rosario

Miércoles, 15 de julio de 2015

CONTRATAPA

De interpelaciones ciudadanas y poderes federales

 Por Norma López*

Azul profundo

Una mujer algo más joven que yo. Unos metros nos separan y durante algunos minutos, su mirada me persigue. Se decide y se acerca. Preciosa. Ojos color azul profundo enmarcados en el negro de su cabellera larga. Un vecino que conozco intentó violarme. Lo separé a los golpes. No sé de dónde saqué fuerzas. Tuve miedo por mí y por mis hij@s que estaban unos pasos atrás. Hice la denuncia. ¿Sabes qué me dijeron? ¿Para qué lo atendiste si era de noche? Porque es vecino del barrio y lo conozco. Pero no te violó. Azul eran sus lágrimas de impotencia. Yo sentí que estaba delante de una valiente. No sé si mi abrazo escueto por la falta de confianza , alcanzó. A vos que te escuchan, ¿podes contarlo para que no le pase a ninguna otra?

Derroche de afecto

Años atrás, escuché su historia y las tripas se me pegaron a la espalda. Una cierta asfixia me provocaba asumir el regodeo de quienes conociendo el horror que primero de niña y luego de adolescente soportaba, lo sostenían. Pero ésa era la primera vez que nos cruzábamos. Delgada y pequeña, con una sonrisa que se ampliaba cuando su hijit@, mostraba dientes y lengua en un derroche de afecto y simpatía. L@ tuve upa un cachito. Dulce como ella. Y esas sonrisas como soles después de tanto sufrimiento y lucha. Sonrisas y abrazos que nos reconfortaron. Otra valiente más, me dije. Una madre que padeció haber nacido hija de un violador en algún lugar de nuestra provincia, Santa Fe. Allí mismo donde siguen burlándose de las víctimas de violaciones incestuosas. No los varones. Los poderes. La justicia que ampara a los delincuentes, aunque no toda. Y gran parte de la sociedad, es cómplice. Y nosotr@s, formamos parte de esa misma sociedad.

La pobreza es sólo tuya

Marido golpeador y alcohólico con familia política que lo defiende. Tiene una silueta tan delgada que augura mayor fragilidad aún. Le creyó varias veces y el regreso a su casa, fue cada vez más tormentoso. Y para sus hij@s. El estado intervino y definió que la institucionalización sería la mejor medida para l@s menores y la madre. Pero separad@s. El estado -que tiene que darle la oportunidad a esa mujer que por las mismas condiciones de la violencia, reiteró su credulidad en el varón que alguna vez amó-, la castiga alejándola de sus hij@s. Separad@s mientras el violento junto al resto de su familia se queda en la casa con la ropa y los documentos de las criaturas. ¿Por qué me l@s sacan, ni siquiera puedo darle la teta a la bebé? Me equivoqué y volví, pero ya no le creo más. ¿Ese es el castigo ejemplar que tod@s exigimos para los delincuentes? Nos basta con que se hagan cumplir las leyes y las sentencias.

Un gobierno define que una medida excepcionalmente ejemplar o ejemplarmente excepcional elija Ud., el concepto que desee sea mayor vulneración. Ese mismo gobierno que no escuchó que la madre fue reducida prácticamente al trabajo infantil, dejando la escolaridad en un mundo de orfandades eternas. ¿Cuál fue la vara por la cual determinó que l@s menores corrían riesgos con esa madre para romper el vínculo? Se está forjando una valiente.

Razón y esperanza

Suena el timbre del consultorio. Rutina semanal, cada vez que iba a buscar a l@s chic@s y luego, casi cotidiana. Me decía puta como me escupía como abría la puerta y recibía el puñete en mi cara. Hacía años de la separación. Pero no importaba. L@s niñ@s no querían verlo. ¿Denuncias? Innumerables. Incontables. Inenarrables. Valentía. Optó por salir. Jugar peligrosamente a las escondidas. Sin nombres. Sin domicilios. Porque, cuando los abogados de los violentos piden algunas medidas para determinar el refugio de la mujer y sus hij@s, los jueces se los dan. Y empieza a temblar nuevamente hasta entender que siempre, siempre, hasta que no caiga preso, será así. ¿Existe la solidaridad? Sí. Y también, el derecho en la Constitución y jueces y juezas que hacen justicia. Razón de esperanza.

Los varones

Muchos. Jóvenes en su mayoría. Y también adultos. Indispensables. Somos el 50 y 50 de esta compleja sociedad. Querer. Amar. Desear. Sin ataduras ni violencias. Mujer Varón/Varón Varón/Mujer Mujer y siguen los duetos con otros géneros.

Días después, me contactaron varios varones que son padres y abuelos alejados de sus hijos e hijas. La conversación política fue relajada. Pero cuando entramos en la de género, algo se tensó. Enseguida sinceré mi preocupación por alguna que otra organización similar que se dedicó a armar pruebas contra las mujeres consolidando el patriarcado, el machismo, la no independencia, el padre proveedor, la madre que cría, dejarlas en la calle por muy perras, etc, etc. No me interesa más de lo mismo.

Pero sí es cierto que muchas mujeres avanzan sobre los derechos de sus niños y niñas en lo que hace a la tenencia y patria potestad, en el impedimento de acercamiento a los padres. Y eso nos hace daño a todos. Y también necesitamos de reglas claras y aceptadas por ambos. Uno de ellos me dijo que había estado enamorado de su ex, que no admite la violencia y que no todos los varones son iguales. Y tiene razón.

Cada uno de estos relatos tiene nombre y apellido, colores y perfumes, sexo y género. Y sobre todo, coraje. Ejemplo. No tengo que explicar por qué resguardo la identidad. Todas nos encontramos en el Monumento el día del #NiUnaMenos. Con algunas, nos conocíamos personalmente y con otras, sabíamos de ambas. Y con los varones, también.

La gran diferencia es de qué lado cuentan los femicidios.

Estábamos ciudadanos, víctimas, militantes, funcionarios, dirigentes. Logramos autocríticas por magros presupuestos; el registro único de femicidios y delitos sexuales; la actualización del Protocolo de atención a personas con derecho a la interrupción legal del embarazo a nivel nacional. En Santa Fe y en el marco de la publicidad electoral y de la captación de votos hacia el interior mismo del partido gobernante, dos anuncios. Permítanme dudar de su eficiencia. Uno en Rosario con la creación de un centro municipal de atención a víctimas; otro más en lugar de fortalecer las herramientas territoriales y las casas de amparo que tenemos. Y otro en Santa Fe, reglamentando un artículo de la ley provincial que adhirió (hace 4 años) a la ley nacional 24685 para que los estados firmen acuerdos de cooperación para la construcción de refugios.

El Poder Judicial salvo honrosas excepciones , no estuvo. Lo cual habla sobradamente.

Ningún poder aislado resiste la interpelación ciudadana. Es la deuda por la democratización de la Justicia.

No nos queda otro camino que el de la organización, la denuncia y la exigencia al cumplimiento de las leyes. Sino, el #NiUnaMenos habrá sido sólo una buena consigna como reacción a tanta indiferencia.

Y corremos el riesgo, de seguir contando muertas y huérfanos.

(*)Concejala del Frente para la Victoria.

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