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Lunes, 24 de marzo de 2014

CIUDAD › RECONOCIMIENTO DEL CONCEJO MUNICIPAL A UNA LUCHADORA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER

Eva juró no quedarse más en su casa

Su cuñada, Vanesa Celma, murió asesinada por su marido en 2010. La causa transcurre sin avances en Tribunales, y con la carátula de "incendio". Desde entonces, Eva Domínguez dedica su vida a buscar justicia con perspectiva de género.

 Por Lorena Panzerini

Eva Domínguez vio nacer a su cuñada Vanesa Soledad Celma; y también la vio morir. Y aunque asegura que fue "muy duro", cree que "no fue en vano". Desde hace casi cuatro años, la mujer reclama justicia por la muerte de la joven madre que dejó dos niños, en 2010, cuando tenía 27 años. Su lucha es en nombre de toda una familia, devastada por el final de esta mujer, quien sufrió serias quemaduras en todo su cuerpo durante una discusión con su pareja, y perdió la vida meses después. No hay un día en el que Eva deje de recordar a la hermana de su marido, que se crió junto a sus hijos. Su perfil de Facebook está tapizado de fotos de Vanesa, y cada día hace más de un posteo con el pedido de esclarecimiento de la causa que está caratulada como "incendio" en el juzgado de Instrucción N 12, a cargo de la jueza Mónica Lamperti, sin imputados. Eva forma parte de la organización Mujeres de Negro, y desde allí busca ayudar a víctimas de violencia de género. La semana pasada, su lucha recibió un reconocimiento del Concejo Municipal cuando le dieron una mención especial, por su valentía, en el premio "Mujeres XXI. Un siglo por los Derechos".

Poco después de la muerte de Vanesa, comenzó el periplo incansable de Eva Domínguez por los Tribunales provinciales. La mujer -en nombre de la familia﷓ le exige a la Justicia un cambio de carátula en la causa y reclama que se investigue con perspectiva de género, ya que asegura que Vanesa era sometida a esta forma de violencia, aunque ella nunca se animó a denunciar a su marido. Ni siquiera después de quedar envuelta en llamas, estando sobre el final de un embarazo, y frente a su pequeño hijo que entonces tenía cinco años. Aquel 29 de junio de 2010, el niño salió a pedir ayuda a la calle porque su mamá se quemaba. "Mirá lo que te hiciste", repetía su pareja, culpando a Vanesa, mientras la subían a la ambulancia.

Al día siguiente del terrible episodio que sucedió durante una discusión, nació la beba, y Vanesa permaneció cuatro meses internada en el Heca. Durante los días que pasó en terapia intensiva y en el área de quemados, suplicaba que no la dejaran sola. La familia se turnaba para cuidarla. Días antes de morir, Vanesa habló con una enfermera, le contó cómo pasó todo. El 22 de noviembre, ella murió. Eva estaba a su lado. Y se juró hallar justicia.

El incansable pedido llegó el año pasado hasta la Corte Suprema santafesina. Es que la familia de la muchacha que tenía apenas 27 años, está convencida de que Vanesa no se quemó sola. Aseguran que sufrió durante años la violencia de Omar Díaz, su pareja, y todavía esperan que la jueza lo cite a declarar.

En agosto pasado, el Programa Género y Sexualidades de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario y el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) presentaron a la jueza un amicus curiae (amigos del tribunal): una opinión fundada por parte de organismos especializados en el trabajo sobre la promoción de los derechos de las mujeres. En el escrito consideraron que "la calificación del hecho como `incendio' es una forma de desconocer las condiciones de violencia de género que padeció Vanesa, como tantas mujeres en el país". También la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia acompañó este año el pedido de que la magistrada Lamperti tenga perspectiva de género en la causa. Lo mismo le pidió a la intendenta Mónica Fein, cuando recibió el reconocimiento, el jueves, en el Concejo Municipal.

Eva recordó que en la causa hay medidas que "nunca se hicieron" y mencionó "irregularidades" en los primeros pasos del peritaje policial. Para Eva, "la lucha todavía no terminó", y consideró que el premio sirve "para visibilizar el caso de Vanesa". Y enfatizó: "Tengo que seguir reclamando, porque no quiero que la causa quede como que fue un incendio, o que se cierre. Van pasando los años y el dolor se va amortiguando, pero esta lucha es por la familia de Vanesa, por su papá, que está muy mal, y porque su mamá murió sin ver justicia".

Desde la muerte de la joven, Eva se sumó a Mujeres de Negro, donde encontró una forma de colaborar con otros casos. "Cuando yo vi lo que pasó con Wanda Taddey (asesinada con fuego por su pareja, Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros), no lo podía creer; y meses después estábamos en el Heca con Vanesa. "Yo la vi nacer; y me tocó justo estar el día de su muerte, porque nos rotábamos para cuidarla con mis cuñadas. A partir de todo lo que nos pasó con la causa de Vane, pensé que no me podía quedar en mi casa. Hoy estoy en la calle por Vanesa, estuve en San Lorenzo marchando por Paula Perassi, y el 24 (por hoy) también estaré en la marcha por la Memoria. Quiero estar donde más pueda, porque no me quedo más en mi casa. Hoy quiero participar, acompañar a las víctimas".

Eva no pide imposibles: "Quiero que se haga justicia; que se investigue, o que la jueza me diga qué se hizo mal, pero que me den un informe y que me digan qué pasó. Que se determine qué pasó. Quién va a quedar procesado, y quien no".

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Eva, durante la distinción que recibió del titular del Concejo, Miguel Zamarini.
Imagen: Sebastián Granata
 
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