Macri miente

El gobierno de Macri hace un uso sistemático de la violencia, en sus distintas variantes. La violencia simbólica es una de ellas. Macri miente, tergiversa y confunde. Cuenta con la necesaria cobertura mediática para hacerlo con total impunidad. Y cuenta, además, con un sector de la población ávido de escuchar mentiras que confirmen sus prejuicios, sus odios, su racismo, y su voto. Por eso Macri miente con un cinismo pocas veces visto.

Una de las mentiras que estructuran y dan sustento a este infame gobierno autoritario, que nos avasalla desconociendo la más elemental legalidad, consiste en confundir el Estado con lo público. "Achicar el Estado", y "reducir el gasto público" figuran en la primera página del manual neoliberal que Macri aplica. Y que es el mismo que aplicó la dictadura militar, aunque por otros medios.

En este punto, ayuda echar una mirada sobre el contexto internacional. En los países considerados desarrollados, o del "Primer Mundo", muchas veces puestos como ejemplo por la derecha, el tamaño del Estado, y de lo público, es mucho más grande de lo que pretenden hacernos creer los neoliberales. Porque esos países exportan recetas que jamás aplican contra ellos mismos, al menos no en la medida en que los cipayos locales las han venido imponiendo en América latina.

La nota "Los nuevos mitos del Estado mínimo", firmada por Juan Manuel Abal Medina y Andrés Gilio y publicada este sábado 16 de enero en Página/12 contiene datos muy valiosos para desarmar el cinismo de este gobierno que echa empleados públicos de a miles, tildándolos de "ñoquis":

"Los trabajadores del sector público argentino (sumados los tres niveles de gobierno, nacional, provincial y municipal) representan el 17 por ciento del total de empleados del país. Un porcentaje muy similar al de Uruguay (15 por ciento), EE.UU.(16 por ciento) o Reino Unido (18 por ciento). Pero muy por debajo de Francia (22 por ciento), Canadá (20 por ciento) y Suecia (28 por ciento)".

Macri miente. Y ejerce la violencia contra todos nosotros, todos los días.

Pablo Bilsky