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Domingo, 15 de julio de 2007

OPINIóN › PANORAMA POLÍTICO

El tiempo por venir

 Por Pablo Feldman

A 50 días de las elecciones para gobernador de Santa Fe, el presidente Néstor Kirchner hizo explícito su apoyo a Rafael Bielsa. "Que me perdone Hermes pero prefiero que sea Rafael", dijo el Jefe de Estado, y aprovechó para ratificar su convicción de que "tendrá que hablar con Cristina que será la Presidenta" a la hora de inaugurar muevas obras.

Sin embargo, fue el propio Jefe de Estado el que se preocupó de que no fuera exclusivamente un acto peronista. Tal vez en este punto sea oportuno recordar que la cita fue en Rufino para inaugurar un tramo de la ruta 7, pendiente desde el siglo pasado.

Por esa razón fue que estaba en el palco Hermes Binner, entre otros pocos representantes de la oposición. "En este palco que está el Rafa, que es nuestro candidato a gobernador, está también Hermes Binner que es nuestro diputado nacional, ellos son un ejemplo de convivencia democrática", disparó el Presidente que poco antes había intentado sofocar una silbatina generalizada cuando el intendente interino de Rufino mencionó al dirigente socialista. El gesto típico de los retratos de la enfermera en los hospitales pidiendo silencio no alcanzó para acallar la rechifla y fue por eso que Kirchner y Cristina comenzaron a aplaudir como para no quedar asociados a esa incómoda situación. Después de todo se trataba de un acto institucional, y minutos antes, al llegar al palco la primera dama había preguntado "dónde está Hermes" y al localizarlo lo saludo afectuosamente, lo mismo que el Presidente y el diputado Agustín Rossi que le dio un abrazo sentido.

Además de las figuras que llegaron desde Capital Federal, llamó la atención la reaparición pública de Carlos Alberto Reutemann, que sostuvo que está a disposición de Bielsa y que "si él me lo pide lo voy a acompañar", afirmó el ex piloto de Fórmula Uno que sorprendió diciendo "se desde hace un año y medio que el candidato a vicepresidente es Julio Cobos", algo que contradice las especulaciones de sus operadores y seguidores que hasta hace un par de semanas hablaban de Reutemann como el compañero de Cristina, inclusive citando un diálogo entre la pareja presidencial en el que la candidata habría dicho: "Yo quiero que sea el Lole".

Pero más allá de estos detalles, la reaparición del ex piloto se produjo en un marco festivo, con un peronismo entonado, que lo llevó inclusive a reconocer que "Santa Fe es la mejor de las provincias grandes, está muy ordenada" en un desconocido rasgo de generosidad hacia Obeid. "Si no aparecía ahora no podía aparecer nunca más", dijo a este medio un obeidista que agregó: "Si no se daba el resultado el 1 de julio no sé si el Lole se mostraba en público". En rigor, y para no cargarle la romana al senador, habría que ver qué hubiera hecho "la familia K" si hace un par de semanas se hubiera producido la "paliza" que vaticinaban las encuestas. Eso nunca se sabrá, en cambio, se puede avanzar sobre los hechos, y en ese sentido, la primera visita de Kirchner a Santa Fe -post primarias- representó un espaldarazo a su ex canciller, pero no la defenestración del adversario. Está claro que Kirchner -que juega en todas- sabe que desde hace diez días lo que se le presentaba como una derrota aplastante es ahora una elección con "final abierto" (sic Reutemann) y aún perdiendo el Frente para la Victoria, quien resultaría vencedor no es considerado por la Casa Rosada como un "enemigo", cosa que sí sucede en el ámbito provincial.

Kirchner, que viajará a Santa Fe al menos otras dos veces, no parece dispuesto a salir a cruzar a Binner -como sí lo hizo con Mauricio Macri- no ya porque calcule que el socialista puede ser el vencedor -Macri era número puesto e igual lo enfrentó- sino porque en la estrategia nacional, no lo cuentan como un detractor de la figura de Cristina. A eso ha contribuido la ubicuidad del candidato -cuestionada por algunos sectores de su propia fuerza- y la cercanía de algunos dirigentes nacionales del PS a los principales colaboradores del Presidente, como Jorge Rivas que será Vice Jefe de Gabinete de Alberto Fernández.

En cualquier caso, tanto el Frente Progresista como el Frente para la Victoria, deberán revitalizar sus vínculos territoriales, porque si bien la figura de la pareja presidencial goza de buena imagen e intención de voto, eso recién se capitalizará en octubre. Hasta tanto, y especialmente el 2 de setiembre lo que va a convocar es la propuesta y el candidato. Sin perjuicio de la relevancia del apoyo presidencial, hay que decir que en los últimos comicios en diferentes estados no hubo "transferencia" de votos. Para no volver a hablar de Capital Federal -donde Bielsa ya tuvo el apoyo de K y salió tercero cómodo, hace apenas un par de años- está el ejemplo de Tierra del Fuego donde se impuso en el balotaje la rosarina Fabiana Ríos, candidata opositora pero de buena relación con los Kirchner, lo mismo que Binner.

No parece que vayan a ser las visitas presidenciales las que definan el comicio, de hecho los 200 mil votos más que sacó Binner sobre Bielsa, difícilmente se muden de candidato. Sobre lo que van a trabajar los Frentes serán los votos en blanco y los que no fueron al comicio. Bielsa da por sentado que los 230 mil votos de Rossi irán a su candidatura sin fugas importantes. En el socialismo piensan que no será así, pero de todos modos el "campo de acción" no son esos electores -que considerarían como un aporte extra- sino los votantes que en diferentes ciudades y pueblos del interior en donde han detectado un alto nivel de participación exclusivamente en la interna para los cargos locales.

Otro dato que podrá verificarse en los próximos días será la activa participación de Miguel Lifschitz en la campaña provincial. Su reelección no parece correr riesgos, y su presencia en Rosario -y el área metropolitana- ha superado las expectativas, probablemente a partir de la disputa -que tal vez obró como aliciente- con Carlos Comi en las primarias del 1 de julio.

En la ciudad de Santa Fe -que le sigue a Rosario en concentración de votantes- las estimaciones se hacen sobre el voto en blanco, que fueron tantos como los cosechados por el intendente Martín Balbarrey, y los que sufragaron por "Cachi" Martínez, ganador de la primaria sin candidato a gobernador en su boleta.

En el PJ, si se siguen los consejos del Lole, habrá que apostar al interior, que en la visión del ex corredor "le dio una lección a las grandes ciudades", en una muestra de la incontrolable adversión por Rosario -lo que no es nuevo- y probablemente también por Santa Fe, donde pasa cada vez menos tiempo, despues de las inundaciones que marcaron su segundo mandato en la Casa Gris.

Fuera de las alternativas frentistas, los dueños del sello de la Unión Cívica Radical, que dijeron que "calentaron motores" deberían consultar con un mecánico porque mas que calentar parece que fundieron máquina, sobre todo si miran por el retrovisor y advierten que en el camino quedaron mas de medio millón de votos obtenidos en la última elección en que presentaron un candidato propio.

Quedan 7 semanas para hacer proselitismo, tiempo suficiente para desarrollar estrategias y recorrer la provincia. En ese interín el Presidente volverá a la provincia, continuará la crisis energética, se harán anuncios -¿el Tren Bala pasará por la ciudad de Santa Fe?- y promesas. Todo de cara al futuro.

Eso si, lo que no se puede cambiar es el pasado. Cada uno carga con esa mochila, que para bien o para mal tiene su peso. Y es tan importante como el tiempo por venir.

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