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Lunes, 9 de septiembre de 2013

CIUDAD › PLAN DEL áREA DE SALUD MENTAL MUNICIPAL Y PROVINCIAL PARA EL SEGUNDO MES DE LA TRAGEDIA.

Tres dispositivos para la contención

Los especialistas que trabajaron desde el principio en la explosión de Salta 2141 dicen que ahora el foco del trabajo psicológico está puesto en las familias que vivían en la cuadra de la explosión, donde de a poco se va recuperando lo cotidiano.

 Por Lorena Panzerini

Durante este segundo mes después de la tragedia de Salta 2141, las áreas de Salud Mental de la municipalidad y la provincia, mantendrán tres dispositivos de asistencia y contención. Será, de momento, hasta fines de septiembre, cuando se reevaluará la situación. Según indicó la directora del área a nivel municipal, Débora Danielli, la atención continuará tanto en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Cemar), como en el Nodo de Rioja y Laprida, y en Balcarce al 187. La funcionaria indicó que ahora el foco del trabajo está puesto en las familias que vivían en la cuadra de la explosión, tanto en el edificio siniestrado como en las viviendas linderas, donde de a poco se va recuperando lo cotidiano. "Es importante acompañar a tramitar la pérdida del espacio propio. En tu casa, todo lo que hay sos vos. En los objetos estamos nosotros. Todo es un duelo y no depende de cuánto se perdió sino de lo que eso que se perdió significaba para una persona", destacó Danielli, quien aseguró que las reacciones frente a esa cuestión son "muy diferentes".

Luego de reuniones para decidir cómo continuará el trabajo de asistencia psicológica, durante este segundo mes tras la catástrofe, las áreas consideraron que la atención no puede detenerse. "A lo que más nos estamos dedicando ahora es a las familias de toda la cuadra, de quienes vivían en las casas que quedaron con diferentes grados de afectación", dijo Danielli. El área que dirige la profesional dentro de la Secretaría de Salud trabaja en conjunto con Salud Mental de la provincia, Desarrollo Social y Promoción Social. "Están funcionando tres dispositivos estatales de asistencia y se mantendrán al menos hasta fines de setiembre", dijo.

El Cemar, de San Luis y Moreno, funciona todos los días hábiles de 9 a 15; en el Nodo se recibe gente dos veces por semana; mientras que el dispositivo grupal de Balcarce al 100 la atención se da cuatro veces por semana. "Ya tenemos la referencia de las primeras intervenciones que tuvimos con los vecinos, y frente a las necesidades nos acercamos nosotros. Además cada vez que haya cuestiones nuevas en cuanto a este proceso por el que están pasando las viviendas, iremos evaluando en qué momento sumar atención", indicó.

A modo de reflexión, a profesional dijo que con esto "se puede ayudar a combatir la soledad, frente a pérdidas muy fuertes. Son cuestiones que generan desamparo y exceden la capacidad de afrontar la realidad. En los espacios de paridad también se puede compartir con otros que pasaron por lo mismo, y ayudar a asimilar. También es bueno saber que hay alguien disponible para escuchar, para ayudar a reconstruir".

Danilli recordó que muchos de los deudos eran de otras localidades santafesinas, por lo que la atención para aquellas personas que perdieron familiares llegó a muchos lugares de la provincia, y se mantendrán. "A todas les pegó totalmente diferente", dijo sin profundizar en las particularidades del orden de lo privado. "Están en un momento de ver quién tuvo la culpa, en relación a lo subjetivo. El duelo es lo que tiene que suceder, y normalmente son de entre uno y dos años, aunque hay otros que son más difíciles, más largos". De todos modos, Danielli estimó que la gente que hoy está transitando los espacios de contención no es la única que lo hará, sino que se sumarán.

"Las necesidades de la gente que transita por estos espacios tienen que ver sobre todo con cómo se tramita subjetivamente la pérdida de su espacio. En tu casa, todo lo que hay sos vos, y esto es lo que más aparece. En muchas situaciones esta catástrofe enlazó con algún trauma previo. Se establece una asociación con otra cosa que ya nos pasó y esto desencadena angustia, malestar", reflexionó la profesional. "Una situación traumática como ésta reaviva cuestiones históricas que se mezclan con lo actual. Es como funciona el psiquismo", detalló.

Dentro del mes, comenzaron a crearse espacios de "mayor escucha", donde aparecen cuestiones como "tramitar la pérdida de lo propio, que no es solo la casa. Pueden ser también los objetos. Todo lo que nosotros tenemos en nuestra casa son como nuestro ser. En esas cosas estamos nosotros. No solo es un trámite en término de utilidad sino en lo que nos identifica con nosotros mismos. Esto es lo que le está pasando a la gente en este momento; y hay diferentes formas de asumirlo".

Ya pasó un mes desde la última vez que los damnificados durmieron, cenaron o vieron tele dentro de sus casas. Es allí donde se encuentra con naturalidad lo cotidiano, lo diario, parte de la rutina; donde está lo que uno suele necesitar cuando busca tranquilidad. Justamente, con los objetos y espacios propios, con los conviviente. Es en esos departamentos o viviendas linderas donde todo se desmoronó a las 9.38 de aquel martes difícil de borrar; porque además de provocar la muerte de 21 personas, la deflagración arrasó con esos espacios.

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La atención continuará en el Cemar, en el Nodo de Rioja y Laprida, y en Balcarce al 187.
Imagen: Andrés Macera.
 
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