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Miércoles, 9 de marzo de 2016

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Dinosaurios

Nuevamente La Nación publica un artículo que genera preocupación a quienes defendemos la Memoria, la Verdad y la Justicia. Bajo el título Un camino hacia la concordia, Alberto Solanet miente, tergiversa los hechos y cuestiona los juicios de lesa humanidad que se vienen desarrollando en nuestro país, que son un ejemplo mundial.

Al día siguiente del balotaje un repudiado editorial afirmaba que "la elección de un nuevo gobierno es momento propicio para terminar con las mentiras sobre los años 70". Luego, ante las declaraciones del Ministro de Cultura porteño Darío Lopérfido que cuestionaba la existencia de 30.000 detenidos-desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar, nuevamente apareció un editorial en defensa de quienes aún hoy sostienen la teoría de los dos demonios.

Si de algo podemos estar orgullosos los argentinos es que tras décadas de lucha de los organismos de DDHH y organizaciones populares, la Memoria, Verdad y Justicia se han convertido en un consenso social amplio y en una política de Estado.

Aunque somos conscientes de todo lo que falta, y fuimos críticos de los tiempos lentos de la justicia argentina, de la falta de sentencias firmes y de la poca voluntad de avanzar en el juzgamiento de los delitos económicos y sociales cometidos durante el período más oscuro de nuestra historia reciente. No podemos dar ni un paso atrás.

Enfrente están quienes quieren aprovechar el cambio de gobierno para tener revancha. Cargados de odio, quieren a aterrorizarnos: con pintadas fascistas en la vía pública, atacando los sitios de memoria, llegando incluso a balear locales de organizaciones populares.

Las Madres y las Abuelas nos enseñaron algo que ellos nunca podrán comprender: que la lucha fue y es siempre desde el amor.

Ante cada arremetida de los dinosaurios que buscan volver a arrinconarnos en las sombras, redoblaremos los esfuerzos para inundar las calles con alegría. Porque seguimos luchando por los Derechos Humanos. Los de ayer y de hoy, porque no nos olvidamos que Julio López y Paula Perassi siguen desaparecidos ni que a Luciano Arruga, Franco Casco y Pichón Escobar los desapareció y mató la policía.

A días del 40° aniversario del último golpe de estado genocida, la unidad no es una consigna ni un deseo, es una necesidad histórica. Para que ningún gobierno nos quiera hacer retroceder, este 24 unámonos en un mismo grito: ¡No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos!

Fernando Rey

Referente de Patria Grande Rosario - Frente Social y Popular

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