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Jueves, 11 de diciembre de 2008

CULTURA / ESPECTáCULOS › LAS SEXTETAS PRESENTAN LAS COMPOSICIONES DE SU PRIMER CD

Poesía más que reivindicación

Desde su creación, el carácter femenino fue un sello distintivo para el grupo integrado por cinco mujeres y un hombre. "Surgió el interés de ver qué pasaba con los temas propios", dijo una de las líderes de la banda.

Desde sus comienzos en 2005, Las Sextetas fueron definiendo un horizonte estético. Primero, abordando obras de Liliana Felipe y Lila Downs. Más tarde, incorporando géneros, influencias y nuevos autores. Desde siempre, el carácter femenino fue un sello distintivo para el grupo que hoy conforman Jorgelina Barrera (voz y saxo), Roxana Kessuanie (bajo y voz), Graciela Amato (trompeta), Ana Vélez (batería, percusión y voz), Malena Rozín (percusión y batería) y Jorge Risso (guitarra). Aunque no es panfletarismo de género lo del grupo que esta noche, a las 21.30, actuará en El Cairo (Santa Fe y Sarmiento), donde adelantarán las composiciones propias del disco que editarán durante el 2009.

Después del debut, por el 2005, en la recordada Taberna Vasca, Las Sextetas fue variando su formación y mixturando así las influencias, según recuerda la cantante a este medio: "En principio buscábamos versionar temas de otros, y después empezamos a encontrar un estilo propio que tenía que ver con elementos más locales, con la historia de cada una de nosotras. Porque sumamos una primera plana de tres integrantes que tenemos entre 36 y 38 años, después se sumó Jorge Risso como guitarrista y después otra plana de chicas más jóvenes. Ahí fue cuando se empezaron a mezclar los estilos, con otras influencias. Empezamos a meter cosas que tenían que ver con Aterciopelados, o cuestiones un poco más soft, pero mezclando siempre una letra interesante, un estilo definido, un estilo femenino fuerte, bien femenino".

"Después empezamos a ampliar, eso se fue moviendo, empezaron a meterse otras influencias --continuó--. También por el mismo Jorge, que viene del pop, después Amato, la trompetista, viene de tocar música balcánica por mucho tiempo. Ahora llegamos al 2008 y empezamos a tratar de reversionar los primeros temas que veníamos haciendo pero con todo el choque de lo más nuevo que empezamos a meter. Ahí empezaron a surgir las ideas para temas propios, con sus letras, con un decir propio. Cambia mucho cuando uno empieza a soltar sus ideas".

Con la banda abocada a la grabación de esas creaciones personales, la cantante explicó la génesis de las flamantes obras: "Surgió el interés de ver qué pasaba con los temas propios. El recurso de la música es inagotable, pero también está el hecho de soltarse para hacer algo que no hayas escuchado antes y que tenga que ver con vos. Yo compuse algunas de las canciones, la trompetista otros dos, y después se trabajaron en grupo. Básicamente en la parte musical cada cual trabaja sobre lo que cree que tiene que ponerle o imprimirle, no hay ningún tipo de lineamiento respecto a éso. Lo cual habla de la libertad con la que se trabaja. Ahora hay una consolidación desde lo homogéneo de la música, hay una cuestión que fluye más allá de la fuerza. Se da un relaje que tiene que ver con la moderación".

Y, a pesar de que una mirada simplista llevaría a pensar en ello, Las Sextetas no se trata de una banda de género, ni fue conformada para levantar banderas del feminismo. "Tiene que ver con la afinidad --analizó Barrera--. Hay una cuestión que nos arma, lo que no hay es una necesidad de expresión de género como de reivindicación. En el tiempo actual hay una apertura hacia las libertades individuales y eso hace que la mujer haya tenido posibilidad de ocupar espacios que nunca debió haber dejado de ocupar, pero nada más. Nosotros hacemos ejercicio de eso, y lo hacemos musicalmente. Y tratamos de encontrar poesía más que reivindicación".

La respuesta, en tanto, es positiva y desprejuiciada. "En la escena no hay extrañeza, sino más bien enganche. Te atrae desde lo visual. Pero en realidad cuando hay músicos tocando la gente se aglomera o se conecta, por lo menos desde la percepción, desde escuchar. Nosotros hemos ido definiendo un estilo y la gente responde muy bien, se mete en la película. Es un juego, un sueño, un espacio que se abre en ese momento, después se cierra y cada uno sigue con su vida. Está bueno porque tiene muchísimo contenido nuestro desde el sentimiento musical", concluyó la cantante y saxofonista.

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"No hay es una necesidad de expresión de género como de reivindicación", dicen.
 
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