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Lunes, 2 de marzo de 2015

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL VALOR DE SELMA, PELíCULA NO DEL TODO RECONOCIDA POR LA INDUSTRIA DEL CINE

A pesar de haber ganado sólo un Oscar

En la ceremonia de entrega de las estatuillas de la Academia, en la que la admirable Ida mereció el premio al Mejor film extranjero, la película de Ava Du Vernay tuvo sólo dos nominaciones pero puso al público de pie: una obra luminosa

 Por Emilio A. Bellon

Desde los días en que pudimos conocer las nominaciones para los premios Oscar, más aún desde hace décadas, una pregunta, entre tantas, me sigue asaltando: ¿Cómo es posible que si un film está nominado en ese primer rubro, tan acariciado por todos los que están atentos a cómo continuar el día después, cómo se puede comprender que si una obra fílmica esté considerada en el espacio del "Mejor film", no presente una situación similar en otras categorías? Porque, creo, trato de entender, que un film es una construcción de variados aspectos y operaciones. Esto es, un film no se puede pensar fuera de su guión, de su labor de dirección, iluminación y de montaje; de las composiciones actorales y de tantos otros órdenes.

Creo que lo dictaminado con Selma no registra antecedentes. Para ser sincero, aún no lo he explorado en profundidad. Pero lo cierto es que desde esta elección a la hora de las nominaciones, Selma, si bien resulta elegida para la categoría "Mejor film"; sin embargo, el único rubro que lo sostiene ante los ojos de los miembros de la Academia parece ser el de su canción. No es mejor film por cómo está narrada, interpretada, por su tratamiento del espacio y del tiempo, por su banda sonora, por su dirección escénica y por su puesta...No, para ellos, es mejor film parecen decirnos por su tema principal; el que, por otra parte, a la hora de ser presentado llevó a que gran parte de la platea, con una emoción inusual, se pusiera de pie y aplaudiera.

Creo, y no simplemente por sospechar, que este film altamente recomendable, fue sólo una concesión de la mayoría conservadora que integra la Academia a la actual administración Obama. El film de Ava Du Vernay, nacida en Estados Unidos en el '72, de ascendencia afro americana, transcurre en la primavera del '65, momento en el que, tras una serie de hechos, un grupo encabezado por el líder pacifista Martin Luther King, (quien sería asesinado tres años después) emprende otra de sus tantas marchas y manifestaciones, en el estado de Alabama, de Selma a Montgomery a los fines de reclamar por el reconocimiento y legitimación (ya fijados en la Décimo Quinta Enmienda de la Constitución de 1870) "del derecho humano al voto". Recordemos que en l963, el mismo Luther King, (siempre vigilado por Edgar Hoover), en Washington presenta ante todo un auditorio que lo sigue su antológico discurso "Yo tuve un sueño", pieza histórica clave, leído en las escalinatas que conduce a la escultura de Lincoln, en una de cuyas líneas podemos leer: "Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, el negro languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra asimismo exiliado en su propia tierra".

Una situación aparentemente inversa, respecto de la entrega final de los Oscars, es la que se dio en la ceremonia del año pasado. Y si bien Doce años de esclavitud, de Steve McQueen, recibió el premio al "Mejor film", sólo fueron reconocidas otras contadas categorías. Ahora bien, ese film galardonado ¿tuvo o no un director?. En ese momento, la elección del mejor director le correspondió a Alfonso Cuaron, por este film exponencial de la industria, Gravedad. Y así podríamos seguir frente a este interesado y manipulador faenamiento de lo que Hollywood instala, año tras año, con sus tan "particulares" criterios. Lamentablemente, algunos de ellos fueron trasladados, imitados, por otros festivales internacionales.

