rosario

Viernes, 9 de julio de 2010

CORREO

Oídos en el pueblo

Sectores de la iglesia con una larga tradición institucional en la argentina se deben una autocrítica, por ejemplo, nunca explicaron cómo desde el evangelio se permitió purificar con hostias cuando comulgaba Jorge R. Videla, connotado represor y asesino durante la dictadura en nuestro país. Tampoco escuchamos alguna excusa oficial sobre el desempeño del Obispo Storni o del Padre Grassi involucrados en caso de abuso sexual.

Es extraño cómo desde algunos estratos de la iglesia católica se intenta trasladar el debate sobre el matrimonio entre personas de un mismo sexo y considerarlo como una afrenta a los derechos canónicos. Es cierto que como señala Jesucristo en el evangelio donde advierte sobre el juzgar los comportamientos. "Siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el propio".

Con esta Ley no hay derechos individuales, ni de fe, que se contrapongan. Además como cristiana no visualizo de qué manera se siente agraviada la iglesia en su facultad.

Con mi compañero Fabio Gentili llevamos 21 años de matrimonio, tenemos 6 hijos y ambos nos consideramos militantes cristianos y humanistas. Además de jóvenes fuimos catequistas con opción por los pobres.

Los que nos consideramos gente de fe, todos los feligreses, podemos continuar optando por el dogma que propone el evangelio según la iglesia católica ¿quien lo desdice? Entonces, ¿Por qué algunas fracciones de la iglesia desafían lo que se supone un derecho individual rebosante de libertad, en cómo entender y sentir el amor. De ser aprobada, ¿Qué es lo que viene a subvertir esta Ley sobre lo cotidiano que altere el orden público?

Todo huele a vapores de un brebaje confrontativo para socavar la credibilidad de un gobierno. Gobierno Nacional que en el peor de los casos está dispuesto, sin temores, a debatir sobre conquistas humanas para mejorar nuestra sociedad. Y además desocultar algo que forma parte de nuestra realidad, como es la convivencia de personas homosexuales.

Por suerte, también hay otra Iglesia hecha de hombres que promueven la fe "con un oído en el evangelio y otro en el pueblo" como decía el asesinado Obispo Angeleli. Pueblo que ya se expresó a través de encuestas donde más de las tres cuartas partes de la población que llegan al 81 por ciento está de acuerdo con que homosexuales y heterosexuales tengan los mismos derechos.

Claudia Saldaña

diputada provincial

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