Aunque algunos rasgos generales permiten que el rótulo de "ópera" sirva para delinear sus características, Baltasar, maniobras de verano es una obra de características poco habituales. Creada en conjunto por el compositor Claudio Baroni (residente en Holanda), el escritor y filósofo Reinaldo Laddaga y el artista plástico Fabián Marcaccio (ambos asentados en Nueva York), el trabajo brindará esta noche, a las 21, una única función en el Auditorio Fundación (Mitre 754), como parte de la programación del Mozarteum Argentino Filial Rosario.

Estrenada hace una semana en el Argentino de La Plata (desde cuyo espacio de experimentación se comisionó la obra), Baltasar pasará por Rosario y, luego de una función en el Teatro Municipal de Santa Fe, iniciará su ciclo de presentaciones en Europa, donde Baroni desarrolla el grueso de su producción. De hecho, el segmento musical en el espectáculo está a cargo del cuarteto de percusión Slagwerk Den Haag y del quinteto de voces Vocal Lab, ambos provenientes de Holanda. Baroni, por su parte, aporta desde la utilización de sintetizadores y tapes, en un trabajo poco frecuente para la agenda local.

En diálogo con este medio, fue el compositor el que delineó el proceso de creación de la obra, y quien distinguió las características que la alejan de una ópera tradicional. "Una de las cosas que la diferencia es que no hay ninguna de las disciplinas que esté por debajo de la otra --distinguió--. En general en la ópera el que tiene el gran protagonismo, al margen de la música, es el texto. Todo el material, en cierta forma, se relaciona con lo que el texto describe. Hay una narración horizontal y la música y puesta en escena están abocadas a esa parte como idea principal. En nuestro trabajo hay un contrapunto entre las tres disciplinas, no hay ninguna que predomine sobre las otras y las tres tienen un peso específico muy fuerte. La idea es que las tres disciplinas se puedan presentar generando lo que es la obra al final. En general, a grosso modo, hay un gran contrapunto entre texto, imagen y música. No hay ninguno que esté por encima del otro".

Asimismo, el músico resaltó el carácter de permanente intercambio establecido con Laddaga (responsable del libreto) y Marcaccio, autor de las animaciones y el arte visual: "Hace dos años que estamos trabajando con la obra, aunque por supuesto que todo se va afiatando sobre el final. En el último año se intensificó muchísimo más que el primero, pero el trabajo que se fue llevando adelante realmente fue de colaboración. Porque, por ejemplo, con Fabián y Reinaldo estuvimos en contacto constantemente para poder cerrar la obra. Sobre todo desde el aspecto estructural del material".

En lo que a la música concierne, desde un primer momento Baroni tuvo en claro que trabajaría con los grupos holandeses. "Eso fue muy importante, porque es gente con la cual yo tuve la oportunidad de trabajar en otras ocasiones --explicó el compositor--. Trabajé varias veces con los dos grupos, por lo cual tenía un conocimiento muy grande de todas sus posibilidades técnicas. Esa es una parte muy importante del proyecto. Justamente, con Reinaldo el último proyecto que hicimos en Argentina, en el 97, fue una ópera, por ahí en un sentido más clásico. Y con Marcaccio trabajamos en varios proyectos durante estos últimos cinco años, entre imagen, animación y música. Y Baltasar de alguna manera conjuga las tres disciplinas, la composición, el trabajo de Fabián en animación y el texto de Reinaldo".

En cuanto a la trama, la obra narra el viaje de un grupo insurgente que ha decidido llevar a cabo un ataque a una pequeña isla. Acompañados por un niño talismán, atravesarán regiones inhóspitas hasta llegar a un pueblo que no resulta ser lo que esperaban.