Cine y política

Al mirar hacia los primeros años '60, durante el período 1961 1963, nos encontramos que en el espacio de la presidencia de John F. Kennedy, los films más reconocidos por la Academia fueron Juicio en Nuremberg, de Stanley Kramer, West Side Story, de Robert Wise, Dos mujeres, de Vittorio De Sica, Ana de los milagros, de Arthur Penn, Matar un ruiseñor, de Robert Mulligan, entre otros; films que apelan a una visión transformadora y humanista, obras que construyen memoria sobre los horrores del pasado, expresiones artísticas que miran hacia los olvidados. Durante la presidencia de Lyndon B. Johnson, época en la que se localiza el film Selma, años en los que se continúa con gran parte del ideario de Kennedy, se puso fin a la discriminación racial, la aprobación de los derechos civiles y el nivel de pobreza bajó considerablemente. Durante su gestión, que llega hasta enero del '69, momento en que triunfa el sector republicano presidido por Richard Nixon, la Academia pasa a premiar en el '67, En el calor de la noche, de Jorman Newison, en diferentes categorías, film que desde la actuación de Rod Steiger y Sidney Poitier, nos acerca una conflictiva historia que transcurre en la zona de Mississipi entre un jefe de policía local y un hombre negro, sospechoso en primer grado de haber cometido un crimen. La rivalidad y enfrentamiento, los reclamos e injusticias, nos llevan a evocar Fuga en cadenas, de Stanley Kramer.

Si tenemos en cuenta ahora lo que Selma nos propone en relación con las diferentes situaciones que en esos años se libraba en el campo de los derechos civiles de la población negra, y particularmente en lo que compete a esta marcha, al lugar de partida de los manifestantes, al mismo lugar de llegada, Montgomery, podemos evocar desde aquí a aquel film estrenado hace veintinco años, El largo camino a casa, (The long walk home), dirigido por Richard Pearce e interpretado por Whoopi Goldberg y Sissy Spacek; ambientado en una de las ciudades de Selma, a mediados de los años '50. Un film que a través del vínculo de "esposas y criadas" escenifica los prejuicios y rivalidades, los miedos y los rechazos, que son propias de ese momento histórico, en los que la violencia se adueña de cada lugar.

El tercer largometraje de Ava Du Vernay se mueve entre la crónica, los momentos íntimos, las dudas y la violencia. Deja al descubierto aquí los espacios de poder y nos ubica frente ante las reflexiones del propio Luther King. No encontramos en el film a diferencia de la épica del Hollywood de hoy una mirada mistificadora. Ya desde el prólogo, en el que el personaje de Martin Luther King Jr. vacila mientras improvisa su discurso, se enfada por tener que vestirse de gala en ese año 1964, en el que recibe el Premio Nobel; ya desde ese momento, en el que lo vemos junto a su esposa Coretta, el personaje se nos muestra bajado de un pedestal. En este diálogo de entrecasa, seguido de la Ceremonia, hay un cierto tono de tensión que inmediatamente se va a quebrar.

El diálogo y la espera son los aspectos que el film Selma, ubica en un primer plano frente a oleadas de violencia, ante tantos homicidios y esa atmósfera que se vuelve irrespirable. Podemos destacar acá la composición que logra Tom Wilkinson del presidente Lyndon B. Johnson, quien en algunos momentos del film mantiene conversaciones de gran tensión y forcejeo sobre lo que acontece, sobre lo que amenaza, con Luther King, rol que asume el notable actor inglés David Owelowo. La marcha de Selma a Montgomery, el cruce por ese puente, despertó objeciones en la voz presidencial. Sin embargo, ante los hechos acontecidos, el llamado día después fue diferente.

Sin apuntar a objeciones radicalizadas, estimo que haber jerarquizado a Birdman, film que desde las palabras de su realizador (no así la de su presentador, Sean Penn), reivindica a un cine, en parte latinoamericano, implica subrayar sobre temáticas ya reconocibles una supuesta originalidad que impacta desde el manejo de una cámara. Mientras desde esa premiación, los grandes planos secuencias de Birdman han pasado a ser el gran tema de elogios; la fuerza de las voces de los gritos de protesta y del reconocimiento de los postergados derechos civiles de la población negra, emblematizados en el momento coral del film, no podrán ser olvidados.

Por el contrario, un solo Oscar, en este caso a la "mejor canción," no podrá eclipsar la fuerza y luminosidad de este film que hoy nos alcanza. En el conjunto de esas voces, resuenan las de tantas culturas marginadas y humilladas.

SELMA. Calificación: nueve (9).

EE.UU., 2014

Dirección. Ava Du Vernay

Guión: Paul Webb

Fotografía: Bradford Young

Música: John Legend

Intérpretes: David Owelowo, Carmen Egojo, Tom Wilkinson, Oprah Winrey,

Cuba Gooding Jr., Tim Roth, Alessandro Nivola, Martin Sheen.

Duración: 128 minutos

Salas de estreno: Del Centro, Monumental y Showcase.

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Un tenso diálogo entre Martin Luther King y el presidente Lyndon B. Johnson.
 
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