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Jueves, 16 de febrero de 2006

PSICOLOGíA › A PROPOSITO DE CUAL ES SU FUNCION EN LA SALA

El psicólogo en el hospital

El dispositivo de trabajo es la Interconsulta, proceso de entrecruzamiento de discursos, entre médico y psicológico.

 Por Sergio Tiberi *

Desde el primer momento que entré al Hospital Provincial, percibí que lo que me esperaba era distinto a todo lo aprendido durante la formación académica; no sé por qué tenía esa sensación, ya que todavía desconocía mis futuras tareas en el Hospital, pero era algo que lo sentía y que muy bien no podía poner en palabras, algo que terminó siendo real en la práctica, dejando atrás esa primera sensación.

¿Cuál era la función del Psicólogo en la Sala? ¿A qué éramos convocados ahí? ¿Quién nos convocaba? Estas fueron unas de las primeras preguntas que empezaron a invadir mi cabeza (y algunas continúan dándome vueltas) una vez enterado de la actividad que debía desempeñar en el equipo de Psicología de la Sala de Guardia.

El dispositivo de trabajo es la Interconsulta, proceso de entrecruzamiento de discursos, a saber: médico y psicológico. Pero más allá de utilizar algún adorno teórico, lo que sucede generalmente es una consulta de un saber a otro, es decir un médico solicita que a tal paciente lo vea un psicólogo porque está angustiado, porque hay que prepararlo para la operación, porque le amputaron algún miembro, o porque tiene un temperamento un tanto complicado, entre otras cosas. Entonces henos aquí: el psicólogo debe ir a la Sala a ver a un paciente, que en la mayoría de las veces, no solicitó la presencia de un psicólogo y no tiene la más remota idea de por qué estamos ahí. Por lo tanto, ¿cómo trabajar cuando el paciente no acude hacia nosotros, sino que somos nosotros los que acudimos a él?

Sabemos que para ir a un psicólogo debe haber una demanda por parte del paciente, es decir, simplificando, debe tener ganas de ir. En la Sala ocurre algo muy distinto, la demanda está invertida, o sea, no es el paciente quien tiene ganas de que lo vea un psicólogo, sino que nosotros, con ganas, vamos a verlo a él. Esto obviamente genera una complicación en nuestra labor, ya que el punto de partida de todo tratamiento psicológico, como ya dije, es la demanda de pedir uno. Así y todo esta complicación no es insoslayable, quiero decir que se puede trabajar, ¿cómo? Dándole un giro, subjetivando al paciente, llevándolo más allá de la enfermedad que lo aqueja, devolviendo la demanda a su curso normal. Vale aclarar, que no hay una receta para lograrlo, que esto puede darse o no, y que si se da, valga la redundancia, se va dando, en otras palabras, parafraseando a Serrat, "caminante no hay camino, se hace camino al andar".

Otro punto de diferencia entre esta práctica hospitalaria y la formación académica, es el del orden de lo privado y de lo público. El psicólogo está preparado, por así decirlo, a trabajar en el consultorio, en el ámbito de lo privado, donde lo que el paciente dice es escuchado sólo por el psicólogo y las cuatro paredes de su consultorio. Pero ¿qué pasa cuando uno está en una habitación con el paciente más dos personas internadas y sus respectivos familiares? ¿Cuándo entran y salen enfermeros y médicos? ¿Cuándo más de una vez lo confunden con un familiar? ¿ O cuándo los otros pacientes internados escuchan y en ciertas ocasiones pretenden participar en el asunto? ¿Cómo trabajar en un ámbito concurrido, tan interrumpido, tan público?

La verdad, es muy complejo, no voy a mentirles, pero a su vez no es impracticable, y nuevamente depende del giro que le de el psicólogo y del compromiso del paciente con el trabajo. El psicólogo debe poner el cuerpo, una vez más, recortando y haciendo de lo público un lugar privado entre el paciente y su persona, por decirlo de otra manera, "su consultorio" estará delimitado por el espacio que se forme entre su paciente y él.

Ahora, si me preguntan si es posible que se produzca un análisis en la sala, creo que no, que no es posible, que debe de haber otros factores en juego para que un análisis ocurra, pero quisiera remarcar que por más público y distante de nuestra formación académica que sea el lugar del psicólogo en el hospital, más precisamente en la sala, se puede realizar un trabajo clínico, pero como ya dije, sin recetas ni caminos construidos.

* Psicólogo. Publicada en revista "Hospitálisis" nº 2, noviembre 2005.

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