Al final del partido, cuando Diego Abal ya había dado tres minutos adicionales, Lucas Bernardi respondió a los plateístas de Central haciendo referencia al tiempo que lleva el Canaya sin salir campeón, algo que ya había recordado el entrenador en la conferencia de prensa del viernes. El técnico leproso levantó el dedo índice de su mano derecha, lo giró una y otra vez, en referencia a una vuelta olímpica, y concluyó su ademán con la señal de un no. Newell's estaba igualando y el resultado impedía a los canayas acercarse al primer puesto de la tabla. La actitud de Bernardi no pasó desapercibida para los hinchas, como así tampoco para las cámaras de la televisión, aunque no generó reacciones mayores en los plateístas canayas. Los hinchas de Central recibieron al plantel rojinegro con una decena de pingüinos de peluche que cayeron alrededor del banco suplentes visitante, y que fue recolectado por personal de seguridad apostado en el campo de juego del Gigante de Arroyito. En el entretiempo, por otra parte, se activaron los aspersores en el sector del campo de juego donde defendió Newell's en el segundo tiempo, y regaron el césped por más de cinco minutos, aunque el que se resbaló seguido fue Marcelo Larrondo.