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Viernes, 7 de diciembre de 2012

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Estigma

Hace unos días el diario Tiempo Argentino publicó una nota titulada "Cómo es sobrevivir La Tablada, el barrio más peligroso de la Argentina", haciendo referencia a las diversas disputas entre bandas de narcotraficantes y que se llevan las vidas de lo más jóvenes. Según esa nota "el terror se respira en apenas 20 cuadras" y es "la zona más peligrosa del país".

Pero algo hay que subrayar: no hay una sola línea que cuenta que es un emblemático barrio de trabajadores, ex obreros portuarios y ferroviarios. Nada. Tampoco que el narcotráfico es un hijo no reconocido (pero hijo al fin) de una red de corrupción policial, institucional y política, funcional al sistema capitalista. Nada.

El barrio Tablada, es sinónimo de una identidad popular rosarina, escenario donde se levantó entre otras cosas, el estadio de Central Córdoba, la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, que fuera encabezado por Rubén Naranjo, el Quijote de las calles rosarinas, como le dijeron, desde hace una década la biblioteca "Pocho Lepratti", vecinales y diversas experiencias colectivas que intentan multiplicar palabras y esperanzas para que los pibes no sean consumidores consumidos, ni sean víctimas de algunos de los tentáculos del sistema. Pero de eso tampoco se dijo nada. También se omitió a las incontables personas que se levantan con el sol para ir a trabajar y con eso tratar de ganarse la vida, ni mucho se menos se mencionó a las experiencias de comunicación y educación popular de la zona.

Según el interaccionismo simbólico planteado por Goffman dice: "El estigma, en especial cuando se lo produce a los demás, a modo de efecto, un descrédito amplio, a veces recibe también el nombre del defecto, falla o desventaja. Esto constituye una discrepancia especial entre la identidad social virtual y real". Es decir: al sector estigmatizado se le quita legitimidad y se puede caer en prejuicios o perjuicios directamente relacionados con ellos.

Que se queden tranquilos los lectores, que los más peligrosos del país, no vivimos en el sur de la ciudad. El sabio de Discépolo, solía decir que "en el escenario de la vida cotidiana, suele aparecer el que recibe el golpe", y el que lo da, está oculto entre bambalinas. Es decir que siempre se ve y se reflexiona sobre las consecuencias y no las causas. Ya que la principal causa de violencia es siempre de arriba hacia abajo. Las pruebas están a la vista, pero no todos las quieren ver ¿Habrá una epidemia de cegueras?

Por Juan Pablo Robledo

Periodista y estudiante de la UNR

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