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Lector, lector, ¿cómo le va? ¡¡¿Qué manera de empezar el año, no?!! Entre la salud, la economía, las noticias policiales y la crisis europea, no terminamos de metabolizar una noticia, que ya nos enchufaron tres más. Por eso, quiero aclarar que Tiroides no es el nuevo primer ministro griego, encargado de resolver la crisis que su antecesor Hipófisis no pudo solucionar. Merkel tampoco es el nombre de ningún laboratorio fabricante de hormonas y por acá cerca tenemos algunas noticias que los diarios no saben si publicarlas en la sección política, policial o ciencia ficción.

Sin duda, lector, el 2012 no es el año del Apocalipsis Carrió, pero que se las trae, se las trae. Por ejemplo, empezó el año y el subte fue a parar a la órbita del gobierno de la Capital.

En principio eso no tiene nada de malo, considerando que el subte, justamente, corre bajo las calles de mi Buenos Aires querido. Digo, sería problemático si el subte porteño fuera a parar al presupuesto de Venado Tuerto, de la misma forma que el metro de París no tiene por qué ser sostenido por los ciudadanos de Vladivostok.

Todo se complica cuando nos enteramos de que “acá hay bigote de Freddie Mercury encerrado”. O sea, primero se resisten a aceptar los subtes. Dicen: “Los aceptamos, pero desde 2017” (cuando quizá ya no estén en el gobierno, o el subte sea remplazado por helicópteros solares, o la gente viaje por Internet o Telekinesis –que tampoco es un ministro griego–), o “bueno, aceptamos los subtes pero sigan pagándolos ustedes”, o finalmente... “Okey, pasame los subtes” y ni bien los tuvieron en su poder, “¡Ey, estos subtes están muy baratos: les falta sal, pimienta, aceto, rúcula y un toque de aumento!”.

Y se pudieron a estudiar, tal como lo dijeron, cuál era la mejor manera de mejorarles el sabor. ¿Quieren que les diga algo? ¡Sospecho que jamás de los jamases Mauricio estudió una materia taaan rápido! ¡Estoy seguro de que cualquiera de las materias de su carrera le llevó más tiempo de preparación!

Un día dijo Mauricio: “Voy a estudiar el aumento”. Y al día siguiente: “¡Ya está, ya me lo estudié, ya me lo sé, va a ser del 150 por ciento!”. Y como los maestros estaban protestando, no pudieron decirle “Alumno Mauricio, tiene un cero, ¡estudie mejor y vuelva en marzo!”.

Entonces, son los mismos usuarios, y los trabajadores, los que tratan de hacerle entender que “no estudió lo suficiente, o está leyendo el libro equivocado”.

Quizás el lector piense que éste es un tema, digamos, menor, inferior, subterráneo. Todo es discutible, lector. Mientras tanto, seguimos con lo nuestro, con los chistes, estación por estación.

Hasta la semana que viene, lector.