Bandera

Como docente y director de un establecimiento educativo, muchas actitudes de los estudiantes me dejan gran satisfacción y otras -por suerte menos‑, me desalientan notablemente. En este caso la de un joven que conocí en el marco del II Encuentro Nacional de Mujeres Mutualistas, que coincidió con las olimpiadas nacionales de historia en la ciudad de Santa Fe, que se realizó en el hotel de ATE y la UNL en la costanera. Me había llamado la atención uno de los alumnos que participaban de las olimpiadas que se paseaba feliz con una campera que en la espalda tenía una gran bandera inglesa y la leyenda England. Horas después me econtraba descansando en el loby del hotel y enfrente se sienta este chico ya sin la campera, y allí me entero que había sido el ganador de la olimpiada de historia. Luego de felicitarlo por el logro obtenido no pude evitar preguntarle porque usaba una campera con la bandera inglesa, Me respondió que porque la campera estaba buena y que admiraba a Inglaterra y también a Estados Unidos y que lamentaba que nuestro país no fuera como esas potencias. Le comenté que llevar alegremente una bandera inglesa podía hacer doler a muchos argentinos, sobre todo a aquellos veteranos de Malvinas, pero también a todos los que vivimos aquella guerra desde el continente engañados por la prensa de la dictadura que imperaba en nuestro país por aquellos años. Volvió a decirme que admiraba a Inglaterra y que nosotros deberíamos haber sido imperialistas como ellos y no haber perdido territorios. Que estábamos equivocados en recibir a los hermanos latinoamericanos que vienen a nuestro país buscando un mejor horizonte para sus familias.

Le pregunté de donde era oriundo y me respondió que del interior del Chaco, ante lo cual le recordé que muchos chaqueños habían dado su vida en Malvinas. Insistía con un discurso, xenófobo, sin dudas la colonización ideológica foránea había hecho mella en sus ideas.

Lo extraño es que este joven fue acreedor al primer premio de las olimpiadas nacionales de historia que se celebraron en Santa Fe. Me pregunto si habrá ido a recibir el premio con la campera con la bandera inglesa en su espalda. No siguió charlando conmigo, se sintió incómodo, se levantó y se fue y yo me quedé con un sabor amargo.

Arístides R. Alvarez

Director Instituto N° 9045 Zona Oeste