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Lunes, 8 de diciembre de 2008

CULTURA / ESPECTáCULOS › CINE. ROJO COMO EL CIELO, HISTORIA REAL DE UN MONTAJISTA DE SONIDO ITALIANO

La belleza que trasciende lo visible

El film de Cristiano Bortone recupera un fragmento de la vida de Mirco, pequeño fanático del cine que queda ciego por un accidente. Retrata las instituciones destinadas a no videntes en los años 70 y el descubrimiento de otros sentidos.

 Por Emilio A. Bellon

Rojo como el cielo. ("Rosso come il cielo"). Italia, 2006

Dirección: Cristiano Bortone

Guión: Mónica Zapelli, Paolo Sassanelli y Cristiano Bortone.

Fotografía: Vladan Radovic

Música: Ezio Bosso.

Intérpretes: Luca Capriotti, Paolo Sassanelli, Marco Cocci, Simone Colombari.

Duración: 96 minutos.

Sala: Del Siglo.

9 (nueve) puntos

Amante del cine, particularmente de los westerns, el pequeño Mirco vive en una región de la Toscana, junto a sus padres. En ese pequeño pueblo, cercano a Pisa, lo vemos jugar y compartir con los suyos una existencia amable. Pero un día, una caída le provoca un accidente y desde ese día ya no podrá ver más.

No es un film cercano a Ceguera de Fernando Meirelles. En tal caso, sí es un relato sobre la ceguera institucional que tiene lugar a principios de los años 70, cuando todavía los niños que habían perdido la visión debían ser separados de la escuela pública y ser internos de institutos para no videntes. A uno de estos centros será llevado el pequeño Mirco y desde la ventana de su habitación verá partir, con tristeza, a sus padres.

Basado en una historia de nuestro tiempo, el film Rojo como el cielo narra la biografía de quien es hoy uno de los más reconocidos montajistas de sonidos en el cine italiano. Su labor con realizadores de la talla de Ferzan Ozpetek, Nanni Moretti, Marco Tullio Giordana, Sergio Rubini, lo ubican como uno de los profesionales más solicitados en los laboratorios de filmación. Y en declaraciones a la prensa, cuando el estreno del film, Marco Mencacci afirmaba: "Si bien las imágenes en un film son importantes, lo que ha veces olvidamos es que el relato está igualmente dado por la manera en que la música, los efectos y los diálogos te cuentan la historia".

Mirco llegará al Instituto Chiossone junto a sus padres. Y desde el primer día deberá padecer las limitaciones y órdenes de su director, un hombre igualmente ciego para quien "la libertad es un lujo que nosotros, los ciegos, no nos podemos permitir".

Pero será una travesura de Mirco que lo llevara a descubrir, indagar en otros registros, abriéndose al mundo de los otros sentidos. A partir de una grabación se le abrirán las puertas de un mundo de coloridas y seductoras posibilidades. Hará sus propios juegos, descubrirá el mundo de los sonidos, compartirá con sus compañeros escapadas y cuentos a la medianoche, creará sus propias ficciones.

En ese mundo cerrado, negado a la fuerza creativa y a los sueños, Mirco vivirá su propia historia de amor y será guiado, alentado, por el joven sacerdote Don Giulio. Film sensible, por momentos bellamente didáctico, narrado con humildad, Rojo como el cielo es todo un hallazgo. ¿Y el título del film? En uno de sus primeros recreos, Mirco, subido a un árbol, afirma: "El rojo es como el fuego o bien como el cielo al atardecer".

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El título del film surge de la escena en la que Mirco, en un árbol, responde sobre el rojo.
 
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