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Sábado, 22 de septiembre de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › MAS DE 100 MIL JOVENES CELEBRARON EL DIA DE LA PRIMAVERA

La ciudad de los pibes del rock

El corredor de galpones de la Secretaría de Cultura municipal, fue "invadido" ayer por miles de chicos atentos al carácter eminentemente rockero del festival que se organizó. En tanto, el balneario La Florida fue otro punto de la celebración con una composición más heterogéno.

 Por Edgardo Pérez Castillo

Una vez más, la lluvia faltó a la cita. Hay que decirlo: aunque no todos lo admitan, aquellos que hace tiempo abandonaron la profesión de estudiantes aborrecen a la frescura y el frenesí adolescente del Día de la Primavera. Claro que ello poco le importa a los jóvenes que año a año se obstinan en invadir todo espacio abierto que les brinde la posibilidad de confraternizar y mantener vivo el espíritu del picnic. Ayer no fue la excepción.

De hecho, apenas pasado el mediodía en el balneario La Florida ya eran más de 15 mil las personas que desafiaron a las nubes y optaron por la playa municipal (a lo largo del día superarían los 20 mil, según precisó Aníbal Modarelli, responsable de la organización). La oferta allí resultaba diversa. El escenario principal --ubicado en el extremo norte del predio-- proponía los shows centrales, que incluían a Sin Red, la animación de los Block & Roll y una de las cantantes de Operación Triunfo. En el centro, otro tablado se destinaba a una docena de bandas, mientras que sobre el costado de la entrada del sur un tercero se había adaptado para un centenar de hip-hoperos, sumando además a una treintena de niñas con su número de hip hop coreografiado.

Claro que intentar unir todos esos puntos circulando por la pasarela de madera era casi una quimera. Utilizada también como punto de encuentro, era también el sitio ideal para que diversas promotoras dispararan la testosterona de los miles de adolescentes que paliaban el calor a fuerza de gaseosas. Entre los diversos productos en promoción, un grupo de señoritas instaba a la precaución repartiendo preservativos de primera marca, convirtiéndose así en una irresistible (pero segura) invitación al pecado.

Menos asfixiantes, los parques Alem, De las Colectividades y España fueron también una alternativa válida, y siempre menos masivas. Es que ya dentro del corredor de galpones de la Secretaría de Cultura municipal, el Sport78 Match Rock ofrecía una primer edición que logró reunir a más de 12 mil personas. Cercado por seguridad privada y custodiado además por personal policial, de Gendarmería y de la Guardia Urbana Municipal, el predio se dividió en tres grandes espacios: el Escenario Fluid del Galpón 11, el Escenario Principal instalado al aire libre entre los galpones 13 y 15, y la Fábrica Cultural que se alojó en este último.

Atentos al carácter eminentemente rockero del festival, los organizadores fueron previsores y montaron un ingreso único por calle Buenos Aires, convirtiéndolo en una barrera infranqueable para los que se entusiasmaron con una tarde de música y cervezas al aire libre. Así, dentro del vallado las opciones gastronómicas se limitaban a choripanes y gaseosas, algo que no amedrentó a los punks de crestas al viento que se mezclaban entre los skaters en el Galpón 11.

Allí el negro se presentaba como color predominante, selección acorde a las bandas que animaron la jornada: entre otras pasaron Fruta Deliciosa, Alegre No Tanto y Dubies (todas con el reggae como bandera), la ecléctica y explosiva Carmina Burana, los nü metal de Fluido y las punks Asphix, All the Hats y Zona 84, que allanaron el camino para el cierre de la porteña Massacre. Ajenos a lo que ocurría sobre tablas, en uno de los extremos del galpón se apiñaban los skaters que se le animaron al half (una pequeña pista con forma de U), mientras otros transformaban los bancos del lugar en obstáculos que sortear.

Menos estandarizado, el público que optó por el Escenario Central recibió una programación heterogénea. Por allí pasaron, entre otras, Inercia, Tach Tumach y su hard rock, Degrade, Los Sucesores de la Bestia, Rosario Smowing, El Regreso del Coelacanto, Los Vándalos, Coki & The Killer Burritos y Bulldog, separadas por las desopilantes intervenciones de Eber Ludueña. En esencia, lo mejor del rock rosarino, en lo que se presentó como una interesante propuesta que, de sostenerse, podría convertirse en uno de los eventos culturales más importantes del calendario anual.

Como para darle mayor vida a la jornada, en el Hipódromo se realizó Rock & Beat, reunión que incluyó la participación de Dj`s y de las bandas locales Sinapsis y Psycho Project, que abrieron una grilla que se completó con Bicicletas, Azafata y Estelares, quienes debían cerrar el encuentro pasada la medianoche.

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Los Vándalos tocaron en el escenario central.
 
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