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Jueves, 14 de enero de 2010

PSICOLOGíA › LA CUESTIóN DEL DIVáN A PARTIR DE FREUD

Imágenes que fluyen sin la mirada

 Por Alex Dal Molin*

Freud ubica la cuestión del diván de un modo preciso en sus escritos técnicos diciendo que, por un lado, es un resto que ha quedado de las terapias hipnótico sugestivas, pero que, básicamente, él lo implementa porque no soportaría estar muchas horas bajo la mirada de los pacientes y por eso prefiere ubicarse fuera del alcance de la vista para poder abandonarse a la atención flotante así como el paciente lo hace con la asociación libre. Considera además que el uso del diván molesta a las personas con una fuerte inclinación escópica puesto que es una restricción a la pulsión de ver. Hay en esa incomodidad que Freud señala respecto de estar tanto tiempo cara a cara, pero además hay aquí una decisión de Freud; porque precisamente el diván viene del tratamiento hipnótico sugestivo en el que la mirada es muy potente pero cuando el diván pasa al psicoanálisis es para deponer allí algo de la mirada. Además esa incomodidad de Freud puede tomarse como algo muy coherente con el discurso analítico porque haciéndole lugar a esa incomodidad se permite despejar la pregnancia narcisista que tiene la imagen del otro para pasar al dominio de la imagen en un orden distinto, en el orden de la representación en general que es lo que entra en movimiento en el libre asociar tanto como en la escucha despojada. Esto es importante porque hay un énfasis puesto en la escena que arman las representaciones tratando de prescindir de todo signo de lo que esto le provoca al otro. Es como si se dijera "atienda a su película y desocúpese de mí"; es más, cada vez que la película se detenga y mi presencia se haga notoria debemos entender que usted me metió en su película o que algo de ella se reflejó en mí, la transferencia como resistencia.

Situamos entonces el diván marcando el comienzo del análisis en relación a la demanda, esto es, en relación al significante, al Otro y al sujeto supuesto saber. Atendamos ahora, tomando eso que Freud dice del diván, más en detalle a qué es lo que pasa en el diván. Dijimos que hay una restricción de lo escópico para que la cuestión no se centre en la imagen del otro, pero es una restricción que abre también a las imágenes que son las representaciones, sus condensaciones y desplazamientos son quizá el paradigma, imágenes que están sujetas a la estructura del relato, al trazado del significante.

*Psicoanalista. Fragmento de "¿Qué pasa en el diván?" incluido en el libro El diván en psicoanálisis (UNR Editora).

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