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Jueves, 24 de noviembre de 2005

PSICOLOGíA › FEUERBACH, UN PSICOANALISTA EN LA CORTE AUSTRIACA

Incluso antes que Sigmund

En la nota se sostiene que Ludwig Feuerbach (1804﷓1872), antecedió en épocas del emperador de Austria, al mismísimo Freud en sus descubrimientos y al psicoanálisis en su filosofía.

 Por Domingo Caratozzolo *

Siendo muy joven, mucho antes de comenzar mis estudios de psicología, me impresionaron vivamente dos libros de Feuerbach: "La esencia del cristianismo" de 1841 y "La esencia de la religión" de 1845. Durante los años dedicados a la práctica del psicoanálisis, no he dejado de pensar que en los escritos del filósofo alemán ya estaban sentadas muchas de las adquisiciones teóricas del psicoanálisis. Feuerbach se adelantó medio siglo a la investigación psicoanalítica y estas obras constituyen una avanzada en el campo del psicoanálisis aplicado a la religión, medio siglo antes de las investigaciones de Freud.

Feuerbach concibe un inconsciente dinámico, con desplazamiento de cargas, elabora conceptos tales como narcisismo y omnipotencia. Habla de procesos inconscientes como los mecanismos de disociación, negación, identificación proyectiva e introyectiva. Desarrolla la formación del yo ideal e ideal del yo; esboza la existencia de la bisexualidad originaria del ser humano y señala que el amor del adulto es un desplazamiento del primer amor a la madre.

Freud expresa en su correspondencia con Lou Andreas Salomé: "El hombre se ha mostrado incapaz de renunciar a la satisfacción de que gozó una vez". "No quiere privarse de la perfección narcisista de su infancia y procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que él proyecta frente a sí como su ideal es el sustituto de su narcisismo perdido de su infancia, en la que él fue su propio ideal."

Muchos años atrás Feuerbach desarrollaba así esta idea: "Dios es y tiene todo lo que el hombre es y tiene, pero lo tiene en una medida infinitamente aumentada." "Dios surge de la sensación de una deficiencia; lo que el hombre hecha de menos ﷓ya sea en forma determinada y consciente, ya sea en forma inconsciente﷓ eso es Dios." "Los objetos de nuestras aspiraciones son el tipo ideal y el fin supremo de la vida. El Dios de un pueblo es el ideal de ese mismo pueblo y agente motor de su perfeccionamiento." "En una palabra, el hombre frente a Dios, niega su saber y su pensamiento para colocar éste, su saber y su pensamiento en Dios. El hombre renuncia a su persona y, en cambio, le es Dios el ser Omnipotente, ilimitado."

Aquí Feuerbach explicita que la religión o el hombre religioso, en forma inconsciente pone, proyecta en la idea de Dios aquello que niega en el hombre. Así tenemos en juego los conceptos de consciente﷓inconsciente, de disociación, de negación, identificación proyectiva e introyectiva e idealización.

Feuerbach no se contenta con exponer los mecanismos de identificación proyectiva e introyectiva, sino que se preocupa por estudiar las consecuencias de estos mecanismos. Explica que frente a una identificación proyectiva masiva nos encontraremos con la consecuencia inevitable en este tipo de proyección: el empobrecimiento del yo; así lo relata: "Para enriquecer a Dios el hombre debe empobrecerse; para que Dios sea todo, el hombre ha de ser una nada. Pero tampoco necesita ser algo para sí mismo porque todo lo que él le adjudica no va perdido para Dios, sino que queda conservado en él. El hombre tiene su esencia en Dios ¿cómo podría tenerla en sí y para sí mismo? ¿Por qué sería necesario poseer o tener dos veces la misma cosa? Lo que el hombre se quita, lo que él no tiene en sí, lo disfruta de un modo incomparablemente más alto y más amplio en Dios."

Para completar esta revisión del concepto de disociación, voy a transcribir una frase con la que finaliza su obra "Esencia de la religión": "Corresponde, pues que el hombre crea que el porvenir de la humanidad depende del hombre; que el Diablo es la abstracción del hombre malo, supersticioso y bárbaro, y Dios la personificación del hombre bueno y virtuoso."

En 1913, setenta y dos años después que Feuerbach, Freud expresa en "Totem y tabú", en el apartado sobre "Animismo y magia": "Los espíritus y los demonios no son, como en otro lugar lo indicamos, sino las proyecciones de sus tendencias afectivas. El primitivo personifica estas tendencias y puebla el mundo con las encarnaciones así creadas. De este modo vuelve a hallar en el exterior sus propios procesos psíquicos."

También introduce el tema de la bisexualidad originaria del ser humano: "Nosotros ya tenemos el principio femenino en el Hijo, pues Dios el Hijo es el ser suave que perdona y reconcilia, es el sentimiento femenino de Dios." "El hijo ﷓hablo del hijo natural y humano﷓ es de por sí un ser intermedio entre el principio viril del padre y el principio femenino de la madre; es, por decir así, todavía medio hombre y medio mujer; porque no tiene aún la conciencia de la entera independencia que caracteriza al hombre y porque se siente más bien atraído hacia la madre que al padre."

También opina, como más tarde Freud, que el encuentro con el objeto de amor es un reencuentro: "El amor del hijo hacia la madre es el primer amor del ser viril hacia el ser femenino. El amor del hombre hacia la mujer, del joven hacia la virgen, recibe su unción religiosa única y verdadera en el amor del hijo hacia la madre. El amor del hijo hacia la madre es el primer anhelo, la primera humillación del hombre delante de la mujer."

Feuerbach se anticipa a Lacan en la descripción del momento genético fundamental: la constitución del primer esbozo del yo, la fase del espejo. El yo del niño, como consecuencia de su prematuridad biológica, se constituye a partir de la imagen de su semejante. "El hombre busca su esencia primaria fuera de sí, antes de encontrarse en sí mismo. La esencia propia le es, en un principio, un objeto que pertenece a otro ser. La religión es la esencia individual de la humanidad; pero el niño ve su esencia como si fuera de otro hombre, el hombre cuando niño, se objetiva como si fuera otro hombre".

*Psicoanalista.

www.domingocaratozzolo.com.ar

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"El amor del adulto es un desplazamiento del primer amor a la madre", ya planteaba Feuerbach. Cincuenta años después, Freud decía que el hombre era incapaz de renunciar a ese gozo.
 
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