Sábado, 29 de diciembre de 2012 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › LA NUEVA HISTORIETA DEL TáNDEM DIEGO AGRIMBAU-GABRIEL IPPóLITI
El nivel admirable del dibujante rosarino Gabriel Ippóliti es recurrente para la historieta europea. Su trabajo más reciente Edén Hotel lo está publicando Fierro, es imperdible. "La historieta tiene que ser siempre dinámica", señaló.
Por Leandro Arteaga
"Enero de 1947, ciudad de La Falda, provincia de Córdoba, Argentina" se lee en el primero de los cuadritos. Y a continuación: "Era apenas un niño la última vez que lo vi. ¿Cuánto puede cambiar un muchacho como él en seis años?". Quien habla es Helena, una muchacha que espera en el andén ferroviario la llegada de un joven Ernesto Guevara. Y a partir de allí, los recuerdos y el salto en el tiempo hacia 1937, con un escenario que es título para la nueva historieta del tándem Diego Agrimbau/Gabriel Ippóliti: Edén Hotel.
Se trata de la cuarta colaboración entre el dibujante santafesino y el guionista de Buenos Aires, precedida por La burbuja de Bertold (2005), El gran lienzo (2006) y Planeta Extra (2009). Todas realizadas para Europa, con ediciones en varios idiomas y premios internacionales. Las dos primeras han sido publicadas en Argentina gracias a Historieteca. Y Edén Hotel puede leerse de manera seriada, actualmente, en las páginas de revista Fierro, que edita Página/12. Sólo queda, entonces, alquilar una habitación en este hotel de recuerdos, disponerse a la lectura, y entrever qué oscuros designios son los que guardan estas paredes legendarias, reducto de nazis refugiados.
"Es una idea que tuvo Agrimbau desde hace un tiempo" explica Gabriel Ippóliti a Rosario/12. Fue pensado para Francia y se remonta a la época en la que teníamos contacto con una editora que nos publicó La Burbuja de Bertold en Albin Michel. Le había encantado, el trato prácticamente estaba cerrado, pero a último momento el editor general dijo que no, que no le interesaba y quedó archivado. Al poquito tiempo, Agrimbau estaba presentando otros trabajos suyos, en busca de editores, y se los rebotaron todos. Le quedaba la muestra de Edén Hotel, la sacó, y fue la única que interesó. Al poquito tiempo terminamos por firmar contrato con la editorial Casterman, el libro salió publicado hace sólo un par de meses en Francia, y ahora en revista Fierro".
Creo que las características de Fierro, en tanto revista que se vende en kioskos, te debe permitir una relación diferente con el lector.
¡El "continuará"! Hubo varios que me comentaron: "¡Me quedé con la intriga! ¡Quiero saber cómo sigue!". Eso está bueno, a mí nunca me había pasado lo del "continuará".
Originalmente, Edén Hotel es una historieta en color.
Es en color, y tiene un trabajo bastante interesante en ese sentido. Lo que pasa es que pensamos que en Fierro se iban a perder mucho ciertas sutilezas por el método de impresión, y por eso decidimos el blanco y negro. Pero la verdad es que al trabajarla en blanco y negro, me gustó mucho como queda también. La ajusté lo más posible, pero vamos viendo sobre la marcha, al ver cómo va saliendo impresa. La idea, en verdad, fue la de hacer una versión en blanco y negro pleno, pero después por cuestiones de tiempo no pude realizarla.
¿Hay posibilidades de que se publique después de manera íntegra?
Todavía no tenemos nada, no me enteré de ninguna posibilidad, pero pienso que sí.
Me llama la atención el interés europeo hacia capítulos históricos argentinos. Algo similar a lo que ocurriera con el álbum que Carlos Trillo y Eduardo Risso tenían previsto publicar en Francia, sobre el cadáver de Eva Duarte.
Sí, les interesa y preguntan: ¿Cómo es la historia? ¿El Che Guevara? ¿Nazis? ¿Y qué más sucede? Tanto es así que ya piensan en un segundo y tercer tomo. Igualmente, se hicieron muchas historias con el Che, pero lo que tiene ésta es el enfoque de Agrimbau, que la tiene muy clara. Mezcló un montón de cosas de tal forma que logra que uno se pregunte si lo que está leyendo pasó o no. Lo cierto es que pudo haber pasado. Es decir, no se trató solamente de armar un relato por el sólo hecho de meter al Che Guevara.
Considero que Agrimbau es alguien que sabe cómo ser verosímil. Pone el acento en el hecho de contar una historia.
A mí lo que más me gusta es eso, que me cuenten una historia. Además, si bien dibujar historieta es un trabajo tedioso, y más con documentación histórica, lo cierto es que no te aburrís, porque la misma historia es la que te va llevando, te crea ansiedad. Mientras dibujaba Edén Hotel me pasaba de pensar en cuánto tiempo me faltaba para llegar a dibujar ciertas páginas. Creo que la historieta tiene que ser siempre dinámica, nunca densa, o corrés el peligro de que el lector se aburra.
Alguien supo contarle a mi viejo un relato sobre un restaurante en Villa General Belgrano donde, en plena cena, se cerraron las puertas y, todos de pie, saludaron al mismísimo Adolf Hitler. Este hombre estaba convencido de lo que decía. El segundo capítulo de Edén Hotel me lo recordaba.
Es que el sustrato de estas historias es cierto, lo que permite pensar que son muchas las cosas que podrían haber sucedido. Para este trabajo hicimos un viaje a La Falda para documentarnos bien, hablamos con gente que tenían familiares que habían trabajado en el hotel. Las historias están todas ahí, mucha de la gente todavía está viva, y las relaciones con el nazismo son reales. Los dueños del hotel -el matrimonio Eichhorn- le mandaban guita a Hitler, eso es verdad. Ernesto Guevara Lynch vivía en Alta Gracia en esa época, integraba el Grupo Pro Aliado Acción Argentina, y puede que haya estado en el hotel, pudo haber sucedido.
¿Cómo describirías tu relación de trabajo con Agrimbau?
Estoy acostumbrado a trabajar con él, más o menos él me conoce y yo a él. Hemos viajado juntos, hay una relación de confianza. Si lo tengo que putear lo puteo. "¡Cómo vas a meter tantos personajes en un cuadro!", le digo. Pero él también me putea a mí, y eso hace que uno pueda trabajar más relajado. Si bien reniego cuando hay muchos personajes y las escenas se vuelven complejas de resolver, sé que después quedan bien, que los resultados son buenos. A veces, el dibujante de historieta quiere armar la página como un diseño gráfico, pero cuando hay mucho que poner te tenés que adaptar al relato, que es lo de verdad importante. Lo que pasa es que el dibujante quiere lucirse, y con estos guiones a veces no se puede, o por lo menos yo no puedo. Lo que pasa es que yo no cambio muchas cosas, respeto lo que el guionista dice pero, como te decía, sé que el resultado finalmente es bueno.
¿Cuál es el proyecto que ahora te tiene ocupado?
Estoy trabajando con un guionista francés, para Delcourt. Se trata de un trabajo que me encargaron, en una serie de títulos escritos por el mismo guionista pero con distintos dibujantes. Es una historia que se va desarrollando a través del tiempo. También me tocó dibujar personajes conocidos, en este caso a Einstein, en una historia donde hay una secta que trata de manipular decisiones trascendentales en la historia del mundo para evitar un Apocalipsis.
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