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Sábado, 12 de septiembre de 2015

CULTURA / ESPECTáCULOS › ALE VANNELLI PRESENTA SIEMPRE ES EL MOMENTO

Un postergado salto al vacío

Cuando Alejandro Vannelli se refiere a Siempre es el momento no duda en definirlo como un "salto al vacío". Porque luego de una extensa trayectoria como representante y productor artístico decidió volver al canto, pasión que relegó durante más de cinco décadas. Hasta que, por azar o destino, algo lo ayudó a lanzarse. "Son cosas insospechadas, a veces la vida te pone en estas situaciones", apunta Vannelli, que compara este presente con otro hecho sumamente personal y trascendente: en julio de 2010 Vannelli fue, junto a su marido Ernesto Larrese, la primer pareja en contraer matrimonio en Capital Federal a partir de la aplicación de la ley 26.618. "Eso también fue algo impensado, pero fue una propuesta de la Federación Argentina de LGBT. En este caso si bien forma parte de mi esencia, porque ya desde los 5 años iba al teatro y estudié con Carlos Gandolfo, Lito Cruz e hice distintos tipos de actividades, nunca me dediqué oficialmente a trabajar, porque la vida me llevó a la representación y la producción", recuerda Vannelli, que esta noche, a las 21.30, llegará al Petit salón de Plataforma Lavardén con su primer espectáculo.

Representante de artistas como Alfredo Alcón, Norma Aleandro, Cecilia Roth, Mercedes Morán, entre muchos otros consagrados, y productor de puestas como Taxi, Millonarios o Todos somos stars, poco tiempo atrás Vannelli encontró el impulso necesario para subir a escena. "Siempre estuve relacionado, pero de este lado, aconsejando o lo que fuera --explica--. Y siempre tuve también este deseo secreto de cantar. De niño cantaba muchísimo, hasta la muerte de mi padre a los 11 años. Que es algo que cuento en el show, donde voy narrando mi experiencia en relación a la música. Pero ese sueño de cantar quedó guardado en un lugar escondido".

Y fue un resguardo prolongado el de Vannelli, que finalmente se dejó llevar por el aliento de ese mismo ámbito artístico con el que convivió toda su vida. El primer eslabón fue el de la actriz y cantante Gipsy Bonafina (reciente ganadora de un Ace por La chica del adiós), que en un hecho casual descubrió las condiciones que su representante tiene para el canto. Desde entonces, Vannelli no hizo más que dejarse guiar por sus pares. Primero, Bonafina lo sumó como invitado a sus shows, donde logró una muy buena recepción. Luego, el pianista Ignacio Mascardi lo alentó a que desarrollara su propio espectáculo, proponiendo la participación del violinista Simón Martins.

Todo ello lo motivó a reflotar además su rol autoral, redondeando una puesta cargada de humor donde el tono íntimo va de la mano con tangos, standards y canciones de Páez, Elvis, Beatles y Piaf. "Los sueños tienen que ser realizados. Estoy por cumplir 67 años y no cantaba desde los 11. Lo que digo es que uno gana haciendo las cosas, no importa cómo funcione. Y a la gente eso la ha movilizado mucho", sintetiza Vannelli, con convicción de cantante.

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