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Sábado, 3 de marzo de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS

De la energía de la improvisación a la producción de los textos

A partir del trabajo con actores, el dramaturgo Leonel Giacometto ideó el "Dogma Fingido". Desde esa base, gestaron "Fingido", la obra teatral que se presenta hoy en la ciudad.

Reunidos durante el proceso de trabajo de De nuevo la furia, el dramaturgo Leonel Giacometto y los actores Nancy Barbero y Alexis Muiños decidieron generar un proyecto que les permitiera vincularse estrechamente con la improvisación. De esa manera, sucesivas reuniones derivaron en la creación de un manifiesto que comenzó a regir el trabajo creativo, haciendo del "Dogma Fingido" la base desde la cual gestaron, justamente, Fingido, la obra con la que viernes y sábados de marzo y abril se presentarán en el Centro Cultural Peripecias, Mendoza 1066, en lo que se ofrece además como el debut de Giacometto en la dirección.

Entre las principales características del proyecto aparece una relectura de los mecanismos propios de la dramaturgia del actor, según distinguió el dramaturgo a Rosario/12: "Para mí el tema con Fingido tiene que ver con un laburo que yo vengo haciendo con la dramaturgia del actor y que nunca me cerraba, porque había cosas que no sentía propias, que no sabía cómo encararlas y me di cuenta que trabajando con actores está la posibilidad de que, si la dramaturgia sale de ellos, si tienen que escribir, que no hubiera textos escritos, sino lugares dentro de una estructura a los que tienen que llegar. Trabajar con la energía de las improvisaciones pero en la producción de textos durante las funciones".

Muiños apuntó que "en la mayoría de las obras en las que los textos surgen del actor, en realidad son puestos funcionalmente a una idea que tiene el director". "Acá por ahí fue diferente, porque Leonel organizó lo que nosotros habíamos aportado para armar con eso el espectáculo. A veces el hecho de tener un texto significa como un peso, pero acá en ese sentido no nos pasa, aunque no por ello deja de ser riesgoso. Por ahí está puesta más por delante la actuación", completó el actor, previo a la intervención de Barbero: "En Fingido los textos no son fijos, pero la obra igualmente tiene una estructura, y el no tener texto no le da menos legalidad que las obras que sí lo tienen".

De hecho, y a pesar de la ausencia de textos estables, la obra narra una historia, que trata sobre la reunión de una actriz de prestigio de la escena teatral y de un actor de televisión, quienes interpretan, en el circuito off de la ciudad de Buenos Aires, la obra Quartett de Heiner Müller. Al respecto, Muiños completó: "A grandes rasgos es también la historia de un represor y un reprimido. Ella a mí me somete durante gran parte de la obra, desde que arranca con Quartett, una relación que ya está impresa en el mismo texto y que después el sometimiento que ella ejerce se traspola a todo el resto de la obra".

Prolífico dramaturgo de la escena teatral, para este proyecto Giacometto debió asumir además el rol de dirección. "No sé si ahora dirijo la obra, y no sé si podría laburar como director con textos escritos por mí --consideró--. Esto es muy especial, porque está esta propuesta y aparte porque no podía buscar un director para esta propuesta, porque la visión es tuya. Siempre pasa, en la dramaturgia del actor, que un director llama a un dramaturgo para que trabaje sobre un recorte de improvisaciones, y que a veces no coinciden. Por eso a veces las obras son tan desparejas, porque se van metiendo las escenas como van encajando. Acá veía que el recorte lo tenía que hacer yo".

Establecida ya una serie de funciones que se prolongará durante dos meses, y que podrá ser presenciada por un público reducido a partir de la capacidad de la sala, Fingido será el primer paso de un proyecto que se completará, en octubre, con el estreno de Real, obra que se gestará bajo las riesgosas pautas del Dogma Fingido. Al respecto, Barbero ejemplificó: "Hay algo que tiene Fingido, que es un riesgo, y que tiene que ver con las uniones entre las escenas. Porque en el Dogma se plantea que una escena desacredita a la anterior, y al existir esto hay un punto que es muy difícil, que es el límite entre una escena y otra. Desde la actuación esa es una de las cosas más riesgosas, y que tiene que ver con encontrar esas uniones". "Se mantiene una lógica interna de la obra o de la historia que estamos narrando, que por ahí no es la lógica que puede llegar a haber en la realidad. Porque esa unión entre escenas a simple vista no parecería muy creíble, pero adquiere un sentido al presenciar todas las escenas de la obra", completó Muiños.

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Los actores Nancy Barbero y Alexis Muiños y el dramaturgo Leonel Giacometto. "A grandes rasgos, la obra es también la historia de un represor y un reprimido".
 
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