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Martes, 8 de enero de 2013

CULTURA / ESPECTáCULOS › BALANCES 2012. LA PLáSTICA OCUPA LA úLTIMA ENTREGA DE LOS RESúMENES DE ROSARIO/12

El año del fuego vanguardista

El arte de Rosario encontró saldo positivo en el diálogo fecundo entre lo nacional, regional y local, y en la jerarquización del patrimonio artístico público y privado. Los hermanos Schiavoni fue la exposición destacada de 2012.

 Por Beatriz Vignoli

Un diálogo fecundo entre lo nacional, lo regional y lo local; la jerarquización del patrimonio artístico público y privado, instituciones públicas con propuestas contemporáneas muy jugadas y un renovado impulso de los emprendedores privados: tal el saldo positivo para el arte de Rosario del segundo año de la década iniciada con el Bicentenario, cuyo ímpetu no decae. Un proyecto del Centro Cultural Parque de España realizado ese año, la expedición fluvial Paraná Ra'anga ("figura del Paraná", en guaraní) produjo un libro y una muestra con curaduría de María Teresa Constantin, ambos de lujo.

El año empezó a toda orquesta, con tres rosarinas (Emiliana Arias, Cecilia Lenardón y Silvia Lenardón) en Pop Up Cartoon, el proyecto multidisciplinario seleccionado para la exigente edición 2012, Unánime, del codiciado premio Petrobras ArteBA. En 2012, el soplo de fuego del Año del Dragón impuso definitivamente a Rosario en la vanguardia. El Castagnino se la jugó comprando la obra gráfica sin título de Mónica Castagnotto que generara violentas polémicas en la reinauguración de 1999. Una artista viviendo varias semanas en las instalaciones mismas del Museo de Arte Contemporáneo fue el audaz resultado del Premio Estímulo otorgado en el polémico Salón Nacional 2011 a la joven artista tucumana Belén Romero Gunset, quien realizó a mediados de año con el dinero del premio la obra Disciplina, donde el material era su propia existencia.

En el Macro puede visitarse actualmente Naturaleza de las obras, una vuelta de tuerca interactiva a la clásica muestra patrimonial por José Villa. Otro joven cool, el bonaerense Santiago Villanueva, ganó el Primer Premio Adquisición del Salón Nacional con su polémico Museo del fondo del Paraná. El segundo fue para Pauline Fondevila por una serie de dibujos surgidos su acción artística en colaboración Una conferencia en una isla. Como curadora independiente, Fondevila (galerista de Oficina 26) aportó vientos de cambio al espacio de la Alianza Francesa, celebrando el centenario de la institución con una saga muy décontractée de exposiciones de arte contemporáneo. Inne Martino fue otra artista curadora de vanguardia, continuando su espacio virtual MiniLab en el proyecto independiente Cultura Pasajera. Allí también se vio el muy real libro de arte que con el sistema de crowdfunding editaron Martino y su pareja, Fabricio Caiazza. En 2012, entre otras obras, Minilab expuso los dibujos que Natalia Lipovetzky produjo durante su residencia en San Javier (provincia de Santa Fe) y mostró en el Macro. El programa de Residencias para artistas del Museo Castagnino+Macro y del Departamento de Agenciamientos Artísticos del CEC posibilitó los dibujos de Lipovetzky y también un video, Biopic, por Liv Schulman.

El Museo de la Memoria creó en 2012 dos ciclos necesarios: uno de debates, Conversaciones, y otro de instalaciones de alta visibilidad en su patio rotonda de Córdoba y Dorrego. El Museo de la Ciudad no se quedó atrás y, en marzo, bajo la égida creativa de Luciano Ominetti, habilitó el invernadero para una amable exposición que supo unir el arte y la vida. La primera de las celebraciones, creada por María Luque con curaduría de Hernán Camoletto, incluyó actividades lúdicas para chicos y grandes. Y un poeta, Fabricio Simeoni, fue designado como curador de una exposición de objetos de la colección del Museo de la Ciudad. Este cerró el año con el taller y la muestra del proyecto ANDA, de construcción de baldosas, por (nuevamente) Martino y Caiazza.

La madurez adquirida por los artistas y gestores independientes les permitió insertarse con eficacia en un ámbito oficial abierto a sus ideas novedosas, al estar ya gestionado por cabezas abiertas como la de Roberto Echen. Echen juntó en el CEC las instalaciones de dos emergentes afianzados (Yuyo Gardiol y Ariel Torti) con los collages del maestro Adolfo Nigro, cuya compañera, Silvia González, aportó al Festival de Poesía los trabajos tipográficos de su cátedra en la UBA.

