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Lunes, 18 de diciembre de 2006

CULTURA / ESPECTáCULOS › ESTA DISPONIBLE EN DVD LA MINISERIE FRANCESA DEL AÑO 1998

Montecristo puede seguir en pantalla

Para no extrañar a Pablo Echarri y elenco, los fanáticos tienen la posibilidad de alquilar los dos discos de la miniserie realizada por la televisión gala, protagonizada por Gerard Depardieu y su hijo.

 Por Emilio Bellon

Entre una de las reflexiones de Alejandro Dumas padre ("Para toda clase de males hay dos remedios: el tiempo y el silencio") y una de las afirmaciones del personaje central de esta novela publicada en París entre 1844﷓45 por entregas ("Mírame, soy Edmond Dantés"), podemos pensar esta novela paradigmática de la literatura popular y del género de aventuras, El Conde de Montecristo, que al igual que otras obras de su autor merecieron transposiciones al cine y a distintas variantes de la industria editorial.

Ahora, tal vez movidos por sus distribuidores por el resonante éxito y la gran respuesta de público que ha merecido el serial de la producción televisiva que se apoya en los hechos de secuestro de persona y apropiación de identidad perpetrados por los agentes de la dictadura, es que se ha dado conocer en formato DVD y en una edición de dos discos, la miniserie que impactara en Francia y otros países de Europa en 1998, El Conde de Montecristo dirigida por Josée Dayan y transmitida, originalmente, a través de cuatro emisiones.

Historia que se refiere a sueños traicionados y quiebres de amistades, la novela de Alejandro Dumas (p) fue una de las favoritas del joven Gabriel García Marquez, junto a La isla del tesoro de Stevenson, tal como el mismo nos la refiere en su libro Vivir para contarla. Igualmente, son numerosos los escritores que la citan en memorias y reportajes y mereció, simultáneamente, singulares ensayos entre los que se destaca el que nos presenta Humberto Eco en su libro El superhombre de masas.

En la versión que hoy podemos conocer, el personaje de Edmond Dantes está interpretado por dos actores. En las primeras imágenes del film, es Gerard Depardieu quien cuenta su historia y será él quien llega al siniestro y amenazante castillo de If. Al recordar lo acontecido, la trampa que le tendieron, sus sueños como un joven idealista, frente al abate (el compositor George Moustaki) su personaje está en manos del joven Guillaume Depardieu. Este juego de identidades que se descubre en el plantel actoral ya nos interna en aquel otro, de simulaciones y cambios de ropajes, por distintas geografías, creado por el autor de Los tres mosqueteros y El hombre de la máscara de hierro.

En sus escritos, Alejandro Dumas (p) declara que la historia de Edmond Dantes, nombre de quien pasará a ser El Conde de Montecristo, estaba inspirada en los hechos que debió vivir un zapatero de París en el año 1807, acusado de espionaje, encarcelado posteriormente y depositario del legado de un secreto que lo llevó a la ciudad de Milán. También en esta historia había una segunda parte, la del cambio de nombre en función de un acto de venganza.

El estreno en DVD de esta coproducción de origen franco-ítalo-germano se ubica en el sistema de producción de otra de las obras de este realizador, Josée Dayan, tal como la que pudimos admirar años atrás en su versión del escritor francés Balzac, interpretada también por Depardieu y Jeanne Moreau, Fanny Ardant, Virna Lisi, Sergio Rubini, entre otros. Historia de fuerte suspenso, en el clima de las conspiraciones políticas, en el escenario napoleónico, El Conde de Montecristo transcurre entre 1814 y 1838 y será su protagonista, un joven marino, que ante rivalidades de otros, deberá pasar casi veinte años en el aislado castillo de If. Será esta secuencia la que lleva a que Italo Calvino construya un antológico monólogo, de precisión matemática, en su libro Tiempo cero. Aquí, en uno de sus párrafos podemos leer: "No sé cuántas veces el Abate Faría ha intentado la evasión: cada vez que ha trabajado durante meses haciendo palanca bajo las losas de piedra, desmenuzando las junturas de cemento, perforando la roca con punzones rudimentarios; pero en el momento en que el último golpe de pico debería abrirle paso sobre la escollera, advierte que ha desembocado en una celda todavía más interior que aquella de la que había partido. Basta un pequeño error en los cálculos, una ligera desviación en la inclinación de la galería y se adentra las vísceras de la fortaleza sin modo de recobrar el rumbo.

Al igual que Los tres mosqueteros, El Conde de Montecristo fue motivo de particulares transposiciones al cine. Ya en 1913, el pionero Porter realizó un film, en los años en que David Wark Griffith dominaba la escena. En 1922 fue John Gilbert quien interpretó a Edmond Dantés y, en el 34, Robert Donat logra una brillante composición bajo la dirección de Rowland Lee. La década del 55, tan inclinada a reconstrucciones históricas y bíblicas, nos ofrece la versión compuesta por John Dereck, trece años después de que Arturo de Córdoba lo hiciera bajo la realización de Chano Urrueta.

El cine argentino miró, atento al gran público, a las novelas de Dumas y encontramos versiones en tono de comedia y la hoy muy olvidada obra de León Klimovski, El Conde de Montecristo interpretada por el actor Jorge Mistral, junto a Elina Colomer, Nelly Meden y Ernesto Bianco. Ya en los años 70, será el cine inglés quien rescate en un clima de cine de nuevas aventuras a Edmond Dantés y, en tal caso, tras el éxito de ser uno de los mosqueteros del film de Richard Reynlds, en la que encontramos a Jim Caviezel, Guy Pearce y Richard Harris, éste como el Abate Faría.

El film del 75 tiene varios méritos y no oculta, por ello, su textura y su clima anacrónico. Podemos pensar además, como un gran hallazgo, el hecho de que su realizador contrató a dos actores, galanes, de los films de capa y espada, Tony Curtis y Louis Jourdan. El Abate Faría, conocedor del gran tesoro de la isla de Montecristo, fue interpretado entonces por el veterano actor inglés Trevor Howard. En el film de Josée Dayan -que cuenta con una banda sonora del premiado Bruno Coulais-, junto a Gerard Depardieu y su hijo encontramos a Ornella Muti como Mercedes Iguanada, Jean Rochefort en el rol de Fernand Mondego, Pierre Arditi como Villefort; la propia hija de Depardieu, Julie, es Valentine de Villefort y Jean Claude Brialy compone al padre Morrell.

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Gerard Depardieu es el Conde que regresa para vengarse. A la hora de relatar la juventud, el protagónico es de su hijo.
 
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