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Viernes, 25 de mayo de 2012

CIUDAD › EXHUMARON EL CADáVER DE UN JOVEN PORQUE SU MADRE CREíA QUE ESTABA VIVO

La sospecha por desesperación

Elizabeth Acosta hizo el pedido a un juez porque creyó ver signos vitales en su hijo de 25 años, fallecido en el hospital Cullen de Santa Fe, donde lo trataron del corazón. El juez descartó la denuncia pero ordenó la autopsia.

 Por Lorena Panzerini

Desesperada. Así llegó Elizabeth Acosta a los Tribunales Provinciales, el miércoles a la tarde, donde reclamó que la Justicia ordene la exhumación del cuerpo de su hijo de 25 años, porque ella creía que había sido enterrado con vida, el día anterior. Las dudas de la mujer surgieron después del entierro en el cementerio La Piedad y de un velatorio que se extendió por unas 24 horas. El chico murió mientras estaba internado en el hospital Cullen de Santa Fe, recuperándose de un problema cardíaco. En su relato ante el juez en lo Correccional Nº 5, Carlos Leiva, Elizabeth detalló: "En el velatorio, sangró --por la herida que le había dejado la aguja con el suero-- tanto que hubo que cambiarle dos veces el algodón porque quedaba empapado; se le puso la piel de gallina; y cuando le tomé la mano se le entibió". Después de hacer lugar al pedido desgarrador de la mujer, y tras desenterrar el cuerpo, desde el Juzgado se indicó que "la situación denunciada quedó descartada". Pese a comprobar la muerte del joven, el magistrado ordenó una autopsia para determinar la fecha y motivo del deceso.

El chico de 25 años comenzó a tener dolencias en febrero pasado, y en principio se había diagnosticado un problema de neumonía y de riñones. Tras detectar que había una infección en el corazón, desde el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) fue derivado al Cullen de Santa Fe. Allí fue intervenido y quedó internado en terapia intensiva durante un tiempo; posteriormente, pasó a la terapia intermedia y luego fue derivado a una sala común, donde estuvo internado hasta el lunes a la madrugada, cuando la madre recibió la noticia de que había fallecido tras una desmejoría que le provocó "ataques" neurológicos, según le informaron.

Después del traslado a Rosario, durante el velatorio, la madre del fallecido dijo que "sangraba mucho. Lo toqué y estaba tibio, le levanté la remera y se le puso la piel de gallina". Además, "un testigo vio que abrió y cerró los ojos, pero no quiso decir nada", dijo la mujer, quien agregó: "En la cochería le pregunté al señor a cargo si esos síntomas eran normales y solo me dio algodón para que le limpiara la sangre; y apuró el cerrado del cajón para sepultarlo".

Atormentada, Elizabeth señaló: "A mí me quedó la duda y empecé a consultar y me dijeron que esos síntomas no los hace una persona fallecida. Tengo dudas sobre si fue enterrado vivo; me dijeron que es un síntoma de personas que sufren fobias: pueden tener ataques", que disminuirían los signos vitales.

Con ese pesar, la mujer llegó a los Tribunales el miércoles por la tarde y pasó la noche allí, reclamando que el cuerpo fuera exhumado. "Me dijeron que antes de las 72 horas se lo podía resucitar con calor en el cuerpo", dijo en su pedido. Temprano, el juez Leiva ordenó la exhumación que estuvo a cargo de la división Judiciales de la Unidad Regional II. El magistrado presenció el procedimiento acompañado de su secretario, Adrián Orso. Pasado el mediodía, desde el juzgado indicaron que "en principio, no se presentó la situación denunciada"; por lo que la "presunción de vida --del chico-- quedó descartada". No obstante ello, se realizará una autopsia.

La situación que vivió Elizabeth, de 50 años, en los últimos meses, fue relatada ante el juez Leiva. "Hubo abandono de persona hacia mi hijo en el hospital Carrasco donde estuvo en coma: en lugar de derivarlo a un hospital con alta complejidad, lo mandaron a Villa Constitución, donde no se le podía hacer nada. Al día siguiente, el médico del efector me dijo que el problema eran sus riñones y que allí no lo podían atender, pero en el Heca negaban una cama", dijo en LT8.

La mujer señaló que en persona fue al Heca para exigir una cama para su hijo, donde finalmente le dieron una habitación y el chico fue trasladado de emergencia. Tres semanas después de estar internado con medicación por una infección que le provocaba fiebre, "uno de los médicos que lo atendía escuchó algo raro en su corazón y pidió un electrocardiograma que le hicieron varios días después. De allí surge que la infección estaba en el corazón por lo que fue trasladado al Cullen al día siguiente".

Los profesionales del centro de salud santafesino le indicaron a Elizabeth que el chico debía ser intervenido, pero le advirtieron que "podría morir antes" porque el cuadro era muy complejo. "Si su hijo se descompensa en cinco minutos se muere; no sabemos si llega", le habría dicho uno de los médicos, según relató la mujer.

Después de un fin de semana largo, se programó la operación, mientras el joven permanecía en unidad coronaria. "Fue todo muy complicado pero mi hijo salió de su problema del corazón. Sin embargo, murió el lunes a las 5 de la madrugada por otro cuadro neurológico que le provocó cinco ataques. Nunca lo atendió el neurólogo que yo pedía. El domingo estuvo bien, pero en la madrugada se inquietó. Estaba alterado y no me mandaban un médico".

Elizabeth señaló que una enfermera le recomendó que saliera de la habitación porque hacía tres noches que no dormía. "Cuando volví, mi hijo estaba muerto", dijo. "Nadie me supo decir qué le pasó: me hablaron de muerte súbita y de problemas de su corazón. Cuando pedí que le hicieran una autopsia me dijeron que para qué quería cortar a mi hijo; que no hacía falta".

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En el Instituto Médico Legal de Rosario harán la autopsia del joven fallecido en el Cullen.
 
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