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Domingo, 9 de mayo de 2010

OPINIóN › PANORAMA POLíTICO

El péndulo del Lole

 Por Pablo Feldman

El peronismo de Santa Fe está a la deriva. Esto no equivale de ninguna manera a presuponer que el año que viene no tendrá chances de recuperar la gobernación que perdió por primera vez en la historia a manos del socialismo en el "lejano" 2007. El único sector que realmente está pensando en el 2011 es el que orienta el presidente del bloque de Diputados Nacionales del Frente para la Victoria, Agustín Rossi que es claramente minoritario en Santa Fe, o al menos lo fue en los últimos comicios para legisladores nacionales en los que aparecía el nombre de Carlos Alberto Reutemann en las boletas. Le guste a quien le guste, el ex piloto de fórmula uno sigue siendo el "as de espadas" en el PJ provincial y su proyección nacional lo colocaría entre las cartas de triunfo más importantes del peronismo.

Pero esto no parece por ahora que vaya a suceder, aún cuando sus seguidores más cercanos, y flamantes voceros sustitutos la diputada Celia Arena hace ahora lo que antes hacia la Senadora Latorre sostienen que Reutemann será de la partida en 2011. El Lole no dice ni sí, ni no. En realidad hace mucho que no dice nada. Coincide su silencio con la aparición de su ex esposa desde el facebook con mensajes periódicos de tono amenazante, que hasta el momento no merecieron ningún comentario del ex gobernador.

Sin embargo, el senador sigue recibiendo visitas y llamados propios de un candidato. El no desalienta a sus contertulios pero a ninguno le dijo que será candidato a la Rosada. Según cree uno de esos "visitantes", el ex piloto ha exhumado su "teoría del péndulo" que fue la que en las vísperas de los comicios del 2004 que consagraron presidente al entonces casi desconocido Néstor Kirchner lo hizo recular y no ser candidato. Años antes, también, Reutemann había coqueteado con la candidatura presidencial y fue cuando vio "algo que no me gustó", y nunca explicó, pero debe haber sido horrible porque le dijo a Eduardo Duhalde que no sería candidato. Mucho tiempo después dijo que esa "visión" no era otra cosa que la derrota del PJ a manos de la fórmula De la Rúa Alvarez.

El año pasado, en pleno conflicto del campo, y sobre todo después del voto "no positivo" de Cleto Cobos, el Lole parecía dispuesto a "comerse la cancha". El famoso "péndulo" apuntaba para su lado, lo mismo que para el vicepresidente y otros dirigentes que aparecían permanentemente en diarios, radios y televisión. Fue a la salida de una operación en el ICR y frente a los móviles de los medios de todo el país, que un Reutemann exultante abrió la puerta a su candidatura presidencial, para sorpresa de propios y extraños. La supeditó a los comicios para renovar su banca, en los que fue el más votado, aventajando apenas por un par de puntos al socialista Rubén Giustiniani que no olvidará aquella elección, no sólo por haberla perdido, sino porque difícilmente vuelva a cosechar tantos votos.

"Reutemann 2011" aparecieron carteles y pintadas. Apenas unos meses después, y sin que medie nada extraordinario, el péndulo comenzó a desplazarse. La imagen de Kirchner derrotado por el dirigente colombiano bonaerense Francisco de Narváez parecía no tener recuperación. Algunos dirigentes del PJ comenzaron a buscar un nuevo lugar para guarecerse, y hasta Eduardo Duhalde se animó a "volver" en principio para reorganizar el PJ y desde hace un par de meses para ser candidato a presidente. Hoy, Duhalde no se va a bajar, jura vencer a Kirchner o morir en el intento. No quiere saber más nada de Reutemann después de que dos veces se negó a asumir la responsabilidad de ser el candidato oficial del PJ. "Si no fue cuando era el único y no había internas, qué va a ser ahora...", dicen cerca del ex presidente provisional. Pero Duhalde también advierte esa recuperación del oficialismo, y los que se acomodaron "bajo techo" en su quinta, ahora han vuelto a salir.

Y el Lole, a quien los que lo quieren lo llaman "gran tiempista" ve todo lo que está pasando y más se guarda. Tanto que los que no lo quieren ya lo llaman de otro modo, menos considerado y escatológico. "Esa es la madre de las batallas" dicen los reutemistas que esperan que su jefe haga algo. Al menos que diga algo, una señal, si va a "jugar" aunque sea en Santa Fe. De eso depende toda la estrategia, si es que puede llamarse así a lo que derive de la decisión de una sola persona, por importante que sea. Anotados para ser "candidatos del Lole" hay media docena: Jorge Obeid, Ricardo Spinozzi, Juan Carlos Mercier, y otros de distintos pasados y pensamientos. Pero todos ellos saben que la vez que Reutemann no "jugó", el peronismo perdió. Y saben también que el Lole no juega si no está su nombre impreso en las boletas, más allá de que se preste para algún afiche o se saque la foto en un acto. Habrá que esperar, y mirar el péndulo, tal vez se vuelva a mover.

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