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Miércoles, 22 de agosto de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › "LA GUERRA DE LOS PROFETAS", DE MARIA ELVIRA SAGARZAZU

Cruzada, una gran aventura

"La idea era extraer de aquel cataclismo que sacudió a buena parte de Europa y Oriente Medio algo más que una historia de guerras", explicó la escritora a este diario.

 Por Fernanda González Cortiñas

Graduada en Letras y en Estudios Arabes en la Universidad Nacional de Rosario, María Elvira Sagarzazu (Monte Caseros, Corrientes, 1942) ha logrado amalgamar como pocos esas dos pasiones, la literatura y el mundo árabe. Pero además de sus no pocos estudios e investigaciones sobre el tema --entre los más recientes figura un ensayo preliminar y traducción al castellano rioplatense de Las mil y una noches-- M.E.S. ha sucumbido al inefable vicio de la ficción. En esta línea, el sello Ovejero Martín le acaba de publicar La Guerra de los Profetas, su quinta novela (otras son El Imposible reclamo de la eternidad --Torres Agüero, 1988-- y

El exilio de la gacela, --Sudamericana, 1993--), contextualizada en la época de las Cruzadas, ubica a su personaje principal, Silente, embarcado en un largo viaje, uniendo España y Jerusalén, al tiempo que reflexiona acerca de las diferencias y coincidencias entre ambos mundos.

"La novela narra el viaje de este personaje, Silente, y otros cruzados, que dejan Huesca, Aragón, en 1096, cuando la ciudad musulmana cae en manos cristianas, y termina en Antioquia de Siria cuando todavía ésta tiene gobierno musulmán --explica la escritora--. Pero el recorrido de los protagonistas no es sólo geográfico sino iniciático: han cambiado las condiciones de la vida en Huesca, y cambiará también la vida de la protagonista cuando viva la Cruzada desde adentro. Pero también es una historia de amor al mismo tiempo, porque siempre hay lugar para el amor".

--¿Cómo nació el germen de esta novela?

--Muchas veces imaginé la Cruzada como una gran aventura, pensando que las limitaciones medievales dejaban poco espacio para el desarrollo de otros aspectos de la existencia que no tuvieran que ver con la religión. Los caballeros se divertían en sus justas pero las mujeres no, salvo que fueran instruidas. Hasta que aparecieron las Cruzadas... Así surgió este trabajo; la idea era extraer de aquel cataclismo que sacudió a buena parte de Europa y Oriente Medio algo más que una historia de guerras, y rompí varias lanzas por tres temas centrales en toda mi obra: el poder liberador del pensamiento; el amor y el Tiempo. Las mujeres del Tercer Mundo que más sufren son aquellas a las que se priva de aprender y las privan precisamente porque conocen el poder silencioso del pensamiento.

--Hay un concepto que acuñó para presentar otro de sus libros, La puerta del tiempo, y es el de "novela fictórica". ¿En qué consiste esta idea?

--Ideé la novela fictórica para poder utilizar parte del material acumulado a propósito de los estudios sobre la civilización árabe, en los que ya llevaba dos décadas trabajando; luego vino una extensión natural, que fue el estudio de rasgos moriscos en la cultura argentina. Así nació La conquista furtiva. Hispanoárabes en el Río de la Plata, un ensayo. Pero sin dejar jamás de escribir novela. No me apetecía la idea de collage, entonces hice algo diferente, y la llamé pictórica, una variedad de novela histórica que repone faltantes documentales con un material que, si bien será ideado ad hoc, no puede hacerse de cualquier modo. Limité la invención a una verosimilitud histórica controlada, digamos, a la manera como los restauradores completan las faltantes de una obra; no pueden simplemente rellenar con cualquier tipo de pintura y utilizando el estilo que les plazca: deben completarlas atendiendo a las coordenadas estéticas que proceden del resto de la obra que se conserva.

--Hay un elemento que aparece como clave en sus trabajos y es el factor tiempo ¿por qué?

--Una vive yendo y viniendo como si el espacio fuera amplio y fuéramos a durar... Pero cómo no pensar en el tiempo sabiendo cuáles son nuestros verdaderos límites: el nacimiento y la muerte. No es un pensamiento triste, es un pensamiento necesario, apura aún más las cosas y las pone en su lugar, para que no nos entusiasmemos con promesas incumplibles más allá del tiempo. La eternidad es como los espejitos, pero metafísicos...

(La Guerra de los Profetas se presentará junto a la edición traducida y prologada por M.E.S. de Las mil y una noches, en la Feria del Libro, este sábado, a las 21. Los comentarios de la obra correrán a cargo de Antonia Taletti y Graciela Aletta de Sylvas).

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Sagarzazu difinió a su quinto trabajo como novela "fictórica".
 
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