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Miércoles, 22 de abril de 2015

CULTURA / ESPECTáCULOS › LITERATURA. A LOS PIBES CRUDOS, NUEVO POEMARIO DE LEANDRO LLUL

Cuando lo poético es también político

Especialista en construir una mitología propia acumulando detalles precisos de lo cotidiano, el poeta rosarino no cesa de reescribir la propia vida como museo de heridas. Su nueva obra fue premiada por el Fondo Nacional de las Artes.

 Por Beatriz Vignoli

"Compañeros, tenemos un problema:/ somos chorizos crudos/ que en la parrilla acaban de tirar". Así comienza el poema de Leandro Llull que da título a su tercer libro, A los pibes crudos, publicado este año en Bahía Blanca por la editorial Vox. Es como si retomara en otro tono (de arenga, de discurso militante de barricada) aquel banquete caníbal y filicida del poema "El parrillero", con el que abría el primero: "Puesto el ternero de lado/ el domingo come de la carne del hijo" (Disonancia del jardín, EMR, 2009). Especialista en construir una mitología propia acumulando detalles precisos de la vida cotidiana, y capaz de pulir un poemario durante meses hasta lograr que suene como un buen disco, Llull viene de publicar su segundo libro, el introspectivo Horas menores (Huesos de jibia, 2013), donde ya se definía una reconcentrada economía discursiva como marca de estilo.

El nuevo poema dice más adelante: "Limpiarán nuestro lecho con un diario,/ repartirán las brasas para que, lento,/ el calor apacigüe, apague/ el color rojo hacia un gris claro, dorado/ como marca de fundición". Son precisamente esos colores los que el editor Gustavo López combinó para la tapa, que iba a ser azul y de impresión industrial pero que consiste en una tirada de serigrafías originales, obra del destacado artista neoexpresionista argentino Alfredo Prior.

El libro será presentado pasado mañana, a las 19.30, por otro poeta, Yaki Setton, en la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil (Alem y Gaboto) donde Llull coordina un taller literario para adultos. Antes dirigió un taller para chicos en la Biblioteca Popular para el Desarrollo Social, experiencia en la que se inspiró su poema "Ninjas".

A los pibes crudos fue presentado en marzo de 2013 al Concurso de régimen de fomento del Fondo Nacional de las Artes (organismo que ya le había otorgado al autor una beca en 2011, en el mismo género pero en otro rubro, para el libro anterior). Ganó el primer premio en el género poesía con un jurado del que formaron parte Diana Bellessi y Fabián Casas (quienes habían votado en 2010 el premio Felipe Aldana de la Editorial Municipal de Rosario para Disonancia del jardín). En agosto de 2013, Llull envió a Vox varios manuscritos de poesía (por casualidad, también en agosto de 2013 Fabián Fachi Crea editó su canción "Los pibes crudos", donde la frase tiene un sentido metafórico y no el metonímico que toma en el texto, previo, de Llull). La suma recibida por Llull del FNA en 2014 para publicar su nuevo libro le permitió a López, "estirándola" un poco, sacar una edición de lujo.

"Dimos con esta cartulina que es hermosa, morada tirando a un ocre muy oscuro, y se imprimió en serigrafía en amarillo y celeste", cuenta el editor y advierte que "además en el interior hay una serigrafía suelta, con la imagen de tapa sola, en una cartulina de 250 gramos". Este grabado original viene numerado y firmado por Alfredo Prior, "artista muy fetiche" de la editorial, según López. (La idea de "copia original", difícil de asimilar para los legos en la gráfica, implica que cada copia ha sido realizada con una técnica artística).

La conjugación entre pathos y síntesis de las líneas de Prior se lleva muy bien con este puñado de 29 textos, algunos en breve prosa autobiográfica y otros en verso libre, donde el poeta rosarino nacido en 1983 no cesa de reescribir la propia vida como museo de heridas: el gol no atajado, la madre que llega tarde, la ignominia de una campera desteñida, suman viñetas dolidas que articulan lo que políticamente le importa, que es el relato de la alianza de clases, incapaz sin embargo de absorber en la igualdad absoluta una diferencia que persiste. Pero Perón y la luz de Haroldo Conti se cruzan con las Tortugas Ninjas de la niñez: "En la Biblioteca Popular/ para el Desarrollo Social/ jugamos con Maxi a los ninjas y él/ es el negro, porque el negro/ es el bueno, y yo/ soy el blanco, el color del malo./ La mañana de invierno/ el sol es un témpano/ radiante y tibio que entra/ por la puerta vidriada,/ y tomamos de la luz la alegría", escribe Llull.

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La tapa del libro con la serigrafía de Alfredo Prior.
 
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