rosario

Martes, 8 de febrero de 2011

CORREO

Concurso

Gracias a este imperfecto concurso de titularización, cientos de docentes a partir del próximo mes quedamos sin trabajo. Horas agrupadas en manos de unos pocos, que por antigüedad se llevarán las esperanzas de otros muchos. Docentes criticados y vapuleados ayer, hoy y siempre. Aquellos que por el desconocimiento de la gente son tratados como vagos que no quieren trabajar, creyendo que tenemos 3 meses de vacaciones en verano y otros 15 días en invierno, cuando no es así y como cualquier trabajador, acumulamos los días que nos corresponden por antigüedad o quedamos sin pago hasta el mes de marzo. Es obvio que sólo el que convive con algún docente conoce la cantidad de horas extras que se cumplen en casa preparando trabajos, pruebas y corrigiendo las mismas, sin pago. Horas destinadas a la escuela y quitadas a nuestras familias y a nuestro descanso. Docentes que hoy, a pesar de haber trabajado años en una misma escuela, como muchos de nosotros, de un día para el otro, por este sistema que jamás pensó en quien lleva adelante la educación, hoy quedamos sin trabajo, sin pre aviso, sin seguro de desempleo, sin obra social. En pocas palabras: sin nada, o mejor dicho, con un dolor profundo en nuestro corazón, por sentir que tantos años dedicados a la educación de nuestros chicos, no son nada para aquellos que deciden nuestro futuro. De un momento a otro se nos dice que aquí no trabajamos más y que debemos retirarnos a llorar en nuestras casas, porque esta profesión que elegimos, no vale nada para el resto de la gente. Profesión que según parece todavía debe ser vista como un apostolado, como una vocación que no merece ser retribuida , como una simple vocación, de gente que sólo enseña por amor al arte y que no necesita el dinero que esta "profesión" como cualquier otra se merece. Docentes, seres humanos que aparte de enseñar su materia en particular, deben ser asistente social, psicólogo, mediador, sin recibir a cambio ni siquiera la valoración por algo de todo eso. Decisión de un gobierno que se ve avalada por quienes deberían defendernos, que es nuestro gremio, que se llena la boca diciendo que ningún docente quedará sin trabajo. Me gustaría que estos dirigentes me digan adónde van a darles trabajo a cientos de docentes que a partir del día 12 de febrero, como vacas que van a un matadero, nos veremos enfrentados entre nosotros, para ver cómo se nos van arrebatando las horas que por años sostuvimos, por aquellos pocos que llevan más años en el sistema, y que ni siquiera alguna vez, muchos de ellos, pasaron por las aulas de mi escuela.

Mónica Gervasoni

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