontecimientos. El caso en cuestión es un hecho puramente delictivo, por lo que entendemos que corresponde a las autoridades públicas caratular e investigar adecuadamente el hecho para hallar él o los responsables".

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Otro de los micros que recibió balazos quedó bajo custodia de la policía.
 
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