En este año del cincuentenario del Premio de Grabado a la serie Juanito Laguna de Antonio Berni en la Bienal de Venecia, el Castagnino lo festejó con tres excelentes muestras de grabado, acompañadas por hermosos libros. Tanto la muestra de gráfica de la colección Castagnino+Macro curada por Silvia Dolinko, como las retrospectivas de Mele Bruniard y de María Suardi, jerarquizaron el arte de la gráfica. Lástima que el catálogo de Suardi no fue costeado por el Museo.

El ex Centro Cultural Bernardino Rivadavia produjo dos espléndidas muestras de dos grandes dibujantes y pintores de Rosario: Raúl "Negro" Gómez y Aldo Ciccione Chacal. En 2012 se lució la gráfica en todas sus manifestaciones: el grabado, la serigrafía, el diseño, la tipografía, el dibujo, el graffiti y hasta la pintura literalmente digital sobre vidrio a la cal fueron las expresiones artísticas más visibles. Impulsado por Echen, el artista y flamante gestor cultural Lisandro Arévalo blanqueó en dos días sesenta vidrios de la ciudad con su equipo. A Gastón Herrera, un destacado dibujante, su participación en ese proyecto en el Museo de la Memoria le inspiró lo que luego se vio en el espacio estrenado este año por Cultura Pasajera: la galería Brutal! Al Pasaje Pan se sumó Epuyén Almacén de Muebles, uniendo diseño y estilo bohemio y sirviendo como lugar de amistoso encuentro.

El diseño tuvo un lugar protagónico a través de varias muestras colectivas, tanto en el Museo Castagnino como en el MDLC, que también albergó una osada exposición de arte contemporáneo co-curada por el colectivo artístico La Herrmana Favorita con la galería Daniel Abate.

La galería Darkhaus no hizo más muestras en su sala pero generó un atrevido espacio en la vidriera para el diseño experimental y continuó con su trastienda y con la subasta La Fugaz, cuya exitosa apuesta del año pasado contribuyó a renovar otro gestor municipal rico en sorpresas: Héctor De Benedictis.

Ya en el ámbito público provincial, hay que destacar la renovación completa del Centro Cultural Lavardén. Este albergó muestras muy bien integradas a su remozada arquitectura.

Hablando de arquitectura y dibujo, el libro Dibujos compilado por Rosa María Ravera (curadora de la sala Trillas del teatro El Círculo) y su presentación en el Centro de Arquitectura y Diseño en el Pasaje Pan fue un gran momento del año, lo mismo que la retrospectiva de dibujos y pinturas de Clelia Barroso en la muy activa Escuela Municipal de Arte Manuel Musto. La Universidad de Rosario puso una apuesta fuerte al crear este año el Espacio Cultural Universitario (ECU), que se suma a la tradicional sala de Rectorado y vio pasar en 2012 una buena muestra multimedia de Daniel García, Corpus.

Pero si hay que nombrar la exposición del año, esta fue sin duda Los hermanos Schiavoni, en las salas de Osde Rosario. Articulando obras maestras de artistas vivos e históricos en una genealogía cuidada, fue curada por Sabina Florio y por Iván Hernández Larguía, de quien lamentablemente fue el último trabajo de una larga y productiva vida dedicada a la cultura y a la lucha por los Derechos Humanos. Si el 2011 vio irse a Emilio Ellena, no fue menor la pena por Iván, a quien, en la Semana del Arte, Florio y equipo rindieron un homenaje a través de una instalación en el Museo Estévez donde, una vez más, la gráfica (concretamente, las ediciones de cordel) fue protagonista.

La galería Krass, el Museo Cochet de Funes y el Camp de Pichincha continuaron su labor silenciosa pero responsable. Pero sin duda el golazo del año fue el desembarco en Rosario de Daniel Obligado, quien con la galería que lleva su nombre en el local de Oroño 29 ha aportado al ámbito privado un impulso sinérgico que hacía falta: no sólo ha presentado muestras excelentes de artistas rosarinos como Eduardo Serón, Laura Glusman y Carolina Antoniadis, sino que revigoriza la escena fundada en 2005 por Cultura Pasajera a la que se sumó en 2011 Darkhaus, activando proyectos conjuntos entre las tres.

El nuevo año se inicia con nueve artistas santafesinos seleccionados para el Premio Itaú Cultural de Artes Visuales. Entre ellos se encuentran las ya mencionadas Martino y Cecilia Lenardón, y Angeles Ascúa, del colectivo La Herrmana Favorita. El año de Juanito Laguna no sería posible si unos coleccionistas rosarinos no hubieran comprado toda aquella serie de cinco grabados de Berni, para donarlos al Museo. De esto y de otras cosas se habló a fin de año en la Clínica de Coleccionismo, que dio voz y visibilidad a estos actores clave. Hay que brindar por que en el año 2013, el de la serpiente de agua, el mercurial mercado del arte vuelva a fluir en Santa Fe y Rosario.

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Con los pintores amigos, óleo de Augusto Schiavoni que formó parte de la muestra del año
 
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